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BAFICI - Festivales

[26] BAFICI | Presente contínuo

Como toda película (y especialmente los documentales), Presente contínuo plantea una ética cinematográfica a partir de la distancia con lo que se narra y lo que se muestra. Uno tiene la rara sensación, en esta notable película, que la cámara de Rosell está siempre no solo a la distancia justa, sino en el único lugar en el que podría estar. A partir de esta precisión, la emoción que se genera es de una calidad más limpia, nunca condimentada por la demagogia sentimental ni por la crueldad.

La película hilvana no muchos acontecimientos, pero es precisamente en esa economía narrativa en la que encuentra su precisión, su justeza, su eficacia para mostrar a Lisandro, un adolescente autista, y a su madre. No es especialmente importante el hecho de que el protagonista de su documental sea su propio hijo o que la madre sea Valentina Bassi, una conocida actriz argentina. Esos elementos están fuera de la película; son datos que podemos conocer o no, pero que no deberían afectar la emoción que nos provocan las imágenes y lo que se cuenta. En la decisión de Rosell de no remarcarlos, lo que leo es su predilección por una vocación narrativa por encima de la idea de testimonio personal. Y está bien que así sea, en este caso. Es una película acerca de cómo transita sus días un chico con una discapacidad y cómo concilia su madre su vida laboral con esa particularidad, pero a la vez es mucho más que eso. Como toda buena narración, Rosell se concentra en lo particular para dar cuenta de lo universal. Lo que se nos termina imponiendo a los espectadores es el reflejo de la vida que sucede frente a la cámara; momentos de felicidad o de inquietud; la calma y el vértigo; el transcurrir del tiempo.

La ausencia de énfasis logra que sea más una película sobre la crianza y la maternidad, que puede interpelar a cualquier padre o madre, y no una película sobre el autismo. El hecho de que Valentia Bassi sea actriz y que la película la muestre participando de una obra de teatro y de una película, no la pone en un lugar especial; lo que trasciende es la complejidad de una madre que debe congeniar su trabajo con la crianza. Que su hijo sea autista le plantea desafíos particulares, pero Rosell los narra sin quejas ni subrayados, para que la identificación sea universal.

Presente contínuo nos recuerda que para hacer una película a veces se necesita muy poco. Y a la vez, se necesita mucho. Su simpleza en cuanto a factores de producción -su carácter artesanal- no solo no le impide una atención particular en los encuadres y un rigor sorprendente en el montaje, sino que se aparece como la única forma de abordar esta película. Después, se necesita convicción, templanza y sensibilidad. De todo eso hay acá. Rosell hace una película ahí donde se suponía que no podía haberla.

(Argentina, 2025)

Producción, guion, dirección: Ulises Rosell. Elenco: Lisandro Rosell, Valentina Bassi, Jeff Zorrilla, Fary Rosell. Duración: 80 minutos.

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