LOS HILOS DEL FÚTBOL
No es sorpresa para quien alguna vez recorrió la Ruta 9: muchas de las ciudades cordobesas que la bordean, sino todas, lucen sus nombres con la leyenda “Capital nacional”, seguida por la actividad o hecho histórico que la destaca. En este caso, La Superball dedica su hora de duración a Belleville, la capital “mundial” de la pelota. Allí se inventó, patentó y lució el primer balón totalmente esférico; es decir, sin tiento. Aquella costura visible que sobresalía por un costado fue dejada de lado gracias a la creatividad de tres visionarios locales que inventaron una válvula oculta que permitía su inflado manual. Así desapareció la pesadilla de los jugadores de aquel entonces, quienes resultaban heridos cuando, por el azar del juego, se golpeaban con este reborde hilado.
Lo cierto es que poco sabíamos hasta el momento de esta creación bellevillense bautizada Superball. Algunos la recordarán por ser el nombre de la pelota oficial del Mundial Brasil 50, eternizado por el Maracanazo. Sin embargo, fue utilizada a nivel global desde 1931, cuando se hizo oficial su presentación en la disputa del clásico de ésta ciudad, más conocida por ser la tierra natal de Mario Alberto “El Matador” Kempes, que la capital de la pelota. De esta manera, el documental se propone abordar la historia detrás del invento, pero también lo que hoy esconde esa costura que se volvió invisible.
El fútbol mueve pasiones, y a eso se dedica la primera parte, a poner en evidencia el entramado de significados que genera este deporte en la cultura popular. El documental de Vaca Bonsái Colectivo Audiovisual, dirigido por Agustín Sinibaldi, incluye como protagonista al Club Atlético Argentino. Fundado en el centenario de la patria, su objetivo fue extender la posibilidad a los jóvenes que no podían dedicarse de forma exclusiva a esta actividad. Por eso el comienzo de la película acompaña la llegada de un jugador al entrenamiento ya empezado, y que se realiza por la noche, mostrando que la misma situación sigue vigente y es fundamental. No solo compartiremos las instancias institucionales, sino también viviremos de cerca lo que es ser hincha de “Argentino”. Es refrescante ver las costumbres y rituales de una tarde de fútbol –sobre todo en estas épocas en las que el confinamiento nos quita la posibilidad de tales acontecimientos-, inmutables en entusiasmo a pesar de la división, torneo, liga o importancia del partido que se dispute. Esta descripción que se disfruta en su representación abre paso a las entrevistas frontales de los distintos participantes. Sin embargo, en el hecho informativo pierde ese acercamiento conseguido en principio y no logra más que un interés superficial.
Luego de adentrarnos en lo que, junto con la birome, el colectivo y el dulce de leche debería ser el gran orgullo argentino, encauza su desarrollo en revelar el resultado del invento en cuestión. Aunque no pudo establecerse como tal en el imaginario colectivo nacional, aunque sí consiguió desarrollarse como una actividad industrial clave para esta ciudad. Es entonces cuando Sinibaldi vuelve a la descripción cercana para mostrar la fabricación artesanal de distintos tipos de pelotas, que se lleva a cabo en varias fábricas locales. Su producción continúa desde aquel entonces, pero con mucho esfuerzo, ya que no pueden competir con las importaciones seriadas que llegan en contenedores gracias a las políticas neoliberales implantadas en detrimento de la Industria nacional. Esto le ofrece al documental un valor más allá del dato histórico: le brinda un interés político que pone en evidencia la problemática que afecta a las economías locales de nuestro país.
Pero aún más interesante es el desarrollo final, en donde conocemos a las verdaderas hacedoras del “fútbol” (como le llaman a su trabajo) y las más grandes perdedoras en este negocio multimillonario injusto y desproporcionado. La Superball visibiliza lo que la pelota esconde: los hilos internos que son cocidos por mano de obra precarizada. Este es el verdadero valor de la película, en donde cuadra lo anecdótico del pasado con lo urgente del presente.
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(Argentina, 2020)
Dirección: Agustín Sinibaldi. Guion: Gonzalo Caldera. Participación: Mario Kempes. Producción: Mili Abate Cano. Duración: 66 minutos.