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CRÍTICAS - CINE

Destino Final 5 (3D)

Destino Final 5 (3D) (Final Destination 5, Estados Unidos, 2011)

Director: Steven Quale. Guión: Eric Heisserer. Elenco: Nicholas D’Agosto, Emma Bell, Miles Fisher, Arlen Escarpeta, Jacqueline MacInnes Wood, Ellen Wroe, P.J. Byrne y Tonny Todd. Distribuidora: Warner. Duración: 92 minutos.

La Muerte ya sigue el camino de memoria.

La década pasada fuimos testigos del nacimiento y dominio de dos sagas en el ámbito del terror, estamos hablando de El Juego del Miedo y Destino Final.
Ambas tienen ciertas similitudes, buscando incomodar al espectador con un gore explicito que roza lo pornográfico, ambas bastante maltratadas por la crítica pero con éxito suficiente en taquilla como para dar una tonelada de secuelas que se limitaban a hacer copy/paste de una misma fórmula que a cada entrega se notaba cada vez más desgastada.

Las andanzas de Jigsaw terminaron hace poco y al parecer de forma definitiva, de la misma forma que la Muerte aparentemente ya atrapó a todos los que debía cazar en esta última película de DF.

Repasando brevemente la historia, estamos ante un grupo de amigos y compañeros de trabajo que deben ir a un retiro laboral para aprender a trabajar en equipo. Uno de los viajantes tiene una visión de un terrible accidente en el que morirán todos, luego del trance, y prácticamente arrastrando a sus compañeros, logra salvar a un reducido grupo de morir en forma horrible. Pero la Muerte al ver como la burlan no se quedará de brazos cruzados.

Si nos atenemos a leer la sinopsis únicamente, no hay nada nuevo en el horizonte. Y este es el mayor lastre que arrastra la saga, si bien la idea de la Muerte presente –no físicamente- como una implacable asesina fue buena, la cantidad de secuelas que calcaron paso a paso a la entrega original hicieron que la formula se desgastara, incluso al límite donde si no se veían las películas anteriores daba igual para el espectador, demostrando una alarmante falta de avance narrativo a la hora de suceder las películas unas con otras.

Al parecer, intentando revivir el agotado método, el guionista  Eric Heisserer agregó algunos aspectos nuevos para que el film no sea tan repetitivo con respecto a los anteriores. Un claro ejemplo es el de transformar finalmente a uno de los sobrevivientes en villano, y también, darle una vuelta de tuerca más al asunto de cómo lograr evitar ser atrapado por la Muerte, además de pequeñas dosis de humor negro.
Es una lástima que esto se hiciera recién en la quinta película, cuando a partir de la tercera –incluida- la saga ya pedía a gritos terminar o que le den un cambio de rumbo.

Otro detalle a favor es para quienes vieron las cuatro entregas anteriores, desde los créditos iniciales –de lejos lo mejor de la película- verán varios guiños a las muertes anteriores, ya sea a través del elemento homicida, situaciones parecidas o muertes similares, incluso habrá sorpresa al final de la película para quienes estén más atentos y tengan frescos los pasados films.

Igual no hay que engañarse, la película en su conjunto no ofrece nada nuevo a pesar de los intentos para mejorar el producto, eso sí, Destino Final 5 no supera a la disparadora de este universo, pero seguramente sea la mejor después de ella, aunque no fuera muy difícil lograrlo viendo los anteriores films

El cine de terror lamentablemente este año parece irse en deuda, ya que ni siquiera Wes Craven y su Scream 4 ni John Carpenter con Atrapada pudieron poner un oasis en el árido desierto de mediocridad que se está viendo a la hora de asustar a la audiencia. Para quienes amamos este género, pensaremos que la Muerte, al igual que los espectadores, se sentirá defraudada.

Por Jorge Marchisio

 

Si luego de ver la primera Destino Final, estrenada en 2000, el espectador quedaba con miedo de moverse de la casa (aunque siempre se puede caer el techo), las continuaciones lo dejan a uno con temor hasta de respirar.

Destino Final 5 sigue en esa línea mortal.

El argumento es siempre el mismo: ocurre un terrible accidente del que sobrevive un puñado de personajes, porque uno de ellos tuvo la visión de que ocurriría algo muy malo. Pero pronto comenzarán a morir de maneras tan misteriosas como sangrientas.

Esta vez, la tragedia del principio tiene lugar en un puente que se derrumba. Sólo un grupo de oficinistas logra salir de un micro a tiempo. Como corresponde, la Parca irá por ellos. Pero, una vez más, surge una estrategia que podría garantizarles la salvación: matar a otra persona para tomar su vida. Esto hará que los protagonistas reconsideren su sentido de la moral, al tiempo que se fijan hasta por donde pisan o miran al cielo por si les cae un piano.

Algunas vueltas de tuerca no resultan ser demasiado significativas, y da la sensación de estar viendo siempre la misma película. Sin embargo, la mezcla de entretenimiento, paranoia y muertes horripilantes y creativas nunca deja de ser efectiva.

La primera parte y la tercera fueron dirigidas con James Wong, que le dio un estilo más serio. En la dos y la cuatro, David R. Ellis se despachó con toques decididamente trash. En esta oportunidad, el debutante Steven Quale no se va ni para un lado ni para el otro, pero conserva el humor negro de las películas anteriores —canciones relacionadas a episodios trágicos, por ejemplo— y, como Ellis en El Destino Final, aprovecha el uso de tecnología 3D (de hecho, Quale viene de trabajar con su mentor James Cameron en Avatar). Es una divertida experiencia ver pedazos de gente volando hacia nosotros o sentir que un fierro parece salir de la pantalla para atravesarnos.

En cuanto al elenco, quien vuelve es Tony Todd. Al igual que en las primeras dos entregas, interpreta al misterioso forense que parecer conocer bien los planes de la Muerte. Desde su actuación en Candyman, allá por 1992, Todd se convirtió en una suerte de icono del cine de terror moderno. Lo cierto es que su altura, su mirada y su voz son capaces de inquietar a cualquiera.

Todos los film de Destino Final están conectados entre sí, ya sea por referencias a personajes o detalles. La quinta parte no es la excepción. De hecho, tiene un fuerte vínculo con uno de los film que la precede; un vínculo que se sabe en el final. Y si bien algunas pistas dan a entender por dónde irá el asunto, el resultado es forzado y tramposo… aunque sorprenderá a los fanáticos más acérrimos.

Pese a que el esfuerzo y la imaginación está más puestos en elaborar las muertes de los personajes que en el escribir un guión menos repetitivo, Destino Final 5 cumple. No pretende ser más de lo que es. Forma parte de una de las sagas terroríficas más exitosas del nuevo milenio, demuestra que el 3D le sienta perfecto al cine de horror… y provocan que hasta lavar los platos nos parezca una actividad con riesgo de mandarnos al otro barrio.

Por Matías Orta

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