Cobertura exclusiva desde La Plata, por Oscar Carlos Jalife
Tercera jornada en el FESAALP. Se mantiene el buen humor en el ambiente, lo que viene propiciando un rítmico aumento en el número de espectadores. Hoy fueron más que ayer; esperemos que menos que mañana. Así como el contexto crece y perfecciona, también crece la calidad, día a día, de las proyecciones.
El día fílmico arrancó con la primera emisión, dentro de las secciones paralelas, de Zoom de Cortos, dentro de las secciones paralelas, en la que cual se vio un nivel muy parejo de orden cualitativo; si bien ninguno parece ser una hipérbole cinematográfica, sí que prácticamente todos se mantienen en un nivel muy correcto. Si tuviera que elegir alguno en particular (a falta de ver los de los días sucesivos), me quedaría con Quijote y Martin Fierro, de María Eugenia Méndez.
Llegó el turno también de la 3° y la 4° tanda de la Competencia de Cortos, en la cual el nivel mostrado hasta ahora (no de todos) le supondrá más de un quebradero de cabeza a los miembros del jurado. Quebradero que, sospecho, se volverá aún mayor teniendo en cuenta que la cantidad total de tandas será de nueve. Como curiosidad, considero válido remarcar las carcajadas que se repiten al emitirse los separadores; ya me había referido a ellos antes, pero es que resulta casi hipnótico el buen resultado logrado con el público.
En esta jornada, la “Competencia de Largos” irrumpió con el doble de fuerza y el doble de realista. A las 18:00hs. se proyectó Noches sin Fortuna (2010), film documental que retrata una mirada intimista sobre el símbolo que supuso y supone el escritor Andrés Caicedo, uno de los escritores más originales de la literatura colombiana de las últimas cinco décadas, y el razonamiento que lo llevó a quitarse la vida a los veinticinco años de edad. El resultado es una película muy amena, que da qué pensar y, si bien no despertó pasiones, sí que gustó en general, casi de manera rotunda.
Posteriormente, a las 22:00hs, se procedió a la proyección de El Polonio (2011), de los jóvenes directores Daiana Rosenfeld y Aníbal Garisto. Segundo documental de la jornada, nos muestra la cara del hermoso Cabo Polonio (pueblo ubicado en las costas uruguayas) que los turistas no conocen: la dura vida de sus 60 habitantes durante el invierno, centrado muy especialmente en el día a día de Natalia y todas las complicaciones que se le presentan al vivir allí. Esta es otra película que también gustó mucho entre el público (quizás hasta más que la anterior), y en la cual se denota mucho esfuerzo y mucho trabajo por parte de sus realizadores durante mucho tiempo, a lo largo de un desarrollo accidentado y, si se permite, hostil; casi una mimesis morfológica entre el proceso y el propio argumento de la película, casi como si su esencia fuera compartida entre ambos. Mis palabras en cuanto a la calidad del film no pueden agregar mucho más que lo que ya hizo en su día la maravillosa crítica de mi colega Tomás Luzzani. Lo que sí, tuve oportunidad de intercambiar unas breves palabras con Aníbal “corcho” Garisto, en las cuales me comentó la gran alegría que sienten en estos momentos y lo orgullosos que se encuentran con este documental, sobre todo luego de haber sido recibido con una ovación en su proyección londinense. Felicitaciones para ellos.
Por último, al mismo tiempo que El Polonio, tuvo lugar la sección “Noche Especial”, donde se proyectó El Sur de Homero, extenso film de Gustavo Provitina que retrata y recorre la imagen y el ideario de Homero Manzi desde una mirada realmente optimista. La película despertó buenas vibraciones en el público, aunque su aceptación no fue unánime. Sí se valoró el trabajo del director como positivo.
En la cuarta jornada, ya el ecuador del FESAALP, todavía resta mucho por ver. Sigue la competencia de cortos con proyección doble, lo mismo para la competencia de largos, en la cual se emitirán dos películas de ficción: A las 20:30hs Compañía, de Pablo Siciliano y Eugenio Lasserre; y La Memoria del Muerto, de Valentín Javier Diment.
