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CRÍTICAS - CINE

Exorcismo (The Exorcism)

Un actor, que interpreta a un cura que debe hacer un exorcismo en una película de terror, llamada The Georgetown Project, muere en el set de filmación mientras repasaba sus líneas. De esta forma el rol recae en Anthony Miller (el siempre eficiente Russell Crowe), un actor de renombre que acarrea un pasado oscuro ligado al abuso de drogas y la trágica desintegración de su familia. Mientras, la relación con su hija adolescente se vuelve cada vez más dura, producto del rencor que la joven aún retiene por el pasado familiar. 

Anthony intentará sostener a como dé lugar el frágil vínculo con la joven, pero cuanto más se involucre con su personaje su comportamiento se verá cada vez más afectado, producto de una fuerza paranormal y desconocida que ronda la película maldita.

Exorcismo fue dirigida por Joshua Miller, hijo del actor Jason Miller, que interpretó al memorable padre Karras en El exorcista (1974), obra maestra de William Friedkin. Miller hijo (medio hermano con Jason Patric) decidió rendir homenaje a la labor de su progenitor en aquella película canónica y reflejar de ésta manera las dificultades que atravesó personalmente mientras rodaba. El abuso de drogas y los problemas familiares fueron parte de una infancia difícil para Joshua, por lo que de alguna manera, Exorcismo parece una forma de enfrentar sus propios demonios. De esta manera el film propone un ejercicio metaficcional, autoconsciente y a su vez sumamente personal, en cuanto a su contexto y visión del mundo. 

El problema con él es que más allá de lo que plantea, como resultado final, aboga más aquello que en la gran mayoría del cine de terror actual afecta: golpes de efecto baratos, atmósferas que son totalmente anticlimáticas y que se resuelven como un loop, a fuerza de reiteración, evocando el cansancio del espectador. Su acercamiento al mito o leyendas sobre películas malditas (entiéndase esas obras en las que los problemas a la hora de filmar involucran contratiempos varios, accidentes y muertes extrañas, caso de películas como El exorcista, La profecía o Poltergeist, mencionadas de forma literal en Exorcismo) tampoco parece darle mayores méritos y esto se vuelve apenas anecdótico y pasajero. 

Por momentos el film cae en una terrible encrucijada narrativa, dejando de lado la profundidad psicológica del personaje de Crowe para enfatizar la forzada relación amorosa que mantiene su hija con una joven actriz de la película maldita. Resuelve de manera apresurada y sin demasiada profundidad aquello que parece un planteo cuyas dimensiones emocionales espejan los hechos aterradores que la rondan y que en parte es el verdadero plato fuerte de la obra. Lo especular, en el cine, siempre es una buena herramienta cuando se sabe utilizar, caso contrario, se pierde entre tantas otras formas sin más. 

Al fin y al cabo, Exorcismo es una película con una historia sumamente interesante pero resuelta con poca inteligencia, poca paciencia y con recursos superficiales que la confieren al posible olvido como obra fallida pero no del todo monstruosa. Desperdiciada y sin demasiado que decir como película de género, es una verdadera pena. 

(Estados Unidos, 2024)

Dirección: Joshua John Miller. Guion: M.A. Fortin, Joshua John Miller. Elenco: Russell Crowe, Ryan Sipkins, Sam Worthington, Chole Bailey, Adam Goldberg, David Hyde Pierce. Producción: Bill Block, Ben Fast, Kevin Williamson. Duración: 95 minutos.

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