Compartimos más críticas de films del lunes 21 de noviembre.
La Siesta del Tigre, de Maximiliano Schonfeld (2016 – Competencia Argentina), por Matías Orta
En paralelo a La Helada Negra (2016), el director Maximiliano Schonfeld también se las ingenio para hacer otro film. En este caso, el documental La Siesta del Tigre (2016).
La cámara de Schonfeld sigue a un grupo de hombres -paleontólogos amateurs- que se internan en la jungla de Entre Ríos con un objetivo claro: encontrar los restos del tigre dientes de sable, que supo habitar por esa zona en tiempos prehistóricos. Una búsqueda constante, dedicada, que también permite conocer a estos veteranos que entienden tanto de huesos como de la vida.
Los planos del río y del verdor dominante son el escenario perfecto para conocer la pasión (y la humanidad) de José María Espíndola, Benigno Lell, Raúl Goettig, Mauricio Espíndola y Julio Folmer. El buen humor y la camaradería entre ellos, más el estilo contemplativo del director, hace que el espectador se sienta un expedicionario más, que la selva sea palpable. Y lejos de quedarse en el simple registro y en la creación de climas, hay lugar para detalles
La Siesta del Tigre permite ver dedicación y amistad, en un contexto tan lejano como fascinante.
Los Ganadores, de Néstor Frenkel (2016 – Competencia Argentina), por M.O.
Gracias a documentales como Buscando a Reynolds (2004), Construcción de una Ciudad (2007) y El Gran Simulador (2013), Néstor Frenkel genera una especial expectativa con cada uno de sus documentales. El ojo siempre está puesto en individuos fuera de lo común -incluso si son públicos, tal es el caso de René Lavand en EGS-, y Los Ganadores (2016) no es la excepción.
Premiaciones hay en todas partes, para todos los rubros. ¿Quiénes son las personas que acostumbran a recolectar estatuillas, diplomas y otros elementos que significan una caricia para el esfuerzo (y, no en pocos casos, para el ego)? Tomando como punto de partida los premios acumulados por Jorge Mario -cinéfilo que fuera tema central de Amateur (2011), también de Frenkel-, la película se sumerge en hombres y mujeres que, gracias a programas de radio y de televisión (zonales o del interior) y otros emprendimientos, consiguen juntar una buena cantidad de trofeos. Frenkel se detiene en los conductores de un programa de radio dedicado al tango, que comienzan narrando sus logros, para luego emprender ellos mismos la organización de una ceremonia de premiaciones.
Como es habitual, el director mezcla el seguimiento de las actividades de los “ganadores” y entrevistas con cada uno, aun cuando algunos manifiesten su incomodidad. El retrato honesto de estas personas, sus pasiones y sus intenciones, no incluye un juicio de valor, de manera que el espectador es quien debe completar el film con la lectura que haga. Este detalle hará que Los Ganadores genere opiniones dispares, pero eso habla de la riqueza de un film que, por sobre todas las cosas, presenta una especie de subcultura que vale la pena descubrir.
