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BAFICI - Festivales

[26] BAFICI | Una quinta portuguesa

En su segundo largometraje, Una quinta portuguesa, Avelina Prat (Vasil), expone una trama de su autoría que logra atrapar por la riqueza de sus personajes. En el inicio nos presenta a Fernando, un sexagenario profesor de geografía, que no logra entusiasmar a sus jóvenes alumnos, más preocupados en revisar los mensajes de sus celulares que en atender a las interesantes, pero para sus discípulos intrascendentes, explicaciones sobre la vastedad de nuestro globo terráqueo. 

La sorpresiva desaparición (partida) de su esposa eslava sin dejar mensaje en su casa y la insatisfacción laboral lo llevan a desplazarse al vecino país de Portugal. Un fugaz encuentro, en un bar, con Manuel, un jardinero de una quinta del país lusitano y una insólita circunstancia lo llevan a adoptar la identidad de este y el nombre de su ocasional vecino en un bar. 

Sin experiencia alguna en jardinería se presenta en la casa de Amalia, quien pronto adivina que el “Manuel” que esperaba no es en verdad aquel a quien había contratado, pero cierta empatía con el simulador la lleva a no verificar su falsa identidad.

En la casa de campo, donde ahora trabaja Fernando (alias Manuel) hay aún un tercer personaje (Rita), que se ocupa de la cocina y limpieza y que, con su simpatía y carácter extrovertido, hacen que el ahora ex profesor se sienta a gusto, aunque no logre disipar la tristeza que le produce no tener más noticias de su cónyuge. 

En algún momento decide volver a España, con la sorpresa de encontrar que su casa no está vacía, pero que quien allí ahora vive (Olga) no es su esposa, sino una mujer de similar aspecto y origen. 

A mitad de camino de las casi dos horas que dura Una quinta portuguesa, la cuidadosa trama irá develando quien es este cuarto personaje. En verdad es el tema de la “Identidad” el que permea al ahora jardinero y a la ocasional ocupante de su casa. 

Uno de los grandes méritos de Avelina Prat es el acierto en la elección de los cuatro artistas que personifican al reducido número de personajes, cuyo accionar se limita a dos sitios principales en ambos países y que explican que se trate de una coproducción entre España y Portugal. 

Manolo Solo es Fernando/Manuel, de una larga trayectoria actoral, aunque, al menos para este cronista, poco célebre. Sin embargo, revisando su vasta filmografía (más de cien títulos, incluyendo televisión), resulta algo más familiar ya que es el personaje central de la maravillosa Cerrar los ojos, vergonzosamente ignorada en el Festival de Cannes de 2023 y que provocó la lógica ira de Víctor Erice. Entre otros créditos de Manolo Solo, en roles menores, rescatamos Biutiful, El laberinto del fauno y La isla mínima.

María de Medeiros es bien conocida y descuella en el rol de la algo misteriosa Amalia. Con casi sesenta años, mantiene cierta belleza y no se puede dejar de mencionar al menos dos títulos de su vasta carrera: Pulp Fiction y Henry & June (Philip Kaufman), en el rol de Anaïs Nin.

Branka Katic (Olga) nació en Belgrado y fue dirigida entre otros por Emir Kusturica en Gato negro, gato blanco. Finalmente, Rita Cabaco es la desconocida actriz portuguesa que completa el cuarteto de notables intérpretes.  

(España, Portugal, 2025)

Guion, dirección: Avelina Prat. Elenco: Pedro Almendra, Sam Avtaev, Ivan Barnev, Morgan Blasco, Luisa Cruz. Producción: Adán Aliaga, Miguel Molina, Luís Urbano. Duración: 114 minutos.

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