FATIGA INTERNACIONAL
En un muy acertado texto de Javier Porta Fouz sobre Misión: Imposible – Sentencia mortal, a la que por esos momentos se la tituló como “Parte uno”, Javier ejemplificaba una noción de distinción autoral hasta la aparición de McQuarrie en dirección. Afirmaba excelencia en la saga hasta esa entrega en particular y la aparición de cierto cansancio a partir de la ex “Parte uno”.
Pasaron no menos de treinta años desde la Misión: Imposible de Brian De Palma, aquella en la que los conflictos se resolvían pura y exclusivamente de manera visual gracias a su genio. Un film donde se incorporaban elementos de la serie televisiva, como la conformación de un grupo, el uso de máscaras y el dispositivo que describe la misión y se autodestruye. También Cruise, como el rol del salvador del cine que se le ha adjudicado, respetaba la historia del Hollywood clásico, haciéndose lugar a un nuevo camino del héroe; un nuevo John Wayne, pero con la elegancia de Cary Grant. Así supo homenajear, junto a John Woo, al Hitchcock de Notorious y al de Para atrapar al ladrón, ambas con Grant, algo que no desestima en esta nueva Misión: Imposible – Sentencia final y el biplano colorado que primero se ubica por delante de Ethan (nombre de Wayne en The Searchers), mientras lo persigue hasta aparecer uno de respuesto/suplente amarillo que casi le pasa por encima, como en Intriga internacional.
Toda reivindicación al exponente que es Cruise en relación a la industria del cine actual y su compromiso para que el cine se siga viendo en el cine permanece intacto y palpable en todos sus proyectos. Ahora, ¿qué pasa con Misión: Imposible – Sentencia final? Se siente cansada. El mismo cansancio al que se refería Porta Fouz. Hay fatiga, y no es un tema relacionado a su duración. Abundan las sobreexplicaciones antes y después de la misión, que de hecho anteriormente generaban ansiedad frente a todo lo relativo a la complejidad de los obstáculos a vencer, como el submarino de la película anterior. Esto genera la sensación de que se está subestimando al espectador.
En todas las MI existe la noción de la presencia de un mal superior. No hay nada nuevo con la simbología de la llave (una cruz), el salvador; ya se veía en Sentencia mortal la posición de Cruise frente a un ventanal cuyos marcos simbolizaban una cruz sobre su espalda. Tampoco hay novedad con respecto al malvado de turno, Gabriel (Esai Morales) a quien ya no se presenta nuevamente como tal, en relación a su temperamento ni siquiera a la ejecución premeditada de sus acciones gracias a la IA. También está Grace (o Gracia, Hayley Atwell) y todo lo que ella representa: el amor, el perdón y la salvación. Este personaje queda desdibujado como el posible interés romántico de Hunt, o mejor dicho, anulado.
Por sobre todo, en el film se esboza la particularidad de la relación de amistad del grupo/familia. Un grupo que, con cada entrega, ha ido disminuyendo en cantidad de participantes. Sólo quedan Benji (Simon Pegg) y Luther (Ving Rhames), a los que se suman Paris (Pom Klementieff) y Degas (Greg Tarzan Davis), la mala que se vuelve buena y el agente que no tiene claro qué lugar ocupa. No obstante, hay diálogos ingeniosos en el guión, por los que a veces MI se aleja de la somnolencia. Se aprecia cuando Paris quiere sanar una herida cuando cuenta que ella suele encargarse justamente de lo contrario, matar.
Al preguntarle en entrevistas sobre sus destrezas físicas a lo largo de la saga, Cruise siempre responde citando a Buster Keaton en relación a sus acrobacias y hasta al modo de producir sus películas. El astro, habituado al Hollywood de varias décadas, algo aprendió y hoy constituye el motor principal de estos proyectos magnánimos que no se asemejan a otros, como sagas simplonas de Avengers, Rápidos y furiosos et al. Su irrupción en la que será recordada como la mejor escena de acción de este film (la del biplano), ejemplifica su compromiso con el logro de una toma, un objetivo funcional a la historia y, hasta podríamos asegurar, un desafío personal. En cuanto a McQuarrie, quizás es en donde más se siente esta fatiga descrita. Un director que por sus decisiones pareciera entender a Hitchcock por momentos, pero tener el peso de De Palma sobre su espalda.
(Reino Unidos, Estados Unidos, 2025)
Dirección: Christopher McQuarrie. Guion: Christopher McQuarrie, Erik Jendressen. Elenco: Tom Cruise, Hayley Atwell, Pom Klementieff, Nick Offerman, Shea Whigham, Simon Pegg, Angela Bassett, Ving Rhames, Janet McTeer, Esai Morales. Producción: Tom Cruise, Christopher McQuarrie. Duración: 169 minutos.