El POV (Point Of View o punto de vista) es una herramienta cinematográfica que nos pone en los ojos de un personaje. Herramienta que en el cine de terror ha sido ampliamente utilizada siendo The Spiral Staircase (1946, Robert Siodmak) el primer ejemplo de cómo se utilizó en una escena en donde seguimos el accionar de un asesino mientras espía a su próxima víctima. Años más tarde esta herramienta aparecería en Blood and Black Lace (1964, Mario Bava) y sobre todo en la opera prima de Dario Argento El pájaro de las plumas de cristal (1970) cuyo primer plano muestra al asesino disponiendo en una mesa las armas que utilizara. El POV en el cine de terror tomó relevancia en 1978 de la mano de John Carpenter cuando este no solo nos puso en los ojos de Michael Myers a la hora de acechar niñeras en Halloween sino que también puso la cámara atrás de este para seguir sus crímenes y de paso hacernos cómplices en su juego macabro. Finalmente el POV seria retomado por el cine slasher como una de sus herramientas fundamentales.
Los tiempos cambian y la aparición y evolución de los videos juegos lograron que podamos seguir a los personajes desde ángulos imposibles, destacándose la cámara detrás de ellos. Uno de estos juegos es irónicamente el de Martes 13, capaz la película definitiva del cine slasher, en donde se puede alternar entre elegir a Jason Voorhees o a una de las victimas mientras la cámara los sigue por aquel Lago Crystal. El juego funciona a medias porque si se elige a Jason hay que estar caminando hasta llegar a las víctimas, y viceversa. A esto los responsables idearon dos ideas. La primera es que el enmascarado se pueda teletransportar y la segunda es que el mapa del juego es limitado, decisiones que hacen menos tediosa su jugabilidad.
¿Pero qué pasa si esta idea se translada al cine? Asesino por naturaleza (In A Violent Nature) plantea esto. La trama sigue a un asesino que vuelve de la tumba y sale a cazar victimas, la originalidad estriba en que la cámara está detrás del personaje compartiendo su punto de vista mientras camina y ataca a sus víctimas.
La idea es interesante, porque evoluciona el POV a un destino lógico, el de la cámara siguiendo a los personajes, a la vez que también expande la idea de cómo el cine influencio a los videojuegos y como estos ahora coparon su lugar, de ahí que se referencia a la saga de Viernes 13 con aquel asesino inmortal vagando por los bosques. Pero los problemas también son evidentes. Un videojuego tiene a un jugador activo, el cine no necesariamente. Podemos ver una película sin la necesidad de estar activos como espectadores, por eso aquellas que nos sacan de esa conformidad nos cuestan más. Asesino por naturaleza pide eso, pero la piedra en su camino es que estamos viendo minutos y minutos de un personaje caminando por un bosque y esto a priori interesante termina colmando la paciencia. Como ocurría en aquel videojuego de Friday the 13 donde podemos decidir que personaje elegir en Asesino por naturaleza su director Chris Nash toma una decisión similar. Pasamos del punto de vista del asesino, al de las victimas e incluso a un tercer narrador omnipresente. Una decisión que no solo es caprichosa sino que también traiciona la idea principal.
Para empeorar el panorama, si existe un pecado en el slasher es el de hacer una película aburrida y eso lo que ocurre con Asesino por naturaleza. Pero peor aun es hacer una película que en el fondo desprecia el subgénero que se está trabajando, porque acá lo que importa es transformar el cine en un videojuego, pero capaz eso ya ocurrió y solo somos sus testigos pasivos.
(Canadá, 2024)
Guion, dirección: Chris Nash. Elenco: Ry Barret, Andrea Pavlovic, Cameron Love, Lian Leone, Lauren Taylor. Producción: Peter Kuplowsky, Shannon Hammer. Duración: 94 minutos.