En el 2019 Peter Strickland es convocado por el London Short Film Festival a realizar un cortometraje para un evento ASMR. A partir de ese pedido surge Cold Meridian (2020), disponible en MUBI. Una experiencia inmersiva de poco minutos de duración en donde Strickland utiliza el sonido para crear una sensación placentera (por ejemplo, el negativo siendo retirado del envoltorio plástico); momentos de goce auditivo pero de imágenes un tanto tenebrosas y oníricas. El ambiente que Strickland propone en esta ocasión atraviesa cuerpos, material fílmico, danza, tecnología e imágenes de una coreografía erótica en negativo.
Para entender un poco más acerca del objetivo con el cual fue realizado Cold Meridian es necesario adentrarse en el suceso fisiológico llamado ASMR, “Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma”. Popularmente denominado “orgasmo cerebral”, dicho suceso está ligado a la sensación de hormigueo y cosquilleo en la cabeza frente a respuestas auditivas, texturas y formas que producen en el espectador una sensación de relajación y calma. Desde hace unos años existen youtubers que se dedican a realizar videos ASMR susurrando, vocalizando, creando imágenes con texturas agradables y siendo guías de quienes padecen problemas como insomnio y ansiedad. Los videos ASMR son para muchos una estrategia de relajación asociada al placer no erótico.
Cold Meridian nos introduce en la academia de danza de Budapest, donde los bailarines llevan adelante los preparativos y ensayos para una obra aún sin fecha. El efecto ASMR comienza con el sonido del cabello de la protagonista siendo enjuagado y la fricción de las manos con la espuma. El agua resuena intensamente y se complementa con su voz que, susurrante, se dirige a una espectadora. Cold Meridian indaga en la relación entre quien mira, quien produce los sonidos y la cámara, develando la presencialidad de la tecnología hoy en día. Hay cierto placer no sexual evocado en las imágenes y en el susurro, una pulsión adictiva hacia esos sonidos. La mujer de los cabellos mojados sabe que la miran, sabe las pausas y los momentos importantes, sabe que su audiencia es imprescindible; así como los youtubers ASMR conocen las necesidades de sus suscriptores y generan contenido para ello.
Durante su filmografía Strickland recorre y evoca sensaciones ASMR: las telas, texturas y el vestido maldito de In Fabric (2018) son, al igual que las frutas y vegetales de Berberian Sound Studio (2011), muestras de lo que el director es capaz de generar: un extraño goce en el cual el foco se pone en lo auditivo, con pinceladas siniestras y tenebrosas desde las imágenes. El universo Strickland está fundado en la experiencia auditiva, buscando resaltar cómo algunos sonidos impactan tanto en la historia como en sus protagonistas. Sus obras parecen reflejar el camino de alguien que va descubriendo algo -una sensación- que siempre estuvo allí pero que todavía no tiene nombre. El registro de un momento de placer atemporal e inquietante, entendido por pocos y con matices oscuros.
(Reino Unido, Hungría, 2020)
Guion, dirección: Peter Strickland. Elenco: Juli Jacab, Márton Kristóf, Máté Váth, Dalma Wéninger. Producción: Dora Nedeczky. Duración: 6 minutos.