Cécile (Juliette Armanet) es una prestigiosa chef de París, surgida de un reality televisivo de alta audiencia denominado Top Chef. Está a punto de concretar el ambicioso proyecto de abrir un restaurante de alta gastronomía junto a su novio y compañero, Sofiane (Tewfik Jallab). Todo marcha bien: una vida acomodada, una relación armoniosa, hasta que recibe la noticia que su padre (François Rollin) ha tenido un infarto y debe viajar al pueblo donde se crió.
La operaprimista Amélie Bonnin sostiene en minutos iniciales ese relato “de rosa” con el recurso de agregar fragmentos musicales a la obra que, de a poco, va convirtiéndose en un film de construcción fragmentada, por momentos, comedia y en otros drama, amalgamados con el musical. Este recurso se repite a lo largo del film, con incursiones del imaginario musical francés de antaño, gracias a canciones como la conocida “Parole, parole” o la norteamericana “December, 1963. Oh, What a Night”, de Frankie Valli.
Cécile “parte un día” de su lugar de confort. No sólo entra en conflicto por la relación con sus padres, ambos consagrados a la cocina de un restaurante de ruta al que dedicaron todas sus vidas y del que ella mamó su base -aunque hoy detesta-, sino que también se entera que está esperando un bebé y no le dice nada a Sofiane. Cécile se presenta por momentos afirmada en las bases de su profesión, descolocada por el sentimentalismo que le requiere la delicada situación de salud de su padre y comienzan a aparecer atisbos de nostalgia frente a descubrir que no todos los anhelos personales de sus seres queridos han sido concretados, como el de su madre (Dominique Blanc) que se escapa a una furgoneta a fumar a escondidas a pensar sobre Italia, o ante el reencuentro con su interés romántico de juventud, Raphael (Bastien Bouillon), que en cierta manera pone en duda la relación con su pareja.
Entremedio, hay lugar para encontrarse con sus amigos de juventud y rememorar épocas pasadas. Así ella se da cuenta que, tras su profesionalización, su lugar de confort y afectos puros, nunca olvidó su lugar natal. Todo esto, yuxtapuesto con escenas musicales en un hogar, el restaurante, un boliche bailable y una pista de hielo. Lo de Amélie Bonnin y Partir un jour no deja de ser una make you feel good movie o crowdpleaser, como podría encasillársela. Sin embargo, el tono edulcorado del relato no deja de transitar por momentos complicados y en relación a lo femenino, que sólo una mujer puede poner en valor al igual que su protagonista.
(Francia, 2025)
Dirección: Amélie Bonnin. Guion: Amélie Bonnin, Dimitri Lucas. Elenco: Juliette Armanet, Tewfik Jallad, Bastien Bouillon, Dominique Blanc, Françoise Rollin. Producción: Bastien Daret, Arthur Goisset, Sylvie Pialat, Benoît Quainon, Robin Robles. Duración: 98 minutos.