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CRÍTICAS - CINE

Damas en Guerra

 

Damas en Guerra (Bridesmaids, EE. UU., 2011)

Dirección: Paul Feig. Guión: Kristen Wiig, Annie Mumolo. Producción: Judd Apatow. Elenco: Kristen Wiig, Maya Rudolph, Rose Byrne, Jon Hamm, Melissa McCarthy, Ellie Kemper, Chris O’Dowd, Matt Lucas y Jill Clayburgh. Distribuidora: UIP. Duración: 128 min.

Durante los últimos años, parece haber nacido un subgénero en la comedia que se lo podría definir como “Comedia Absurda”. Y enseguida se nos viene a la cabeza el nombre de Judd Apatow.

Apatow se encargó de dirigir, producir o escribir muchas de las “Comedias Absurdas” más reconocidas de los últimos años, como Virgen a los 40, Ligeramente Embarazada, Supercool o Pineapple Express. Quienes vieron alguna de estas películas, sabrán que las flatulencias, drogas, misoginia, amistad, nerdés, idiotez e inmadurez son temas recurrentes en la filmografía de Apatow. Y siempre se enfoca en personajes masculinos, relegando a las mujeres al papel de florero u objeto del deseo del protagonista. Por eso eran varios —me incluyo— a quienes les llamaba la atención Damas en Guerra, su nueva obra (en esta ocasión, como productor), donde el protagonismo pasa a caer en las mujeres y los hombres son puestos en el lugar que las femeninas dejaron vacante.


Annie es treintañera, tiene un trabajo mediocre y está soltera. Lillian, su única amiga, le pide que sea su dama de honor en su inminente boda. Intentando estar a la altura de las circunstancias, Annie ve como la nueva amiga de Lillian, Helen, no sólo empieza a opacarla, sino a arrebatarle a su mejor amiga.

Tanto la amistad como la inmadurez surgen como temas principales. En este caso, es este último el que logra dominar el film, ya que estamos viendo a una mujer que está pisando los cuarenta años pero que aún piensa en la vida como un cuento de hadas. Esto se ve más que nada en la primera mitad, que está dominada por un tono humorístico, con un muy buen ritmo a la hora de distribuir los gags, haciendo que la película ilusione al lograr verdaderas risas desde el comienzo. Entrada la segunda mitad es cuando la amistad cobra más fuerza, tornándose la película más dramática y relegando a la comedia, y ahí está el mayor fallo de Damas en Guerra, ya que dicho dramatismo no está del todo conseguido y termina desdibujando los logros de la primera parte. Una pena, ya que de haber mantenido el ritmo inicial, estaríamos hablando quizás de la mejor comedia desde ¿Que Paso Ayer?, pero como a muchas películas de este género, al intentar meterse en el sentimentalismo, se desinflan y terminan dejando un producto fallido. En este caso, peor aún, haciendo que la película se sienta bastante más larga de lo que es.

Otro punto a favor —y que también se nota en las películas de Apatow— es que los secundarios son establecidos rápidamente. Cada uno tiene su momento para lucirse, lo que los hace más ricos en personalidad; no estén sólo para llenar la pantalla. De todas maneras, habrá quienes no disfruten de este tipo de humor, ya que, como es recurrente en Apatow, el humor escatológico hace acto de presencia, quizás demasiada presencia para quienes tengan estomago frágil.

Damas en Guerra es una aceptable película humorística, con algunos gags muy logrados y personajes bastante interesantes, pero que al mezclarse con el drama pierde bastante fuerza, logrando que el film sea solamente bueno, cuando podría haber sido mucho mejor que la boda más planeada.

Por Jorge Marchisio

Ensayo sobre la Soledad II

Hace un mes atrás decía que me había impresionado mucho la interpretación de Lesley Manville en Un Año Más de Mike Leigh y la mirada que tenía el director acerca de la soledad femenina, cuando llegan a los cuarenta. Salvando distancias visuales (Paul Feig no aporta una sola idea cinematográfica, lo cuál contrasta con el poder de sugestión y sutileza de Leigh),e intenciones sobre la forma en la que Judd Apatow, productor, trata de vender Damas en Guerra, es muy interesante la mirada que Kristen Wigg, en su calidad de intérprete, guionista y co productora tiene sobre el mismo tema, en la sociedad estadounidense.

Hace tiempo vengo siguiendo a la actriz de Saturday Night Live, sucesora natural de Tina Fey acaso, por su versatilidad creativa, pero menos cínica y depresiva. De hecho, lo que hace más interesante a Wigg que Fey es que esta última no puede salir de un personaje. Siempre estuvo atada a un estereotipo creado para sí misma, mientras que Wigg tiene mayores facetas, que le permiten tener niveles de comicidad diversos, lleno de matices. Además posee un talento mucho más natural y verosímil a la hora de afrontar desafíos dramáticos. En este momento podemos disfrutar en cartel toda su versatilidad en la comedia Paul.

Pero esta vez, al ponerse al hombro toda una película la responsabilidad se duplica y si la misma realmente logra mantener el interés durante las alargadas dos horas, es porque Wigg es tremenda.

Si bien comparte similitudes con obras como Virgen a los 40, del propio Apatow, que a través del humor burdo, y situaciones surrealistas, el director podía ahondar en la soledad masculina en los 40, Wigg no construye un guión contrastado (la película tenía una hora muy divertida y otra muy dramática), acá el código es mucho más equilibrado. La película es una especie de montaña rusa entre momentos patéticos y absurdos hilarantes, con otros realmente depresivos. Este contraste permite que la obra sea más original. Uno de los pocos logros de Feig como director es no haber puesto música de fondo para en varias escenas humorísticas para resaltar el efecto. Los gags tiene elementos básicos, Keatonianos (el principio) y otros televisivos (los sketchs en la Casa de Novias o en el avión). Feig no se da con mucha imaginación para filmar escenas sexuales de forma sensual. Es un poco deprimente ver relaciones con los intérpretes vestidos como en una sit com.

Más allá de eso, es verdad que hay momentos muy buenos e inteligentes y sobretodo un elenco muy sólido encabezado por supuesto por Wigg, Maya Rudolph (espero que su boda con Paul Thomas Anderson no haya sido así) y Melissa Mc Carhy. Una lastima ver a la gran Jill Clayburgh en un rol menor (fue el último, ya que falleció en noviembre del 2010).  También se destaca Chris O’ Dowd, el gran protagonista de la serie inglesa The It Crowd. Rose Byrne, por otro lado resulta un poco más simpática en comedia que en drama (tratando de olvidar su personaje de X Men: Orígenes).

Gracias a ingenio, buenos diálogos y la inteligencia para convertir la crisis interna y económica (infiltrada sutil, pero astutamente) en humor, Kristen Wigg sorprende como escritora. Damas en Guerra resulta una interesante crítica a las mujeres y costumbres estadounidense, pero también hacia la misoginia y la discriminación sexual.

Se puede decir que hay algo de ¿Qué Pasó Ayer? y especialmente Despedida de Soltero, pero detrás del humor, se esconde la misma incertidumbre que Un Año Más: “Estoy sola, tengo 40 años y trabajo en un lugar que no me gusta. ¿Qué hago?”

Wigg pone la otra mejilla y responde positivamente, con esperanza, valorando el significado de la amistad y creyendo que el cambio es posible. Básicamente, el sueño americano.

 

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