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CRÍTICAS - CINE

Contactos de Cuarto Tipo

Contactos De Cuarto Tipo  (The Fourth Kind, EE.UU., 2009)

Dirección: Olatunde Osunsanmi. Guión: Olatunde Osunsanmi. Producción: Paul Brooks, Joe Carnahan, Terry Lee Robbins, Scott Niemeyer, Norm Waitt, Ioana Miller. Elenco: Milla Jovovich, Will Patton, Elias Koteas. Distribuidora: Alfa Films. Duración: 98 minutos.                                   

Basada en una “historia real”, se nos traslada a Nome un poblado de Alaska donde sucesos inexplicables directamente relacionados con habitantes de otro Planeta acosan a la población.

¿Existe la vida en otro planeta? Si existieran… ¿Por qué poseerían tecnología mas avanzada que la nuestra y lo que es más por qué vendrían a buscarnos?

Es interesante plantearse estas interrogantes  que creo que resumen lo que nosotros haríamos de encontrar un marciano o un plutoniano. Probablemente lo capturaríamos y lo utilizaríamos como conejillo de indias. De este razonamiento se desprende que llegado el caso de que aparezca vida en otro planeta y de ser más avanzada psíquica y tecnológicamente harían lo mismo con nosotros. Lo que estoy intentando plantear es que no soy un escéptico sino que me cuesta creer en las teorías convencionales sobre avistamientos y  encuentros cercanos. Aclarado esto, no por ello dejo de disfrutar una historia bien contada y así doy comienzo a mi crítica.

Plagada de lo que serían “imágenes reales de lo sucedido”  se nos cuenta la historia de una psicóloga llamada Abigail Tyler (Milla Jovovich), quien recientemente perdió a su marido de forma trágica y ésta decide continuar con la investigación de su difunto. El ignoto director sigue la formula exitosa de las películas de terror contemporáneas y busca mostrarnos lo que serían imágenes reales de los sucesos para  darle veracidad a su historia. La presencia de la que sería la verdadera Dr. Abigail Tyler es imponente y genera desesperación y desolación y se nos presenta como un  paciente absolutamente inestable.  Es difícil comprender que el personaje que interpreta Milla Jovovich es esa demencial doctora Abigail Tyler que podemos ver a lo largo del metraje en escenas de archivo. Las actuaciones son más que acertadas y sus contra partes del mundo real pueden causar más de un shock en el espectador. Los seguidores del género van a encontrar uno que otro susto escondido detrás de la cinta. La introducción me hizo recordar (antes de recibir críticas por siquiera mencionarlo) a Black Sabbath con Boris Karloff donde el se presentaba antes de dar comienzo a los cortos de horror.

Habiendo planteado los desaciertos debo decir que la película tiene una historia sólida y creo que es un detalle no menor para el género. La idea de bombardearnos con evidencia fáctica de un suceso no es nueva y creo que dentro de este género se inicio con la famoso pseudo autopsia a un alienígena en Roswell, EE. UU.

 El miedo que nos plantea la película es a lo desconocido; que tuvo su momento de apogeo con la serie X-Files en los 90s. Esta película aspira al público que disfruto de películas como El exorcismo de Emily Rose y si disfrutaron de ella, estoy seguro que no la van a pasar mal viendo esta.

 

Por Guillermo Osterrieth

En el inicio de la película, Milla Jovovich se presenta como ella misma avisando que lo que el espectador esta por ver resultara perturbante e inquietante. Esta advertencia era algo común en películas de terror o de suspenso clase B de hace mas medio siglo donde con dos pesos de presupuesto aparecía un Boris Karloff y nos daba el susto del siglo.

En la época actual no tenemos esa suerte. Hoy el terror “fuera de campo” es lo que predomina en estas “inquietantes” producciones de bajo presupuesto (10Millones de dólares en este caso, de los que suponemos que gran parte de ellos fueron el sueldo de Jovovich) influenciadas por el aburrido cine de terror oriental. Para peor, Olatunde Osunsanmi pretendió hacer convivir un falso documental sobre una serie de sucesos inexplicables en Alaska sobre desapariciones de personas y posibles abducciones extraterrestres con entrevistas varias, sesiones de hipnosis, cámaras policiales y otro tipo de declaraciones, con la ficción del mismo fake. Y quiso “revolucionar el genero” narrando en paralelo, con pantalla dividida entre las dos formas narrativas a lo largo de toda la película. Cambiando el punto de vista saltando de la Abbey Tyler ficción a la Abby Tyler documental hasta hacerlo confuso, deliberado e imposible.

Este esperpento mezcla de The Blair Witch Project con el peor y repetitivo cine de terror oriental pone en juego la megalomanía de su director que además de ser el entrevistador en el falso documental ( manejando la narración también desde adentro) puso en escena dos películas cuando ni siquiera tenia una. No tenia personajes, no tenía final, no tenia nada. Solo un montaje antojadizo y el “miedo al fuera de campo”. Cuanto daño hizo el cine de terror oriental al genero, hoy parece ser que Hollywood no encuentra alternativas a esta estructura narrativa (recordemos la recientemente bochornosa Actividad Paranormal) y salvo algún oasis en el desierto, este tipo de películas parecen heridas de muerte.

 Por Carlos Federico Rey

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