El retrato es una de las opciones del documental. Lo que se destaca en un retrato es la particularidad del personaje retratado, el interés que puede generar en el espectador; pero sobre todo, como sucede también en los retratos en la larga historia de la pintura, lo que nos debería importar es qué se elige mirar del personaje y desde dónde se lo mira.
Llamen a Joe es un retrato documental de Joe Stefanolo, el mítico abogado del rock argentino. El director lo observa con cariño y devoción. Es una mirada amable que no incluye ninguna mancha ni zona gris en su vida. Stefanolo se nos aparece como un abogado brillante y valiente, un profesional generoso con sus clientes y con las causas en las que cree y por las que lucha, un marido bueno, un amigo fiel y presente, un hombre sensible, un poeta. Enumerado así parece una exageración, pero la película transita distintos eventos de su vida sin énfasis ni declamaciones y logra el efecto de que creamos que todo eso que se dice de Joe parezca cierto. No es tanto porque el contenido de los testimonios de figuras del rock de distintas generaciones incluya maravillas sobre él, sino porque la forma en la que lo dicen suena sincera. Eso es mérito de la variedad de los entrevistados, pero también de la estrategia en que fueron encaradas las entrevistas, buscando no solo los testimonios que sirvan para el retrato de Joe sino que se presenten ante nosotros como momentos de verdad.
Tal vez la película tarda algo en encontrar su tono y la necesidad de presentar al personaje en la primera mitad privilegia lo didáctico por sobre lo cinematográfico y lo narrativo. En cambio, encuentra su mejor forma cuando se detiene a narrar el caso de Andres Calamaro, denunciado en 1994 por apología del delito luego de haber dicho en un recital que era una linda noche para fumarse un porrito. La narración del suceso hace un uso impecable del archivo de la época, lo que nos permite observar la hipocresía de gran parte de la sociedad argentina respecto al consumo de drogas pero también la perfecta defensa que hace Stefanolo en un caso en el que se mezclaban dos cuestiones con implicancias legales: la tenencia de drogas para uso personal y el derecho a la libre expresión. Es muy interesante la parte dedicada a la emisión de “Hora Clave”, al que están invitados, entre otros, el propio Calamaro, Stefanolo, Daniel Scioli y Eduardo Borocotó. Los que vivimos en los 90 recordamos que el programa terminaba, luego de largos debates alrededor de una mesa, con la opinión final de Mariano Grondona. Esta vez sucedió lo mismo y la película así lo muestra. Cuando Grondona se para y dice “ahora voy a dar mi opinión” uno espera lo peor. Contaminado con la percepción que tenemos de Grondona como un periodista conservador y reaccionario, suponemos que tomará partido contra Calamaro. Sin embargo ofrece simples y contundentes argumentos liberales: “En una democracia tenemos derecho a decir cualquier cosa. La opinión no puede tener límites. El concepto de apología del delito es una aberración.”
Llamen a Joe es un documental clásico y directo, sin grandes ambiciones estéticas o formales, pero es fiel a una tradición cinematográfica: la de los personajes abogados como Quijotes enfrentados a los prejuicios y las injusticias, héroes protectores de los justos y de la verdad.
(Argentina, 2023)
Guion, dirección: Hernán Siseles. Duración: 70 minutos.