Fue bastante fácil para la crítica estadounidense desestimar Hillbilly Elegy (2020) por sus obviedades narrativas y el montaje además de sus connotaciones sociopolíticas. La película, basada en la novela autobiográfica de J. D. Vance, narra con flashbacks la traumática vida de este estudiante de Derecho. Es cierto lo destacado por ejemplo por Alonso Duralde en The Wrap* pero tanto ensañamiento de gran parte de los críticos hacia la obra de Howard resulta excesivo. A lo largo de su duración conserva una rica dualidad de sus personajes femeninos y el compromiso actoral de Amy Adams, Glenn Close y Haley Bennett.
Yendo de adelante hacia atrás el guion de Vanessa Taylor acentúa los puntos de giro más trágicos. J.D. (Gabriel Basso) narra su vida desde la infancia en el sur de Ohio hasta el proceso de entrevistas en el trabajo que más anhela mientras termina sus estudios en la Universidad de Yale. Los saltos temporales en la obra buscan vincular sus dificultades laborales con los conflictos familiares por Bev (Adams), su madre agresiva y adicta a la heroína. Y si bien el montaje sabotea la credibilidad trágica de estas vidas, también es posible una lectura simbólica de los personajes femeninos donde sanar la imagen materna lleva a la aceptación de los límites propios.
Hay también ciertas decisiones en la dirección de actores que impiden la soltura dramática de por ejemplo Apollo 13 o A Beautiful Mind, obras de Howard donde el drama entrecruza profesión, historia y familia. Los momentos donde Adams y sobre todo Close hacen mímica de sus personajes diluyen una doble problemática que la película sostiene durante sus casi dos horas de duración: ¿por qué Howard necesita el retrato de una madre abusiva teniendo en cuenta las pocas mujeres protagónicas en su filmografía? Gran parte de la respuesta está en Amy Adams.
Acostumbrados a la fisonomía grácil de su rostro para personajes como Enchanted (2007) o Doubt (2008), aquí Amy complejiza las agresivas ineptitudes de Bev con escenas donde desahoga los traumas que la hacen quien es. Los gestos amables de la actriz no suavizan las manipulaciones de su rol hacia el protagonista pero ella tampoco hace de estas algo deleznable. Tal ambivalencia además se multiplica con Mamaw, la abuela, y Lindsay, la hermana. Ambas son apoyos para J.D. como ejemplos de independencia. Hay una breve escena en la zapatería donde trabaja Lindsay (Bennett) y él la visita para ver cómo resuelven la crisis de adicción de su madre. Bennett manifiesta una felicidad verbal y gestual aunque a los segundos la encargada la llama a caja. Lindsay se ha hecho su lugar así sea desde la anonimia y Haley halla cómo manifestar simpatía en esta pequeñez.
Por su parte, la abuela tiene mayor impronta. Así como alcahueteó los engaños de la hija, rescata al nieto del entorno tóxico y finalmente decide criarlo ella sola a pesar de su enfermedad crónica. Aún el histrionismo más calculado de Close permite gestos genuinos.
Es paradójico que a pesar de tantos problemas técnicos en la producción, Taylor logre mostrar a mujeres más complejas que la calidez de Alicia Nash en la mencionada obra de Howard, de mayor prestigio que esta. En aquella ocasión, Akiva Goldsman, el guionista, omitía detalles en la vida de John Nash (Russell Crowe) para convertir a su esposa en un bastión de entrega y compañía matrimonial. De todas maneras, había escenas de conflictos internos donde Jennifer Connelly exploraba el lado más recio del personaje.
Diecinueve años después de Una mente brillante, Vance no es el genio universitario que fue John Nash en el siglo pasado, ni Usha (Freida Pinto) es la mujer abnegada que Alicia Nash pareció ser. J.D. en cambio debe tomar a conciencia la egoísta decisión de apartarse de su madre para hacerse una carrera profesional. Será ahí donde pueda ayudar a la sociedad y muy colateralmente a su familia.
* “Hillbilly Elegy no está interesada en los sistemas que crean la pobreza, la adicción y la ignorancia; solo quiere pretender que la habilidad de un hombre por superar su contexto significa que no hay excusa para impedir que otras personas también lo hagan”.
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(Estados Unidos, 2020)
Dirección: Ron Howard. Guion: Vanessa Taylor. Elenco: Amy Adams, Glenn Close, Gabriel Basso, Freida Pinto. Producción: Brian Grazer, Ron Howard, Karen Lunder. Duración: 116 minutos.