EDICIÓN LIMITADA
Como bien dice el catálogo del Festival, Dark Light Voyage es “una road movie existencialista”, pero también es la segunda parte de una cuatrilogía, inscripta dentro del “dogma de Hanoi”. Según sus reglas, el proyecto debe ser de una persona y no puede verse después de dos años de la primera proyección, entre otras restricciones. Más que abrir posibilidades, las cierra. Esa es la idea del director Tin Dirdamal acerca de la creatividad; mientras más se limita, más fuerza puede cobrar. Es por ello que este documental -opaco en el desarrollo de sus ideas- transita un camino de oblicuidad narrativa, tanto en el formato que varía entre el vídeo más casero y uno más profesional como así también en los personajes que aparecen en cámara, algunos menos casuales y otros más repentinos o accidentales.
Casi toda la película se desarrolla entre un viaje en tren del norte al sur de Vietnam. Hay un propósito personal para la travesía: Dirdamal va a visitar a un amigo (al que no ve desde hace doce años) que está internado en un hospital psiquiátrico por haber matado a su mujer. De todos modos, la cámara se posa en los pasajeros, en el escenario natural, en las propias historias de los pueblos en los que para (no hay forma de evitar la guerra) y hasta en historias circundantes al objetivo inicial. La lectura sobre la Guerra de Vietnam tiene su largo aliento, en especial cuando el tren se detiene en lo que era la frontera norte-sur y se explica que es el lugar en el mundo en el que cayeron más bombas en la historia de la humanidad.
La principal cualidad de la obra es la mirada acerca de todos los temas a través de los ojos de una niña, quien es la que narra en off casi todo el documental. La inocencia del tono, las pausas y las intermitencias hacen que, incluso en una pregunta que ella le hace a su padre -“¿por qué la mató a su mujer?”- se genere una mezcla de escozor y ternura. A pesar de las intenciones, la teoría desde este dogma y la accesibilidad a lo exótico (más aún en estos tiempos, en los que viajar se hace más cuesta arriba) la película es mezquina. Los dogmas, ya lo vimos en los 90 con Lars Von Trier y Thomas Vinterberg, están para alejar no para acercar absolutamente nada.
Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.
Dirección: Tin Dirdamal, Eva Cadena. Guión: Tin Dirdamal. Duración: 66 minutos.