1.
Hace tiempo que dejé de saber qué cine me gusta. Perdí el criterio. Cultito y Pochoclo, los integrantes de mi conciencia, andan cada vez más extremistas y pierden la cordura. Uno quiere pelis comerciales, el otro documentales de autor. Durante la vida real, los espacios y los tiempos estaban más o menos compartimentados, pero en la cuarentena vivimos, como dice el tango, revolcaos en un merengue y en el mismo lodo todos manoseaos.
Cuando la obra es comercial y es mala, no nos sorprendemos porque era esperable. Porque claro, no se le pueden pedir peras al olmo, ni poesía a Rambo. Stallone tiene que matar chinos a tutiplén y que nadie se enoje. Sin embargo, cuando algo se supone culto, crítico, vanguardista, militante, artístico y encima viene tapizado de laureles festivaleros, la exigencia es un poco mayor, y sin embargo nos hemos mamado varios plomazos insufribles, y ahí es cuando arde Troya y Pochoclo se pone loco. Dice que a los progres intelectuales no le gustan las cosas que miran, que solo las miran porque queda bien. Mientras más capacidad de aguante tenga el intelectual en cuestión, ante los bodrios consagrados, más arriba estará en la escala de la intelectualidad.
Nos gustaría poder circular amenamente entre los dos universos y punto. Ver Un novio para mi mujer de Taratuto y Función privada de Di Tella, siendo respetuosos de la diversidad, pero no lo estamos logrando. Un novio para mi mujer es una cosa terriblemente pasajera, pero Pochoclo la quiere ver, y Cultito aunque no quiera, termina cagado de risa cuando Bertuccelli se para en la fiesta a preguntar quién es sagitario. Sin embargo, vamos a ver Función privada a un festival online, y descubrimos que nunca pasa nada y Pochoclo termina cagando a puteadas a Cultito porque esto mismo ya les había pasado con Zama de Martel, con Roma de Cuarón y otras tantas genialidades invisibles. Y Cultito, ante la mirada violenta de Pochoclo y tras de un largo bostezo que intenta disimular, dice que hay que tener paciencia, que hay películas que no son fáciles, y que Función privada es un rompecabezas fílmico, un patchwork estilístico que combina correspondencia privada, imágenes fijas y en movimiento… momento en que Pochoclo ya está distraído, sacándose un moco que no sabe donde pegar. Pochoclo quiere ver el capitulo 7 de Jordan desesperadamente y Cultito también, pero no lo dirá nunca en voz alta porque practica la hipocresía a lo loco, el talón de Aquiles de los progres.
2.
Un día de tantos, nos escribe José Luis, director de esta revista, y nos comenta que está armando este dossier sobre pelis relacionadas con la contingencia, porque parece, dicen, que hay un virus dando vuelta por ahí y que por eso no estamos saliendo. Me propone que escriba una nota sobre la película Contagio, que en inglés se llama, Contagion. Pochoclo lee la propuesta y se caga de risa porque dice que Contagion sería un buen apodo para el virus, que se hace el gracioso y anda por ahí contagiando gente. “Vení acá Contagion, no seas boludo”, dice Pochoclo, imaginando un virus con correa, ante la inmutable seriedad y desprecio de Cultito.
Lo primero que pienso al leer el mail de José Luis es si le digo o no que llevo diez días tumbado en la cama, destruido, y que me faltan cuatro para cumplir los 14, fecha en la que se supone estaré curado y “contagion” se irá a otra parte a romper las pelotas. Opto por no decirle nada. Cuando uno esta enfermo de CORONAVID y la vida es una miseria, te estalla la cabeza, te duelen los músculos y las articulaciones, te falta el aire, tienes tos, fiebre y miedo, y a tu lado está tu pareja en el mismo estado catatónico y con la misma cara de orto, lo que menos te dan ganas es de contarle a la gente que estás hecho pelota y que, curiosamente, todos tus síntomas coinciden con los que, incansablemente, nombran en la televisión.
Lo segundo que menos ganas tenés en ese estado, es ver una película en la que suceden las mismas cosas que en la vida real y donde Gwyneth Paltrow y Kate Winslet se mueren de lo mismo que tenés vos en ese momento. De hecho, debo decir que si no fuese por José Luis, jamás se me hubiera ocurrido ver una película sobre una pandemia. En tiempos normales no me habría parecido un tema lo suficientemente importante como para hacer una película. Pero claro, que yo haya sido siempre ignorante a los latentes peligros de la humanidad, no significa que el resto de los mortales lo sean. De hecho, parece que hay unos humanos llamados infectólogos que, aunque usted no lo crea, estudian los virus y las pandemias cuando no hay pandemias, aunque cuando está por llegar la pandemia de verdad parezca que están de vacaciones.
Cuando discutimos la propuesta de José, descubrí que Cultito y Pochoclo estaban totalmente de acuerdo en que sí la querían ver. Cultito porque estaba obligado a activar y agudizar su sentido crítico y Pochoclo porque actuaba Matt Damon y el negro de Matrix. Sin embargo, yo no era capaz de afrontar dicha empresa. Que te suceda lo mismo que a Matt Damon no es razón suficiente.
3.
Con el pasar los días el morbo se iba acumulando y mi salud iba mejorando. Contagion nos hacía ojitos y sabíamos que tarde o temprano la íbamos a ver. En el recorrido platafórmico del zapping, siempre hacemos un poco de Nefliz para decidir que no queremos ver nada, un poco de Cine.Ar para confirmar que mejor no volver a entrar ahí nunca más, un poco de Cuevana para ver si nos gusta algún cartel y finalmente, un poco de Amazon, que es una garompa total en cuanto a contenidos y ni que decir de esa interfaz absolutamente anti intuitiva. Creo que nunca hemos logrado ver nada en Amazon. Y ahí estaba, el virus Contagion en primer lugar. Parece que el morbo circula frenético por la mayoría de los hogares del mundo. Se expande a la misma velocidad que el virus ese. Cuando salió la película en 2011 no estuvo ni entre las 30 películas más vistas del momento y hoy está en el top de la pandemia. Tuvimos que entrar a Amazon unas cinco veces para, finalmente, decidir que sí, que ya estábamos en condiciones psicofísicas de afrontar esa película. Y la vimos.
La peli está buena, yo qué sé. No es la última chupada del mate, pero se deja ver. Si se analiza desde el punto de vista artístico, en cuando a la hechura de la pieza audiovisual, creo que tiene puntos altos y puntos bajos. Los altos no son muy altos, y los bajos no son muy bajos. Tan así es la cosa que Cultito y Pochoclo no tuvieron nada de que discutir esa noche después de verla. Se terminaron su Maruchan y se fueron a dormir. Debo decir que me entretuve, lo cual para mí, siempre será lo principal. Antes muerto que aburrido, diga lo que diga Cultito. Tiene buen ritmo, buenos personajes y se entiende todo lo que pasa, lo cual habla bien del guion, o sea, todo lo contrario que en El Irlandés, la peli más empezada y menos terminada en la historia de la humanidad. El lado debilucho es que se torna demasiado coral, abre demasiadas historias y cuando las cierra, ya nos da todo un poco igual. Sobretodo el final de la historia de Matt Damon, donde la hija termina en su baile de graduación privado y no nos puede importar menos su existencia y sus sentimientos. El que mucho abarca poco aprieta, dicen Cultito poniendo cara de inteligente.
Eso sí, todo lo que acabo de decir da exactamente igual porque la peli no se puede ver como una peli, sino como un ejercicio de comparación con la situación actual. Es como estar en una nave espacial y ver Gravity. Así que todo se torna un juego de espejos donde las similitudes son realmente impresionantes y donde uno se torna protagonista. Tan así es la cosa que por momentos da la sensación de que estamos viendo las noticias, o en su defecto, un documental, y donde los protagonistas están intentando saber lo mismo que nosotros, es decir, cuándo llegará la vacuna. Tanto es el parecido que Pochoclo creía que detrás de todo esto había un gran genio, un visionario, un ser extra mundano. Cultito, siempre más cauto en sus apreciaciones, le aclaró que el guion simplemente se basa en las investigaciones que hicieron sobre las pandemias, que daban los elementos claves para saber que, si todo seguía igual, el coronavirus iba a llegar tarde o temprano. Sin embargo, no es necesario que el director o el guionista sean visionarios, para que sea impactante la cantidad de pequeñas similitudes que ahí suceden, como por ejemplo: todo empieza en China, a partir de un murciélago, el primer síntoma es la tos seca, todos mantienen distancia y todos usan barbijo. Todos menos los protagonistas porque sino no sabríamos quienes son y no valdría la pega gastarse la guita que se gastaron en tremendo elenco, obvio microbio. En la peli queda claro que la OMS es una mierda, cosa que en la realidad no ha quedado tan claro en la realidad porque Trump la desfinanció, entonces parece buena, pero si fuera por mí, también la hubiera desfinanciado por no hacer una mierda hasta que todo se fue bien al carajo. O no hacer un carajo hasta que todo se fue a la mierda. Como a usted más le guste. Eso sí, Cultito detectó dos diferencias y Pochoclo una. Cultito dice que el porcentaje de muerte en la película es mucho mayor, porque sino sería más aburrida que Zama, y que ahí sí encuentran la vacuna, porque sino tendría menos final que Roma. Y Pochoclo, para no ser menos, detectó la diferencia fundamental: en la peli la gente sale corriendo a conseguir linternas, no como en su barrio que la gente sale corriendo a buscar cervezas. Y colorín colorado, este virus no se ha terminado.
Visualizar el índice completo del dossier en el siguiente LINK.