La más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Marsella (31° FID Marseille) tuvo por primera vez una versión Online
El evento nació en 1990 como “Biennale Européenne Documentaire”, clara denominación que no requiere traducción, pero fue cambiando de nombre y a partir de 1998 se rebautizó como “FID Marseille”.
La otra mutación importante sucedió en 2007, año a partir del cual la Selección Oficial empezó a aceptar films de ficción en su programación.
De otra manera no se explicaría la integración de películas con argumento, como la que acaba de concluir. De manera que la sigla FID puede resultar engañosa al inducir al neófito en estas lides a imaginar que todas las obras presentadas son del género documental.
Presencia latinoamericana
Este año la Selección Oficial Internacional estuvo constituida por 17 títulos, de los cuales un tercio (seis) eran latinoamericanos. Una muy buena presencia que se vio realzada a la hora de los premios.
En efecto, el Gran Prix (máximo galardón) recayó en la película chilena Visión nocturna de Carolina Moscoso, un relato íntimo y personal sobre una violación hace diez años en la playa de Papudo. Aquí el énfasis está puesto en la lentitud y arbitrariedad de la justicia chilena en condenar este y otros delitos, algo que parece muy propio de nuestro continente. El título hace referencia a un trío de iluminaciones posibles: “la que encandila, la que no deja ver y la que está en penumbra”, en palabras de la realizadora, pero indudablemente no se limita a los conceptos técnicos.
Dos fueron las películas argentinas en competencia oficial. Rio Turbio, de Tatiana Mazú González se llevó un premio importante (Prix Georges de Beauregard International) con un título que claramente identifica el lugar en que acontecen los hechos relatados. Al igual que el film chileno posee una visión feminista, en este caso referido a la actitud combativa y reciente de las mujeres de los mineros. La postura es atendible y encomiable, pero no parece tan equilibrada la visión de otros dos acontecimientos que son tratados con diferente ecuanimidad. Se condena el lamentable licenciamiento de mineros en 2019 pero no se esclarece la posible responsabilidad por la muerte de 14 mineros en 2004.
A este cronista le pareció más logrado el otro film argentino en competición, que se fue con las manos vacías. Se trata de Todo lo que se olvida en un instante del argentino-norteamericano Richard Shpuntoff, cuyo padre, ya fallecido es el principal homenajeado. Hijo de inmigrantes judíos de Ucrania, el film lo muestra en Brooklyn y otras localizaciones de Nueva York, incluyendo una “entrevista” al progenitor cuando ya tenía 80 años.
Dividido en cinco capítulos, el segundo (“TheHighwayman”) resulta notable cuando su padre comenta despectivamente y en inglés la actitud del funcionario Robert Moses al construir vías rápidas (autopistas) en Manhattan, desalojando gente. Lo notable es que los subtítulos no traducen el texto en inglés, sino que lo reemplazan con comentarios sobre Cacciatore y sus célebres autopistas en nuestra Capital. De igual riqueza es el siguiente capítulo (“Nuestra América”), con referencias a José Martí, Roque Sáenz Peña y Manuel Quintana y al uso impropio del término América en los Estados Unidos.
En apenas setenta minutos Shpuntoff logra una obra de gran riqueza, que hasta justifica su visión en más de una oportunidad.
Las dos películas en competición de México defraudan por diversos motivos. La interminable Toda la luz que podemos ver de Pablo Escoto Luna fue la más larga de la competencia internacional. Se refiere a los personajes de la leyenda azteca Popocatépetl e Iztaccíhuatl, hombre y mujer respectivamente, cuyos nombres dieron origen a sendos volcanes. Ambientado en la actualidad y mayormente en la campiña es difícil captar lo que el director quiso expresar.
En cuanto a Se escuchan aullidos del prolífico Julio Hernández Cordón, es casi una excusa para que actúe su hija menor (Fabiana Hernández). Lo hace junto a él y al actor Francisco Barreiro en ocho roles (policía, agricultor, vendedor de pulque, etc). Pretende ser una comedia con algún liviano toque “gore” (mujer lobo), pero mayormente aburre.
Finalmente, de Brasil en la selección internacional se vio Pajeú de Pedro Diógenes. Filmado en Fortaleza (Ceará) es un digno alegato ecológico. Gira alrededor de la joven Maristela, quien investiga como un curso de agua importante (Pajeú) quedo reducido a un riacho, por oscuros intereses inmobiliarios. Se podría ver como antecedente a “Aquarius”, aunque en esta oportunidad se trata más bien de un documental o si se quiere un docudrama.
Fuera de competencia se vio otro film de Brasil de atractivo interés: “Ontemhaviacoisasestranhas no ceú”, de Bruno Risas. Fue filmado en Sao Paulo, en un barrio popular (Bresser, Mooca), no muy lejos del centro histórico. Risas filma a su familia: padre desempleado, madre que se presta a ser actriz pese a que afirma en portugués:” Isto é umavergonha, eu nao sou actriz”. Y en verdad actúa muy bien y protagoniza una de las secuencias más graciosas cuando es “secuestrada”, vía un extraño objeto. Muy logrado film que no se incluyó en la selección mayor, ya que estuvo antes en otros eventos (BerlinaleTalents).
Resto del mundo
De los once films no latinoamericanos de la Selección Internacional hubo algunos pocos que merecen algún comentario por su calidad. Del resto se hará una breve reseña.
Homelands de Jelena Maksinovic está ambientado en “Macedonia” (del Norte), una de las repúblicas de la ex Yugoslavia. Se trata de una obra con claro sesgo político ya que la realizadora reivindica el rol de los partisanos durante la Segunda Guerra Mundial. Las imágenes en blanco y negro y sus cánticos poseen gran fuerza y recuerdan a los de los republicanos durante la Guerra Civil Española. Hay varios personajes de origen griego que se establecieron en un país que formó parte de la ex Yugoslavia. Los bailes y la música de Theodorakis parecen señalar, de hecho, cierta nostalgia “griega”.
Goodbye Mr. Wong de Kylé Simon Luanges un bello “melodrama”, que no oculta en absoluto su género. Transcurre en un lago de Laos, país que lo produjo junto a Francia y cuyo personaje central es la joven France. Ella habla perfectamente francés, gracias a la nacionalidaddel padre. La madre en cambio es laosiana y amiga de Nadine, una mujer francesa. Uno de los conflictos centrales es el que afecta al matrimonio de Nadine (Nathalie Richard) y Hugo (Marc Barbé). El otro, el enamoramiento de Mr. Wongno correspondido por France. Ella siente rechazo ya que el chino está dispuesto a realizar una inversión inmobiliaria y náutica, que hará peligrar su medio de vida: una lancha colectiva. Muy lejos del género documental, Goodbye Mr. Wong tiene varios atractivos entre los que se destacan las interpretaciones, los bellos paisajes y sobre todo la autenticidad de las situaciones íntimas planteadas.
The Notes of Anna Azzori, dirigida por Constanza Ruhm, se basa en material provisto por Arsenal (Complejo de Cine de Berlín) de imágenes de un film italiano de la década del 70. El título refiere a una joven que vivía en Piazza Navona (Roma). Es fascinante la reconstrucción que realiza Ruhm, siendo su film un auténtico y notable documental sobre un personaje rebelde, en una clara defensa de un feminismo en ciernes.
Northern Range de Olivier Derousseau, no está a la altura de los tres films anteriores. El nombre alude a la región de Normandía, al norte de Francia y a dos ciudades (Dunkerque y Calais), que con el Brexit se ven convertidas en la frontera norte de la Unión Europea. Recibió el segundo premio de la Selección Internacional, pero en verdad está muy debajo de las tres que la preceden en los comentarios y la argentina de Shpuntoff.
Explaining the law to Kwame del israelí Roee Rosen dura apenas 23 minutos, durante los cuales la actriz Hani Furstenberg (notable parecido con Liv Ulmann) se refiere al diferente trato legal que reciben en Israel los jóvenes árabes y los judíos al ser detenidos por la policía. El mediometraje parece más una parte de un posible largometraje que un film integral, habiendo recibido dos premios menores.
Finalmente, una lista de otros films de la Selección Internacional que merecen caer en el olvido: Gyres 1-3 (USA), Eyes/Eyes/Eyes/Etes (España), N.P (Japón/Suecia), A Danza do Cipreste (Portugal), Two Stones (Holanda/Alemania) y Zaho Zay” (Madagascar).
© Fredy Friedlander, 2020
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