0
0
Subtotal: $0,00
No products in the cart.

Cine

Una batalla tras otra (One Battle After Another)

EL CINE RESISTE

Tras la apreciación que indica que “si un director de cine quiere emitir un mensaje con su obra, en vez de filmar una película, este debería enviar una carta”, es Paul Thomas Anderson, el virtuoso realizador que ha crecido hasta convertirse en un expertice cinematográfico, quien logra exponer en el potente relato que es Una batalla tras otra una noción políticamente preocupante y de clara influencia en la actualidad tras una satirización de un posible futuro consecuente.

Anderson vuelve a trabajar sobre obra del escritor estadounidense Thomas Pynchon, ya lo había hecho con “Vicio propio”, y ahora a partir de la cuarta novela titulada “Vineland”, esta transcurre en los 80s y es en la que se intentó contrastar una posible fotografía de los Estados Unidos post presidencia o era Reagan. Algo similar a lo que hace Anderson, quien adapta libremente la obra, pero extrapolada y sin expresar a gritos, por supuesto, la era post presidencia actual en Estados Unidos. En el film, Anderson se centra en un grupo de revolucionarios que hace frente a un poder autocrático, fascista y nacionalista cristiano, comandado por un grupo de poder. Una medida implementada es la de fusionar policías y militares, creando así un estado de control total, en parte comandado por el oficial de armada Coronel Steven J. Lockjaw quien es presentado como un personaje extraído de una caricatura de Looney Tunes, maravillosamente interpretado por Sean Penn y para el que seguramente Pynchon habrá tomado características tras su paso por la Marina como para conformarlo.

El grupo revolucionario está integrado por Bob Ferguson (Leonardo Di Caprio) y Perfidia Beverly Hills (Teyana Ferguson), quienes no solo son pares revolucionarios sino también en el ámbito sentimental. En sus roles de jerarcas del grupo French 75, se dedican a brindar una visión de revolución a través de actos contra la opresión, así roban bancos para financiarse (clara alusión al capitalismo), salvan a inmigrantes detenidos en centros de detención o realizan ataques específicamente asignados con explosivos. Una revolución general y totalizada, demostrada aquí sin tener un direccionamiento puntual, sino un objetivo global y social. 

Perfidia, como indica el significado de su nombre en referencia a la “traición” y a la canción mexicana compuesta por Alberto Dominguez, tiene un importante aporte en cuanto a la revelación que involucra a los personajes principales del film. Es Teyana Ferguson, cantante estadounidense devenida ahora en actriz quien dará que hablar en este film, no solo por lo importante de su rol e intermedio entre dos hombres, sino por su performance a tono y nivel de los dos mogules actorales que son Di Caprio y Penn.

Por su parte, el film luego se traslada 16 años adelante y es cuando la caracterización de Di Caprio sufre en cambio radical en su función, deja de ser la cabeza revolucionaria del grupo para mostrarnos que su lado paterno prevaleció frente cerebro quemado a causa del consumo excesivo de estupefacientes que en consecuencia no le permiten siquiera recordar la clave de identificación clandestina para ser rescatado de un nuevo plan de acción fracasado. Aquí es donde muy astutamente Anderson descomprime parte de la trama que venía transitando un terreno bastante pesado para brindar decenas de minutos de comedia compartidos con Benicio del Toro y luego derivar en una persecución automovilística que a su vez culmina en la dramática resolución vinculada a la paternidad, específicamente de Willa, interpretada por Chase Infiniti en su primera actuación cinematográfica. 

Lo de Anderson, esta vez, no es más que el trabajo de un director maduro ya, no solo consagrado y que demuestra tener clara su intención. Un cine que evidentemente tiene algo para decir y no decide el trazo grueso ni el grito sino la respuesta cinematográfica, para la que existe un lenguaje y que Anderson sabe muy bien utilizar.

El cine resiste, no solo en su mensaje y tras una preocupación, política o cinematográfica. No por nada Anderson filma en VistaVision y coloca a un descendiente de los Goldwyn a participar en su proyecto.

(Estados Unidos, 2025)

Guion, dirección: Paul Thomas Anderson. Elenco: Leonardo De Caprio, Sean Penn, Benicio Del Toro, Regina Hall, Alana Haim, Wood Harris, Tony Goldwyn. Producción: Paul Thomas Anderson, Sara Murphy, Adam Somner. Duración; 162 minutos.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar...

Mussolini: Hijo del siglo

LEER MÁS →

#73SSIFF | The Fence

LEER MÁS →

La llegada del hijo

LEER MÁS →
Recibe las últimas novedades

Suscríbete a nuestro Newsletter