EL CANON DEL CINE
Iniciase con esta nota una serie de contribuciones de muy diverso contenido que el autor considera pueden ser del interés de quienes comparten el gusto por la cinefilia
CINE FANTASTICO (I): ciencia ficción de la década del 50
El amplio concepto del “cine fantástico” suele englobar a un conjunto variopinto de obras cinematográficas que, como su nombre lo indica, contienen algún elemento de fantasía. En su sentido más amplio involucra a un gran número de films que tienen en común hechos, personajes y/o criaturas imaginarias que no pertenecen a la realidad por nosotros conocida. Esos mundos de fantasía son muy diversos, dando lugar a una subdivisión en tres grandes géneros: ciencia ficción, terror y a un tercero más difuso que podríamos llamar cine fantástico de aventuras a secas.
La década del 50 permanecerá en la historia del cine como aquella en que países, básicamente anglófilos (Estados Unidos, Gran Bretaña) desarrollaron en forma algo azarosa una amplia panoplia de producciones cinematográficas, ignorando que quedarían en la memoria popular de los espectadores.
Comienzos de la década
Aunque cronológicamente Destination Moon (Viaje a la luna) de Irving Pichel y producción de George Pal, debería encabezar este recorrido por la década del 50 no se trata exactamente de un film de ciencia ficción sino un discreto relato, anticipatorio de lo acontecido 18 años después.
Probablemente sea The Day the Earth Stood Still (El día que paralizaron la Tierra), el primer hito del decenio en 1951. Irrumpe el tema de los ensayos nucleares, asunto tan habitual en esa época y que podría afirmarse fue el inspirador de muchas de las películas que marcaron el crecimiento y quizá apogeo del cine de ciencia ficción. En la trama de la obra de Robert Wise estaba el mensaje de advertencia a los habitantes de la Tierra que el personaje central interpretado por Michael Rennie desliza y las célebres tres “palabras” que incluían a su nombre (Klaatu barada nikto).
Habiendo sido estrenada algunos meses antes, The Thing (From Another World) (El enigma del otro mundo) es otro título sustancial de inicios de la década, aunque algunos consideran que es superior la versión más moderna de John Carpenter. En la de 1951 el que se lleva los créditos como director es el ignoto Christian Nyby, pero es de dominio público que detrás de él estaba un grande como Howard Hawks, que solo figura como productor.
No debería dejarse de mencionar When Worlds Collide (Cuando los mundos chocan), estrenada en los Estados Unidos en noviembre de 1951. Típico producto de clase B, incluido su realizador, Rudolph Maté, su nombre sin embargo sobresale como gran director de fotografía (Gilda, Cover Girl, ambas con Rita Hayworth, To Be or Not to Be, Foreign Correspondent, etc.). When Worlds Collide era un relato muy angustiante en que los astrónomos detectan que en pocos meses el planeta Zyra y la estrella Bellus terminarían, por colisión, destruyendo a la Tierra.
Enter Jack Arnold
Será Jack Arnold, otro digno representante de clase B del cine norteamericano, quien incursione en una media docena de oportunidades en el género fantástico a partir de 1953.
Películas de bajos presupuestos (propios del estudio Universal en esa época) y con actores con escaso glamour, aún hoy volver a verlas provoca cierto placer cinéfilo.
It Came from Outer Space (Llegaron de otro mundo) inaugura la serie (en 3D), basado en un cuento de Ray Bradbury, en que una nave extraterrestre aterriza en el desierto de Arizona por desperfectos mecánicos y sin fines destructivos, lo que la emparienta al film ya mencionado de Robert Wise.
En forma consecutiva Arnold en su cuarto y quinto largometraje cambia un poco de tono con Creature From the Black Lagoon (El monstruo de la laguna negra) y su primera secuela, ambas también en 3D (toda una novedad para la época). La bestia, mitad hombre mitad pez, provocará alguna muerte, pero cederá ante atractiva joven Julie Adams. Bellas escenas submarinas y música de Henry Mancini realzan esta digna representante del cine de clase B.
Los primitivos recursos técnicos de Tarantula! (ídem) y la fotografía en blanco y negro no minimizan el escalofrío que produce aún hoy ver un film donde un experimento científico transforma al arácnido del título en una gigantesca tarántula. La cuadrilla de aviones con que es atacada al final (con napalm) es comandada por un “desconocido” actor de nombre Clint Eastwood.
The Incredible Shrinking Man (El hombre increíble) de 1957 es casi un espejo del anterior, donde una nube radioactiva (recurso típico de la década) produce el efecto inverso del film antes mencionado en el personaje central. Este se verá enfrentado a formidables enemigos de gran tamaño frente a su diminuta y decreciente dimensión (de allí el “Shrinking” del título original) y donde nuevamente una araña (pero de tamaño normal) será una temible amenaza.
Anterior a los dos films antes nombrados y probable fuente de inspiración, sobre todo del primero, cabe mencionar a Them! (El mundo en peligro) en que es nuevamente la radioactividad la responsable del gran crecimiento de otra especie animal: las hormigas. Los paisajes desérticos se repiten y se inician cuando dos agentes de Alamogordo (sitio de ensayos nucleares) encuentran a una niña despavorida, quien les describe los insectos gigantes que ha visto y juntos emprenden su búsqueda. Es probablemente lo mejor (y único rescatable) de Gordon Douglas, aunque para Warner fue el mayor éxito comercial de 1954.
Enter Val Guest
Seguramente su nombre resulte poco familiar ya que en la extensa filmografía (con casi cincuenta largometrajes en su haber) de este director inglés no hay mucho para rescatar. Sin embargo, el célebre estudio Hammer Films, cuya fama obedece sobre todo a las películas de terror protagonizadas por Peter Cushing y Christopher Lee, con dirección de Terence Fisher, a partir de 1957, también lo tenía a Guest como habitual realizador.
Uno de los primeros éxitos comerciales de Hammer, es un poco anterior y está basado en una exitosa serie de la televisión de Nigel Kneale para la BBC de 1953. Al pasar al formato cinematográfico y buscando ampliar su público al norteamericano resolvieron contratar a Brian Donlevy, un actor nacido en Irlanda, pero educado en los Estados Unidos.
The Quatermass Xperiment, de 1955, que en los Estados Unidos se estrenó como The Creeping Unknown, usaba exprofeso la penúltima letra del alfabeto, para enfatizar la calificación “X” (adults only) vigente en USA. Como era de esperar aquí se la conoció con el poco imaginativo título Pánico mortal (lo mismo que el siguiente film de Guest conocido en Argentina, The Weapon, que se llamó Cita mortal).
El profesor Quatermass, quien en la trama es el que puso al primer hombre inglés en el espacio, investiga los misteriosos cambios que ha sufrido el único sobreviviente de la misión a su regreso. El astronauta (Richard Wordsworth) se irá descomponiendo al estar poseído por una fuerza extraterrestre (alien) y contaminando a otros humanos hasta ser electrocutado por Quatermass en la catedral de Westminster.
Quatermass II, en Estados Unidos estrenada en 1957 como Enemy from Space y aquí conocida como Vasallos del mal es aún más espectacular no solo por el suspenso que genera sino por el siniestro plan de extraterrestres que, al igual que en la primera parte, planean tomar posesión de seres humanos, incluso del “corrupto” gobierno británico. En el inicio Quatermass (nuevamente Donlevy) descubre una misteriosa invasión de meteoritos que transportan los parásitos extraterrestres. Han transformado una vieja refinería en una supuesta fábrica de alimentos donde lo que en verdad están generando son sustancias que asistirán a la temible invasión.
Esta segunda parte guarda cierta similitud con un film un año anterior que merece agregarse de manera de constituir una trilogía de los mejor del cine de ciencia ficción de la década del 50 y por qué no de la historia del cine de género fantástico.
Nos referimos a Invasion of the Body Snatchers de Don Siegel, que tuvo varias remakes, con diferentes títulos en castellano. La primera se llamó Muertos vivientes y sigue siendo la mejor y posiblemente insuperable pese a que los actores no son mayormente celebres. Kevin McCarthy y Dana Wynter constituyen la pareja central, que descubren la existencia de unas vainas o calabazas gigantes (pods), que cuando se abren muestran a unos seres en elaboración, que son réplicas perfectas de seres humanos a los que sustituirán. Lo harán absorbiendo sus mentes en los momentos en que las víctimas estén durmiendo. La película fue interpretada por algunos críticos como un alegato anticomunista en época del senador McCarthy, casual homónimo del intérprete principal.
Últimos años de la década del 50
1958 mantuvo cierta continuidad con dos nuevos títulos propios del cine de clase B, dirigidos por realizadores poco conocidos.
Primero fue el turno del alemán Kurt Neumann, hasta allí conocido por varios films de la década anterior en que Johnny Weismuller encarnaba a Tarzán. En el año de su muerte Neumann dirigió su obra más lograda, The Fly (La mosca de la cabeza blanca) en soberbio Cinemascope. Un científico realiza experimentos para lograr que la materia se desintegre en una especie de cabina, para ser recuperada luego de ser transferida en otro habitáculo similar. Cuando decide experimentar con sí mismo no percibe que una mosca se ha colado, con lo que resultan dos criaturas “mezcla”, un hombre con cabeza de mosca y viceversa. Tuvo una buena remake dirigida por David Cronenberg con Jeff Goldblum en el rol del científico.
Dos meses más tarde se presentó The Blob (La mancha voraz) del desconocido Irvin S. Yeaworth. Se inicia cuando un meteoro se estrella en una zona rural, trayendo una sustancia protoplasmática que empieza crecer y fagocitar gente. Fue el primer protagónico de Steve McQueen y la canción principal, coescrita por Burt Bacharach, fue un gran éxito. tuvo una segunda parte y una remake, ambas olvidables.
Cerrando la década se estrenó un film muy inquietante y apocalíptico, On the Beach (La hora final) de Stanley Kramer. Gregory Peck, en el rol central, es un comandante de un submarino que llega a Australia cuando una guerra nuclear en el hemisferio norte ha destruido parte de la humanidad mientras la nube radioactiva se encamina hacia el sur. Un elenco notable, que incluye a Ava Gardner, Fred Astaire y Anthony Perkins, en una película que provocó en su momento gran angustia, en plena época de la Guerra Fría.
Julio Verne
Sería injusto cerrar esta nota sin mencionar al gran francés cuyas obras más importantes fueron todas llevadas al cine en la década del 50.
20,000 Leagues Under the Sea (20.000 leguas de viaje submarino) fue filmada en 1954 por el estudio de Walt Disney (Buena Vista), siendo una de las primeras películas en Cinemascope, con gran elenco y dirección de Richard Fleischer.
Dos años más tarde se presentó Around the World in 80 Days (La vuelta al mundo en 80 días), no necesariamente un film de ciencia ficción, que fue aún más exitosa comercialmente (doble número de espectadores) y en quinto lugar por recaudación en toda la década. Fue dirigida por Michael Anderson y ganó el Oscar a mejor película. Contó con casi una centena de cameos con un inolvidable David Niven como Phileas Fogg; Cantinflas como Passepartout y Shirley MacLaine como una exótica princesa.
From the Earth to the Moon (Rumbo al infinito) de Byron Haskin de 1958 y Journey to the Center of the Earth (Viaje al centro de la tierra) de 1959, dirigida por Henry Levin, cierran el cuarteto de las mejores novelas de Verne, aunque en ambos casos las producciones cinematográficas no estuvieron a la altura de las joyas literarias en que se basaron.
Addenda
No siendo producción norteamericana ni tampoco inglesa, parece no obstante lógica una mención a otro exponente del cine de ciencia ficción de la década del 50. Su origen es japonés y su nombre en esa lengua responde a Gojira, término que resulta de la combinación de dos palabras japonesas que significan (en ese orden) “gorila” y “kujira” (ballena). Estrenada en su país de origen en 1954, fue dirigida por Inoshiro Honda. En los Estados Unidos fue reeditada (aparece el actor Raymond Burr) y se conoció como Godzilla King of the Monsters, y en Argentina se llamó (similarmente) Godzilla, rey de los monstruos. El monstruo de unos 400 pies de tamaño es despertado desde el mar por una bomba atómica, sembrando el terror en la ciudad de Tokio. Su productor (Tomoyuki Tanaka) se inspiró en un monstruo animado, obra del gran Ray Harrihausen (en el film The Beast from 20,000 Thousand Fathoms de Eugene Lourie). A diferencia de la mayoría de los monstruos, Godzilla no fue animado (problemas presupuestarios) sino interpretado por actores (el propio Tanaka) que utilizan hábitos de cuero. En la primera versión se utilizó el blanco y negro pasando a color en las diversas secuelas.
TOP CINCO
De las veinte películas reseñadas y en tren de elegir las que podrían integrar un Canon de la ciencia ficción de los 50, se proponen los siguientes cinco títulos, ordenados cronológicamente:
THE DAY THE EARTH STOOD STILL (1951)
THEM! (1954)
INVASION OF THE BODY SNATCHERS (1956)
THE INCREDIBLE SHRINKING MAN (1957)
QUATERMASS II/ENEMY FROM SPACE (1957)
BIBLIOGRAFIA SELECCIONADA
BOUYXOU, J.P.,(1971), La sciecne-fiction au cinéma, 10/18, Paris
CURUBETO, Diego (colab. de KAIRUZ M., M, ORTA, M., (2019), Cine Bizarro, Mansalva, Argentina
GASCA, Luis. (1975), Cine y ciencia ficción, Editorial Planeta, España
HARDY, PHIL. (1984), The Encyclopedia of Science Fiction Movies, Woodbury Press, USA
HUNTER, I.Q. (1999), British Science Fiction Cinema, Rutledge, London
EYLES, A., ADKINSON, R., FRY, B. (1973), House of Horror – The Complete Hammer Films, London
FRIEDLANDER, F., VILLANUEVA, A. (2022), El Canon del cine norteamericano – Vol.1, ASL Ediciones.
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