En el campo
Dirección: Cristian Drut. Autoría: Martin Crimp. Traducción: Jaime Arrambide. Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde. Producción: Damián Autorino. Música original: Nacho Czornogas . Iluminación: Alejandro Le Roux. Elenco: Carolina Tejeda, Ignacio Rodríguez De Anca, Cecilia Czornogas. Prensa: Ana Garland.
La soledad, tan inmensa como el campo que los rodea
Un matrimonio que huye de la ciudad y se instala en el campo no consigue encontrar la paz que busca. La vida compartida, los hijos y los nuevos proyectos no son suficientes; hay algo más que está ahí, entre ellos, y perturba. Las mentiras, los secretos, la impunidad; personajes oscuros que se desencuentran, se encuentran y otra vez se pierden.
La mayor parte de la historia transcurre en un granero, que oficia de casa. La escenografía es austera y plasma la realidad interior de los personajes: el vacío. Un matrimonio en el que el amor está ausente desde hace tiempo, y que aunque intentan revertirlo no lo logran. Los protagonistas de la historia intentan encontrarse, cada uno, con el otro. Pero los esfuerzos no dan frutos y la cercanía física no alcanza para acortar la distancia emocional que los separa. Entonces deciden fingir.
Carolina Tejeda interpreta a Corinne, la esposa de Richard (Rodríguez De Anca). Con un manejo corporal y gestual acertado, es la que más convence de los tres protagonistas. Tejeda sabe transmitir las emociones que lastiman al personaje que representa: duda, desconfía, pero no acepta lo que íntimamente sabe. Necesita enfrentarse con la verdad a la fuerza; su posición es la de la mujer que no quiere ver lo que pasa a su alrededor.
Richard, el esposo, es un médico al que poco le interesa la vida de los demás; está demasiado concentrado en la suya y en los problemas en los que está metido. Su personaje es sombrío, oscuro, pero Rodríguez De Anca no lo explota al máximo.
Por otro lado está Rebecca (Czornogas), la amante que inesperadamente se mete en la casa de Richard y Corinne. Es ella la que obliga a la esposa engañada a abrir los ojos de una vez y toparse con la realidad. Aunque su personaje es el que debería desencadenar la crisis, la representación de Czornogas es débil y no llega a tener la fuerza necesaria. Las posturas y la alocución no están bien logradas.
La dirección debería ser más precisa; si bien la escenografía y la música acompañan el dramatismo de los diálogos y las escenas (fuertes, aunque a simple vista parece que no pasa nada), los actores no logran elevar la tensión tanto como el texto permite. Sin embargo, logran incomodar.
En el campo es una obra actual, incisiva; tiene sarcasmo, dramatismo y obliga a reflexionar. Los diálogos son densos e intensos, y bucean en las emociones más íntimas de sus personajes.
Teatro: Sha. Sarmiento 2255, C.A.B.A.
Funciones: sábados a las 21 y domingos a las 19.
Entrada: $60.