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CRÍTICAS - CINE

50/50

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50/50 (Estados Unidos, 2011)

Dirección: Jonathan Levine. Guión: Will Reiser. Elenco: Joseph Gordon-Levitt, Seth Rogen, Bryce Dallas Howard, Anna Kendrick, Anjelica Huston. Producción: Evan Goldberg, Kyle Hunter, Nathan Kahan, Ben Karlin. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 99 minutos.

50 de drama, 50 de comedia.

Quienes son habitué al genero de la comedia dramática, estarán acostumbrados a ver usualmente películas donde tanto la comedia como el drama están tratados con liviandad, sin arriesgarse a tocar temas profundos, o usando recursos humorísticos ya vistos, que funcionan mas por costumbre que por originalidad. Es de agradecer cuando cada tanto los productores se animan a financiar proyectos un poco mas arriesgados, y mas aun, sin la necesidad de recurrir a actores que no son estrellas.

50/50 nos muestra parte de la vida de Adam, un joven periodista radial con una vida tranquila y acomodada; viviendo en los suburbios de la gran ciudad, con una hermosa novia y su eterno amigo de la infancia. Su vida idílica empieza a desmoronarse cuando por un simple dolor de espalda, es diagnosticado de un extraño tumor maligno que se extiende por su columna. Si bien de la sinopsis se desprende una trama digna de un culebrón -en parte lo es-, hay que destacar el magnifico trabajo de Will Reiser a cargo del guión, combinando con gran inteligencia los tramos emotivos con los hilarantes, sabiéndolos construir y dosificar, lo que da como resultado situaciones de mucho sentimiento.

Por todo aquel que vio mucho cine, es sabido lo difícil que resulta construir una trama cimentada en una enfermedad casi terminal sin caer en el lacrimógeno más burdo. Más difícil parece ser no recurrir a música empalagosa que fuerza la lagrima. En esta ocasión la emotividad esta fundamentada no sólo por el desarrollo pausado de la historia, sino también por la sólida actuación de Joseph Gordon-Levitt. Todo acompañado por una banda sonora que se añade a la situación sin opacarla. Las dosis de comedia sobrevienen de la mano de Seth Rogen. Si bien el reciente Avispón Verde hace un papel que ya conoce de memoria, sus participaciones están bien pensadas y no hacen caer en el hastío. A esto se suma un nutrido compendio de referencias a la cultura pop actual, y sobre todo al mundo del cine.

Quizás muchos piensen que el film se asemeja a Funny People, otra comedia dramática de la factoría Apatow. Si bien en ambas el protagonista padece una enfermedad terminal, se advierten diferencias tanto en el desarrollo de las acciones como en el resultado final. El drama cómico protagonizado por Adam Sandler era mucho más light a la hora de retratar el conflicto emocional del personaje principal. Por otro lado, su extensa duración terminaba jugándole en contra, logrando un film desdibujado y que con el tiempo pocos recuerdan. La película realizada por el prácticamente desconocido Jonathan Levine, en cambio, es mucho mas clara en su contenido, presentando un protagonista que realmente teme a la muerte y busca refugiarse en sus seres más cercanos, con el resto de secundarios lo suficientemente bien construidos como para no caer en la caricatura o el absurdo.

50/50 seguramente sorprenderá haciendo sonreír a quienes busquen un drama, de igual modo que emocionará a aquellos que solo quieran reír.

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Por Jorge Marchisio

Yo soy tu amigo fiel…

Si Ud. es virgen, le diagnostican cáncer, ha perdido a su familia, queda embarazada o busca aventuras en el área 51, debe llamar a Seth Rogen, para que sea su amigo, su compañero de aventuras, o le consiga, al menos una pareja para tener sexo.

Lo más probable es que vea al mismo fumón en las mismas circunstancias, pero aún así, no puede negar que no la va a pasar bien o no se va a divertir.

50/50 podría ser una comedia dramática más. No es que haya sido sobreestimada, pero lo cierto es que es de esas obras, en donde todo funciona como reloj suizo, pero al mismo tiempo, parece encasillarse en la típica comedia romántica dramática acerca de un personaje que debe enfrentar una adversidad, y la misma termina siendo benévola para seguir adelante.

Cada episodio de la vida de Adam (Joseph Gordon Levit, cada día más natural y querible en sus interpretaciones, provoca olvidar a los villanos sobreactuados de G.I. Joe y El Ave Negra) es absolutamente creíble y verosímil. La carga dramática nunca resulta demasiado sentimental ni lacrimógena, no se apela al golpe bajo, y la comedia tampoco es paródica, absurda o ligera. Aquellos que la comparen con una película Judd Apatow, están errando el rumbo, aunque la presencia de Rogen, permita creer lo contrario. El tema de esta tercera obra del aquí desconocido, Jonathan Levine es que todo es equilibrado, demasiado calculado.

Tiene la proporción justa de romance y sexo. No le teme a las drogas pero tampoco enfatiza en ellas. El tono es apropiado, el color gris es justificado, pero la fórmula repetida. ¿Qué podría diferenciar a 50/50 de una película para televisión? Muy poco.

La previsibilidad acerca de quien vive, quien muere, quien se enamora es lo que juega en contra de la película. ¿Realmente le pasó exactamente eso al guionista Will Reiser?

Levine pone el peso en sus actores, y explota lo mejor que cada uno supo dar en otras películas. No es muy distinto el Gordon Levit de esta obra que el de 500 días con ella. Rogen se repite continuamente tras Piña Express, Zack y Miri Hacen una Porno, Ligeramente Embarazada o Virgen a los 40 años. Se está convirtiendo en un comediante a lo Woody Allen, limitado en su registro, pero que sigue divirtiendo.  Anna Kendrick, hermosa y con gran futuro, toma elementos de lo que hizo con George Clooney en Amor Sin Escalas. En ese sentido, es Bryce Dallas Howard la que sorprende continuamente con sus diversos personajes, ya que esta novia falsa de 50/50 es una mezcla entre la villana de Historias Cruzadas y el personaje de Más Allá de la Vida.

Por último, la gran Angelica Huston, hace honor al apellido, dando nuevas muestras de su veterano talento con un personaje a su medida, que podría sacarse del tono de las comedias de Wes Anderson. Y hay pequeñas pero fundamentales participaciones de dos grandes secundarios como Matt Frewer (actor de culto) y Phillip Baker Hall.

Sacando las interpretaciones de lado, no hay demasiada sorpresa en la película. El tema es encarado seria, pero no solemnemente y el ritmo nunca decae.

Las salidas humorísticas de Rogen, a pesar de ya haber sido vistos aportan un tono liviano, y hay momento sutiles emocionantes, donde el personaje protagónico descubre como afecta a las personas que él creía que solo les afectaba superficialmente, la noticia de su enfermedad. En ese sentido, Levine y Reiser demuestran que cuando uno se enferma, no solo cambia su rutina, sino también la de los demás, y que la preocupación no es un mero capricho para quedar bien.

De esta forma, esta comedia dramática Indie se gana su espacio con sinceridad, humildad e inocencia. Pero a no buscarle muchas más vueltas…

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