SOLO PINCELADAS
Ofrecida como una comedia italiana al estilo de las mejores representantes del género, la opera prima del también actor y hombre de teatro Neri Marcoré presenta una historia que transcurre en la década del 60 con un personaje central metido de cabeza en el fútbol, pese a que sabe poco y nada del tema, en una película que fluctúa entre la simpatía sin demasiados riesgos, el tópico sentimental y romántico y la disección de la institución familiar tal como puede observarse en múltiples ejemplos, y mejores obviamente, del cine peninsular de cualquier época.
Walter Vismara (Alberto Paradossi) trabaja en una fábrica de provincia y es enviado a Milán, vaya cambio, donde continuará su labor como contador en una empresa donde el dueño y su contexto son fanáticos del fútbol. Desde este punto la película maneja algunas claves temáticas sin profundizar demasiado en los conflictos, manteniéndose en la superficie de cada una de sus intenciones.
Por un lado, la cuestión futbolística. Claro está, se cita al Inter, a Sandro Mazzola, jugador clave de esos tiempos, a Zamora (de ahí el título de la película), arquero español de la primera parte del siglo 20, se habla de fútbol en los bares, se escuchan partidos por radio. Pero todo queda ahí, en la cita graciosa y en el recuerdo.
También se habla de cine, de Fellini, se concurre a ver películas y se observan afiches y carteles pero el registro no va más allá de la invocación nostálgica.
El divino Zamora también refiere a la disgregación de la familia, a la travesía que ancla en el sueño de Milán, a la búsqueda del paraíso en desmedro de otras geografías.
En este punto, el film gana algún interés al presentar a una ciudad triunfante, como en tantas películas italianas que transcurren en los 60 en relación a las migraciones internas, por ejemplo, y salvando los kilómetros de distancia entre ambas, se está en el mundo de Rocco y sus hermanos de Luchino Visconti en cuanto a ese paisaje reconocible.
Por lo tanto, entre fútbol y cine en territorio milanés, sumado a pinceladas sentimentales con sus correspondientes toques melancólicos, El divino Zamora elige a la comedia como pretexto desde el momento en que el protagonista debe convertirse en arquero para jugar un partido propiciado por la propia empresa.
Allí, en esas escenas donde Vismara establece amistad con alguien que sí sabe del tema (personaje encarnado por Marcoré, el mismo realizador), donde resurge el tema familiar y cierta zona gris del edén milanés, el film no consigue levantar vuelo, sometido ya a una levedad imposible de detener.
El divino Zamora no hace más que añorar los hermosos tiempos y las inolvidables películas que conformaron aquella ya fenecida commedia all’italiana.
(Italia, 2024)
Dirección: Neri Marcorè. Guion: Maurizio Careddu, Paola Mammini, Neri Marcorè, Alessandro Rossi. Elenco: Alberto Paradossi, Neri Marcorè, Marta Gastini. Duración: 110 minutos.