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CRÍTICAS - CINE

El Ataque

El Ataque (White House Down, EE.UU., 2013)

Dirección: Roland Emmerich. Guión: James Vanderbilt. Producción: Roland Emmerich, Brad Fischer, Larry J. Franco, Laeta Kalogridis, Harald Kloser, James Vanderbilt. Elenco: Channing Tatum, Jamie Foxx, Maggie Gyllenhaal, Richard Jenkins, James Woods, Jason Clarke, Joey King. Distribuidora: Sony. Duración: 131 minutos.

Extraterrestres, monstruos gigantes, fenómenos climáticos… Cualquier excusa es buena para que el director alemán Roland Emmerich ocasione destrozos en los Estados Unidos. Sin duda, uno de sus objetivos predilectos suele ser la Casa Blanca. Para más datos, chequeen Día de la Independencia y 2012.

Como no hay dos sin tres, vuelve a arremeter contra el icónico edificio en El Ataque.

Parece un día más en Washington DC. John Cale (Channing Tatum), un ex marine y ahora oficial de policía del Capitolio, aspira a ser uno de los agentes secretos que protegen al presidente Sawyer (Jamie Foxx). El mismo día de la entrevista decide llevarse consigo a Emily (Joey King), su hija, para que pueda conocer la Casa Blanca. Mala idea: justo en ese momento, un grupo de terroristas invade el lugar. Emily es tomada como rehén, pero John escapa. Ahora deberá ingeniárselas para proteger al presidente, rescatar a su hija y detener a los intrusos.

Emmerich es el heredero de Irwin Allen, padre del cine catástrofe: la mayoría de sus films son superproducciones repletas de espectacularidad, destrucción, actores importantes corriendo de un lado para el otro… Un cineasta que se enorgullece de hacer films épicos y cien por ciento entretenidos. Aunque el entretenimiento no siempre está: las películas duran más de dos horas y eso se nota, debido a que el ritmo se vuelve muy inconstante y los puntos más fuertes ocurren en los primeros treinta o cuarenta minutos, seguidos de una meseta que se extiende hasta el desenlace. Aquí sucede algo similar, ya que el principio es intenso, pero se las arregla para mantener el interés con una fórmula parecida a la de Duro de Matar. Los buenos son muy buenos y se redimen de errores del pasado, y los malos son muy malos y por momentos parecen imbatibles. Por supuesto, hay mucho humor y vueltas de tuerca. Y más allá de la temática y su correlato con hechos políticos de la vida real (el 9/11), nunca se toma en serio. Es más, hasta hay un chiste relacionado con Día de la Independencia.

La premisa ya fue vista en xXx 2, donde la Casa Blanca era tomada no por enemigos extranjeros sino por militares estadounidenses encabezados por el Secretario de Defensa que interpreta Willem Dafoe. En la película de Emmerich, el gran James Woods interpreta al jefe del Servicio Secreto que, en su semana de retiro, pretende capturar al presidente con fines oscuros (Este detalle no es un spoiler, ya que sabe desde que empieza el conflicto). Además, es la segunda película en el año con el mismo concepto: hace unos meses fue estrenada Ataque a la Casa Blanca, de Antoine Fuqua. A pesar de esa cercanía, El Ataque logra sostenerse por sí sola.

Jamie Foxx cae bien parado en su rol de un Obama cinematográfico y Channing Tatum se afianza como héroe de acción. Maggie Gyllenhaal, encarnando a una ex de John ahora convertida en agente, y la joven Joey King son las protagonistas femeninas, ya que tiene momentos cruciales de valentía e inteligencia. El ascendente Jason Clarke está algo excesivo haciendo del mercenario que lidera a los terroristas, pero eso se corresponde con el tono del film. Por su parte, el enorme Richard Jenkins justifica cada escena con su sola presencia.

El Ataque es una película de Roland Emmerich. Si eso es bueno o es malo, dependerá de cada espectador. Desde ya, su mejor película sigue siendo El Patriota, con Mel Gibson. Sin embargo, ¿quién puede resistirse a un rato de tiros, persecuciones y explosiones de ficción, en un mundo donde la violencia política de la vida real se vuelve cada vez más apocalíptica?

 

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El estreno inoportuno.

Dos
desafortunadas referencias a las noticias más actuales coinciden en los
estrenos de este jueves, uno mencionado por mi colega Rodolfo Weisskirch en la
crítica de Séptimo y otra aquí, de
la mano de El Ataque, en donde un
presidente norteamericano personificado de manera inequívoca como Barack Obama
es un mandatario pacifista que propone un tratado de paz con todo el Medio
Oriente, mientras su referente real se encuentra en una cruzada “democrática”
para “civilizar” -a bomba limpia- un país de esa misma región. Para colmo de
males, al tratarse de un filme del pochoclero apocalíptico de Roland Emmerich,
sabemos de antemano que el patrioterismo exacerbado está al orden del día, no
solo en escenas heroicas y mensajes explícitos, sino también en insólitas
frases como la que dice el personaje de Maggie Gyllenhaal cuando le preguntan
cómo es que aún sigue trabajando después de tantas horas seguidas y responde:
“cafeína y patriotismo”.

El Ataque cuenta la historia de
John Cale (Channing Tatum), un guardaespaldas del vocero de gobierno que quiere
trabajar en el equipo de seguridad del presidente para agradarle a su distante
hija de 11 años, Emily, que es una especie de nerd enamorada del presidente y
que parece saber más de política de lo que puede saber el espectador promedio
de este filme; es decir, un personaje absolutamente inverosímil desde el vamos,
que no hace más que empeorar en cada acto de heroísmo que lleva adelante. La
casualidad los pone a ambos dentro de la Casa Blanca en el momento en que es
atacada por un grupo comando de procedencia desconocida que parece querer
secuestrar al primer mandatario. Como una mezcla de Duro de Matar y Avión
Presidencial
, Cale y Obama (perdón, el presidente Jack Sawyer) intentarán
escapar del embrollo y evitar la tercera guerra mundial, no sin antes salvar a
la pequeña Em, que se pierde en medio del asalto.

El
filme comienza con una correcta presentación de los personajes, aunque demora
un poco en dar inicio a la acción, que se insinúa desde temprano, pero no
termina de suceder. Una vez que los terroristas toman la Casa Blanca, lo que se
sucede durante una buena media hora es un juego de “gato y ratón” en donde los
protagonistas pasan más tiempo escondidos que yendo al ataque y en donde el
filme nos recuerda a Duro de Matar
(con un McClane apareciendo de a poco, encontrando enemigos piso a piso hasta
llegar al más importante). El filme pega un vuelco negativo a medida que el escape
(y con ello el desmadre de ambas fuerzas antagónicas) se va desarrollando. Hay
un pasaje sumamente ridículo que involucra una persecución en los jardines de
la Casa Blanca que a pesar de su potencia pirotécnica es claramente lo peor del
filme. El guión recobra un poco de fuerza con algún que otro giro inesperado,
pero se empaña en la profusión de escenas heroicas extremas.

Si hay
algo que enaltece al filme de manera notable es la calidad del elenco
secundario, encabezado por un Richard Jenkins muy creíble como el Vocero
Presidencial, un James Woods que se luce como el jefe del Servicio Secreto, y
una muy convincente Jamie King (a quién también vimos en El Conjuro), como la hija del protagonista. Por su parte, Channing
Tatum cumple un papel muy solvente como el héroe de turno, entre duro y
simpático (con el carisma que necesita un rol de este estilo), en un tipo de
personaje que le cae cada vez mejor. Jamie Foxx, en el papel de Obama, no hace
más que algunas morisquetas y blancas sonrisas. Vale la pena destacar al
personaje de Donnie, el guía (Nicolas Wright), cuyas primeras tres escenas dan
vergüenza ajena, pero que luego nos gana (quizás por cansancio) y nos hace reír
en las siguientes.

Si hay
algo destacable en el guión de James Vanderbilt es que la estructura del filme
no cae en huecos insalvables a pesar de que se trata de una película cuyo
gancho está en otro lado: la acción, los tiros, las explosiones, las patadas.
No es que quiera justificar los malos guiones de las películas del género, pero
el promedio de las propuestas de este estilo están tan enfocadas al pochoclo
que no tienen el menor pudor en contar historias sin el menor sentido.
Vanderbilt, guionista de Zodíaco y El Increíble Hombre Araña, está a cargo
del guión de la remake de RoboCop, que se estrenará pronto.

El Ataque es una película de
acción por momentos entretenida y que logra mantener cierta dosis de suspenso e
intriga a lo largo de su metraje, pero el público sólo será capaz de
disfrutarla si no tiene en cuenta lo mencionado en el primer párrafo de esta
reseña.

Por Juan Pablo Ferré

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