Cuando acecha la maldad

ABANDONAD TODA ESPERANZA

Demián Rugna, director de Aterrados, nos regala esta salvaje y arriesgada apuesta por el terror local.

La historia se desarrolla en un campo del interior de Argentina. Se corre el rumor de que un hombre ha sido “embichado” y es menester ponerle fin a su vida para evitar el contagio. Desde esta idea parte la película y lentamente comprenderemos el significado de esta condición. En efecto, se nos explica que “embichado” es un eufemismo para poseído. 

Desde el terror clásico es usualmente lo urbano que invade lo rural. Como espectadores, podemos citar cientos de películas en donde un elemento de la ciudad se introduce en el ámbito campestre.  También podemos predecir cómo suelen desenvolverse estas historias: paisanos que serán fruto de burla u hostigamiento y como corolario, la venganza. Estas cuestiones pondrán a funcionar todo el andamiaje del terror folk. De este modo, “lo salvaje” aleccionará a “lo urbano” haciendo un despliegue de su potencia.  

Cuando acecha la maldad, en tanto, construye una transfiguración del relato: aquí no hay citadinos que vienen a mostrar su superioridad ni a buscar emociones intensas. El foco del mal parece provenir desde la ciudad pero de un modo velado.  De un modo u otro lo que importa mostrar, en realidad, se nos presenta como una tragedia local y enraizada en el pueblo.  El mal toma el medio salvaje para fundirse con él.  Así planteado, los personajes deben afrontar su supervivencia y la de sus seres queridos por sí mismos, sin ningún tipo de ayuda externa.   

En ese sentido, la tarea de Pedro (Ezequiel Rodríguez) es realmente compleja. Pedro es un padre con un pasado turbio. El guión trabaja de forma acertada para dejarnos cierta ambigüedad en el pasado del personaje.  Así planteado, no solo podemos inferir que este hombre ha cometido ciertos errores graves – la orden de restricción sobre el domicilio de sus hijos es bastante ilustrativa- sino que además su salud mental no parece demasiado estable.  Ezequiel Rodríguez construye de forma destacable un narrador poco fiable. Esto hace que toda la gente a su alrededor, excepto su hermano, desconfíe de su historia no solo por la verosimilitud de lo que cuenta sino porque es un interlocutor problemático.  

Por esta razón, los hermanos deben resolver esta situación prácticamente solos. En principio, lo intentan pero con dos niños a cuestas, el plan se va tornando imposible.  

Así, aparece la figura de Mirta (Silvina Sabater), una médium experimentada que ya se ha topado con estos casos anteriormente. Ella es quien introduce las reglas en la historia. Se establece, entonces, una especie de protocolo para actuar en casos de embichados que los hermanos deberán seguir paso a paso. Frente a esta realidad, como lectores/espectadores del género sabemos que las reglas se enuncian porque en algún momento serán transgredidas. Eso es lo que ocurre en esta historia dejando un tendal de cuerpos. 

El final de la historia es un gesto fuertemente agónico como el grito Pedro de en medio de la desolación y la impotencia de aquel que lo ha perdido todo. En ese sentido, Cuando acecha la maldad tiene escenas deliciosamente perturbadoras que quedarán en la retina del espectador así como el sentimiento de la inminencia del mal en una conclusión que no da respiro en un happy ending. 

(Argentina, 2023)

Guion, dirección: Demián Rugna. Elenco: Ezequiel Rodríguez, Damián Salomon, Silvia Sabater, Luis Ziembrowski. Producción:Fernando Díaz. Duración: 99 minutos.