Friendship! (Alemania, 2010)
Dirección: Markus Soller Guion: Olivier Ziegenbalg Producción: Tom Zickler, Qurin Berg, Max Wiedemann Elenco: Matthias Schewieghofer, Friedich Mucke, Alicja Bachleda Duración: 108 minutos
Dos simpáticos comunistas en Yanquilandia.
¿Quién dijo que el cine alemán es aburrido? Markus Goller, director no muy conocido por estas tierras, se encarga de hacer añicos este prejuicio con una disparatada y entretenida road-movie, donde dos muchachos de la ex Alemania Oriental, allá por 1.990, recorren Estados Unidos en busca del padre de uno de ellos.
La película posee la estructura de las comedias de enredos norteamericanas, aunque también padece de muchos lugares comunes vistos en este tipo de largometrajes. No faltan la clásica escapada por la ventana; la chica bonita que pone en riesgo el vínculo de estos dos guapos amigos, el típico plano donde los tres comparten una cama, y las repetidas escenas ruteras sonando algún buen tema musical de fondo con un montaje que nos remite más a la estética MTV que a la de un film europeo.
Estos numerosos clichés a veces son subsanados, con unas cuantas situaciones que realmente hacen reír. La llegada al aeropuerto de New York donde afirman con total ingenuidad: “no somos nazis, somos comunistas”; el poco dominio del inglés; la difícil adaptación al sistema capitalista; el negocio que surge con el muro de Berlín y el imperdible striptease como oficiales rusos en un club gay de Las Vegas.
No es sólo una comedia light, también aborda desde una crítica irónica al opresor sistema comunista de los ochenta y al peligroso circo frívolo del capitalismo. “Acá lo único que importa es el dinero”, dice uno de ellos en un rapto de lucidez.
El director consigue manejar muy bien los tiempos de la historia y el modo de lazo amistoso que construyen los personajes centrales, a partir de logradas interpretaciones actorales de sus dos protagonistas (Matthias Schewieghofer y Friedich Mucke), quienes encarnan muy distintas personalidades, brillando ambos por igual
Tiene todo para ser muy taquillera, de hecho en Alemania junto a Soul Kitchen de Fatih Akin, otra notable comedia aún no estrenada comercialmente por aquí, son las dos películas locales más recaudadoras en lo que va del año.
Friendship carece por momentos de originalidad narrativa, pero entretiene y divierte en su mayor parte, sin la necesidad de dejar el cerebro en la puerta de la sala, y eso ya es mucho decir.
Se vuelve a proyectar el lunes 27/09 19:50 horas. Desde A Sala Llena, recomendamos olvidar por un rato la rivalidad futbolística y asistir esta semana a disfrutar una de las mejores cinematografías mundiales en el Festival de Cine Alemán, edición 2010.
Por Emiliano Román
Estamos en 1990; el muro de Berlín ha caído hace poco y dos amigos provenientes de la ex Alemania Oriental deciden viajar a San Francisco, pero el dinero les alcanza sólo para llegar a Nueva York. Una vez allí, sus intentos por arribar a la costa oeste, será todo un desafío que en más de una ocasión pondrá a prueba su amistad.
Friendship es una típica película de viajes, donde los paisajes y las aventuras (como los accidentes) se suceden incesantemente, mientras sus protagonistas apenas si acusan cambios en su personalidad. Sin embargo, el encanto de este road movie radica en la simpatía y ternura de Tom (Matthias Schweighofer) y Veit (Friedrich Mücke), como a su vez en ciertas escenas desopilantes; como cuando se convierten en los “sementales de Stalingrado”, al bailar como streepers en un bar de gays de mala muerte.
Al comienzo, unas singulares imágenes de archivo con una voz off que emite comentarios por demás mordaces, marcan una arista que el director Markus Goller en algunos momentos y de forma tibia se anima a tocar: el de la sátira política, con claras referencias al pasado histórico de su país.
Igual efecto tiene el documental que los dos amigos llevan consigo como un tesoro (muy bien jugado el suspenso respecto a su contenido) hasta que finalmente lo proyectan en un pueblo que se cruza en su itinerario.
Por Romina Gretter
Dos jóvenes oriundos de Alemania del Este, tres años después de la caída del Muro, emprenden viaje hacia Estados Unidos en busca del padre de uno de ellos, quien habría escapado cuando el hijo tenía doce años. Basada en la historia real de uno de los productores del film, esta road movie muestra el poder de una amistad inmensa, capaz de soportar todo.
Aunque por momentos parece una típica comedia norteamericana, Friendship! Tiene la virtud de poder salirse de ese estereotipo y demostrar su origen ario. Así, más allá de las aventuras y desventuras que Tom – excelente interpretación de Matthias Schweighöfer- y Veit –una muy buena composición de Friedrich Mücke- la amistad pura que los une como a hermanos y los hace fuertes desborda la pantalla.
Plagada de situaciones cómicas, muchas de ellas inverosímiles, el film resulta por demás divertido. Si bien abundan los lugares comunes, también está lleno de ironías. Los amigos no solamente deben desenvolverse en un país desconocido, sino además adecuarse a una cultura absolutamente diferente a la vivieron toda su vida. Sin embargo, se tienen el uno al otro y juntos sabrán sobrellevar la adversidad. Una visión crítica que no toma partido ni por el comunismo ni por el capitalismo deja en evidencia las bondades y falencias de ambos sistemas.
Por María Eugenia D’Alessio