Entre la abyección y el ridículo.
En los años 40 una niña francesa cuyos padres habían sido asesinados en Auschwitz creció con un apellido falso, francés, que le permitió sobrevivir. En los años 70 una joven hippie de familia burguesa conoció a un argelino en la calle y se casó con él. El fruto de este amor fue Baya, que a temprana edad padeció el abuso sexual de su profesor de piano. Debido a esto ella nos relata: “No me quedaba otra que hacerme pedófila o puta, así que decidí hacerme puta”, y vaya si lo es. Su gran misión en la vida es acostarse con tantos tipos de derecha como sea posible y luego transformarlos en izquierdistas. Un día conoce por casualidad al cuarentón Arthur y, de a poco, se enamoran. Mientras ella reivindica constantemente su origen argelino,él, a pesar de declararse socialista, parece sentirse avergonzado de su ascendencia judía. Claro, es hijo de la niña mencionada al comienzo de este texto, que ahora es una anciana llena de angustia por ese pasado terrible que siempre reprimió para sí misma. La combinación de los dos temas franceses por excelencia, amor y política, es la premisa de esta comedia romántica y dramática de Michel LeClerc.
El Significado del Amor se desarrolla temáticamente en el campo de dos grandes tragedias que aún golpean a la memoria colectiva francesa: la invasión nazi y la colonizaciónde Argelia. Tomemos, por ejemplo, la escena en que Arthur y Baya cenan junto a sus respectivos padres. Antes del encuentro, él le advierte a ella acerca de los temas tabú que no puede tocar, especialmente el Holocausto. Claro que ésto no resulta según lo planeado, y a la joven se le escapan sin querer algunas desafortunadas anécdotas sobre vagones de tren, campamentos, etc. Más allá del dudoso gusto de esta situación, ¿Era necesario apelar a tamañas obviedades? En pos de hacer reír el film de LeClerc no sólo resulta previsible, sino también abyecto. La horrible frase que estereotipa a las víctimas de abuso infantil, citada más arriba, da cuenta de ello. Sólo hay algo peor que estos recursos humorísticos, y son los recursos dramáticos. A raíz de una observación que hizo en su pubertad, Arthur visualiza a su madre de niña, tomando un helado de crema mientras su padre es detenido por soldados nazis. ¿De qué trataba dicho comentario? De que a los muertos en circunstancias tan espantosas era mejor recordarlos no el día de su muerte, sino, por ejemplo, el día en que probaron la crema chantilly. Sin palabras.
Con respecto a las actuaciones, nada puede hacer la pareja protagónica. El guión sólo le permite mostrar a Sara Forestier uno de sus notables atributos, y es su cuerpo desnudo, que ocupa una buena parte del film. En cuanto a Jacques Gamblin, su personaje es tan soso e inacabado que es como si no estuviera. En definitiva, si éste es el significado del amor, mejor que siga siendo un misterio.