CINE DENTRO DEL CINE
Quentin Dupieux es un director que encontró la vuelta a su cine luego de haber transcurrido 17 años de su ópera prima. Desde sus comienzos fue una especie de rara avis, un bicho raro al que todavía no se lograba descifrar cinematográficamente, afirmación que podemos ejemplificar con films iniciales casi sin diálogos, entre los que sobresale Rubber, la de un neumático asesino. Su progreso quedó patente en películas como Le daim, donde ya se puede identificar un claro cambio de registro a sus comedias, que estaban ligadas al absurdo, y de ahí en más también se las podría vincular al drama.
A partir del 2020, Dupieux duplicó su producción cinematográfica, brindando proyectos como Increíble pero cierto y Fumar provoca tos en 2022, y las extraordinarias Yannick y Daaaaaalí!
Dupleux fue moldeando y perfeccionando la estructura de sus proyectos a partir de este período hacia una mucho más acabada y lineal concepción de lo que hoy sería su cine. The Second Act -el film seleccionado para abrir el Festival de Cannes en su 77ma. edición- es su mejor film y el resultado de ese progreso que destacamos.
The Second Act inicia con un viaje hacia un restaurante cerrado que yace en un lugar aislado. Vemos nervioso a quien estaciona en la puerta y abre el comercio. Seguimos con una charla entre dos amigos (David -Louis Garrel- y Willy -Raphaël Quenard), tomados por una cámara oblicua a izquierda que los acompaña por un buen rato. David plantea querer presentarle en el restaurante a Willy a una mujer que lo persigue y por quien no siente nada; por más que reitere hasta el cansancio lo bella que es, no le pasa nada con ella. El de Willy es un personaje políticamente incorrecto, que dice cualquier cantidad de barbaridades sobre la mujer, su aspecto físico, la identidad sexual. En ese momento, Dupieux comienza a librar indicios que marcarán a lo largo del film la originalidad de su guion: romper la cuarta pared, salirse del libreto y hablar al espectador, al equipo técnico y hasta al director del propio largometraje. Incluso David hace mención a no quedar cancelados por estos comentarios, algo que del otro lado de la pantalla intuimos ante propuestas que creemos ya no podrían filmarse hoy.
El uso de la incorrección política en The Second Act es uno de sus fuertes, hasta que Dupieux comienza a afrontar otra capa del guion, que es la de desdoblar a los personajes de tal manera que comenzará a confundirnos como espectador en tener que descifrar qué es ficción y qué no.
Aparejados y en un mismo plano pero opuesto, a izquierda de los personajes, la cámara acompaña a un padre y su hija (Florence -Léa Seydoux- y Guillaume -Vincent Lindon). Ellos también se dirigen al restaurante, para presentarse a la cita con David. Simétricamente se plantean conflictos que de nuevo rompen la pared de la ficción. Así se suman a quien abriera el bar, un mozo/actor por demás nervioso que no puede siquiera servir una copa de vino ante el temblor de sus manos, a causa de ser la primera vez que trabajaba en cine.
Dupieux utiliza el subgénero “cine dentro del cine”, como en Yannick hiciera con el “cine dentro del teatro”, pero de manera mucho más ágil que en películas que rompían la cuarta pared, como La rosa púrpura del Cairo y El último gran héroe. Aquí es constante la alternancia entre la ficción de la no ficción, confundiéndonos por momentos e imponiendo un juego que, como espectador, se disfruta. Hay gags que si bien funcionan muy bien y resultan graciosos, terminan repitiéndose innecesariamente. Todos nos reiremos al descubrir que a Guillaume lo llaman por teléfono mientras está con su hija, para comunicarle que fue elegido por un director como Paul Thomas Anderson y el llamado sea destinado al actor que interpreta a Guillaume y no al personaje. Idas y vueltas que se ven muy espontáneas y funcionan de maravillas frente a otras decisiones de guion, empezando por la repetición del gag del actor que no puede servir una copa de vino sin embocar el líquido.
La labor del excelente cast hacen, a su vez, que Dupieux se supere y reversione a sí mismo hacia un estado del que quisiera creer fue él mismo quien realizó este film.
(Francia, 2024)
Guion, dirección: Quentin Dupieux. Elenco: Léa Seydoux, Louis Garrel, Vincent Lindon, Raphaël Quenard, Manuel Guillot. Producción: Hugo Sélignac. Duración: 80 minutos.