Domingo 30 de octubre.
A las 18 hs, las carpas 1 y 2 del predio de Prefectura, comenzaron las proyecciones del festival. Una buena cantidad de público se acercó desde temprano para ver películas argentinas y de toda Latinoamérica. Films que fueron mayormente presentados por sus directores, productora y actores, todos muy predispuestos a la hora de dar entrevistas y charlar con los espectadores ni de dejarse sacar fotos. Juan Palomino, máximo responsable de la iniciativa, va de un lado a otro, pendiente de cada detalle, siempre de buen humor.
La jornada ofreció desde oscuridades retorcidas hasta homenaje a Leonardo Favio. Cada largometraje es precedido por un corto. Como Diamante Mandarín (2014), de Juan Martín Hsu, acerca de una familia china, dueña de un supermercado, y cómo deben refugiarse de los saqueos de diciembre de 2001 en Buenos Aires, tras la caída de la presidencia de Fernando de la Rúa.
A continuación, críticas de los más destacados exponentes.
La Valija de Benavidez, de Laura Casabé (Argentina, 2016 – Noches de Terror y Fantástico), por Matías Orta
Pablo Benavidez (Guillermo Pfening) no pasa por un gran momento. Su carrera como escultor parece acabada luego de críticas terribles y debe vivir a la sombra de su padre, un respetado artista, y de su esposa (Paula Brasca), una pintora en ascenso. Una noche, huye de casa y, con valija y todo, aparece en la residencia de su psiquiatra (Jorge Marrale), que también está vinculado al mundo del arte. El doctor le ofrece formar parte de una residencia secreta, ubicada en un sector oculto de la vivienda, donde artistas atormentados gozan de privacidad para concretar sus creaciones más personales y arriesgadas, siempre como parte de un tratamiento especial. Benavidez acepta una breve visita al lugar, pero pronto descubrirá que no puede salir de allí: se encuentra en un laberinto repleto de detalles que potencian todo lo que atormenta su mente. El doctor no deja de monitorear sus movimientos, ya que tiene planes muy específicos con él.
Basada en el cuento de Samanta Schweblin, La Valija de Benavidez es un extraño thriller psicológico con buenas pinceladas de humor negro. Justamente extrañeza y comedia negra eran lo que primaba en El Hada Buena: Una Fábula Peronista, la ópera prima de la directora Laura Casabé. Aquí vuelve a demostrar su capacidad para crear microcosmos extravagantes (en este caso, satirizando el mundo de las artes plásticas), aunque con connotaciones más tenebrosas.
Las actuaciones de Pfening y de Marrale, y la de Norma Leandro como una curadora, contribuyen a darle cuerpo a estos seres con ambiciones que los llevan a lugares pesadillezcos. Marrale en particular da cátedra a la hora de componer a un personaje oscuro pero entrañable, evitando caer en el grotesco.
Ver La Valija de Benavidez implica sumergirse dentro de una historia inusual, satírica, lúgubre, provista de giros bien orquestados, y funciona como la prueba de la madurez de una cineasta con ideas más que interesantes.
Rosa Chumbe, de Jonathan Relayze Chiang (Perú, 2015 – Competencia Largometrajes), por Martín Chiavarino
Historia de la miseria
La miseria y la corrupción moral, política y económica van siempre de la mano y crean lazos profundos que conforman valores y esquemas de obrar, pensar y sentir, que el fallecido sociólogo francés Pierre Bourdieu denominó como “habitus”.
El debut cinematográfico del realizador Jonathan Relayze Chiang es una excelente película sobre la miseria social que se extiende a todos los estratos y a todas las prácticas.
Rosa es una administrativa de la policía que vive con su hija, una joven madre soltera con un bebé pequeño y otro en camino. Mientras la hija toma la decisión de realizarse un aborto dejando a su bebé solo, la madre, que desempeña sus tareas policiales con gran ineficacia, hasta quedándose dormida en el escritorio, debe hacerse cargo del cuidado del bebé.
Reflejando las injusticias y la desigualdad extrema de Perú, Rosa Chumbe funciona como una denuncia de las paupérrimas condiciones sociales, de la hipocresía y del estado de indigencia en la que se encuentra el pueblo. La vida parece una penuria insoportable que agobia a los personajes, obligándolos a sobrevivir sumisamente y a desperdiciar el tiempo en lugar de a reclamar por su dignidad.
La extraordinaria acción de Liliana Trujillo que sostiene toda la película manteniendo una mirada y un espíritu agotado que transmite una angustia o una alegría efímera y desdichada al reír tenuemente es el principal valor de Rosa Chumbe, un film necesario para comprender el estado de Latinoamérica y así transformarlo.
Favio: Crónica de un Director, de Alejandro Venturini (Argentina, 2015 – Competencia Documental), por M.O.
La figura de Leonardo Favio nunca perderá vigencia ni interés. Otra prueba de que fue y sigue siendo un cineasta único es el documental Favio: Crónica de un Director.
Una sucesión de entrevistas a amigos, familiares y colegas permite conocer íntimamente a Fuad Jorge Jury (tal era su nombre verdadero), y es posible descubrir cómo episodios y personajes de su entorno -en especial, de Luján de Cuyo, Mendoza, donde pasó su niñez- fueron cruciales para darle forma a su universo cinematográfico. También hay imágenes de las nueve películas que dirigió, pero el material más novedoso y notable es el audio de una entrevista que el director Alejandro Venturini le realizó al mismísimo Favio años atrás; los fragmentos de esta nota están distribuidos a lo largo del documental, que, como indica el título, se centra en su faceta como director.
Favio: Crónica de un Director resulta imprescindible, ideal para adentrarse en el universo de Favio por primera vez o para seguir descubriendo más sobre un genio del séptimo arte.