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DOSSIER

This is not a Film: gritar en clave menor

De vez en cuando mi profesión tiene
privilegios, y de vez en cuando ese privilegio puede consistir en presentar
ciclos excelentes. Particularmente hace unos días me tocó introducir al público
de BAMA Cine Arte un ciclo dedicado al realizador iraní Jafar Panahi, el director
que hace unos años se encuentra en prisión domiciliara y con imposibilidad de
filmar por los próximas dos décadas. La razón de esta condena se debe
mayormente a que su cine abiertamente político y fuertemente crítico con el
régimen iraní no cayó muy bien en un país con un gobierno poco –o nada- dado a
la tolerancia.

Justamente averiguando datos sobre
Panahi encontré una frase de él que resulta reveladora, se trata de la anécdota
de cuando vió Ladrones de Bicicletas
de Vittorio de Sica y se encontró maravillado ante lo que consideró que era
“una película que no le mentía”. No es difícil pensar que esto pudo haber
marcado a un cineasta que justamente siempre quiso hablar con honestidad de su
país y que al igual que los neorrealistas italianos (y de paso también al igual
que su mentor Abbas Kiarostami) prefirió buscar la verdad antes que la belleza.

Justamente me tocó ver antes de ayer
prácticamente al hilo dos obras maestras de sus obras maestras: El Círculo –película del 2000- y su
reciente This is not a Film.

El Círculo es una película coral, con una estructura muy parecida a la de La Ronda del Arthur Schnitzler. De esta
obra Panahi no sólo toma la estructura dramática (consistente en historias de
mujeres que van, por así decirlo, pasando de mano) sino también en una idea de
presentar una película furiosa que muestra una radiografía terrible de su país
a partir de una serie de situaciones de opresión social hacia el sexo femenino.
Hay en primer lugar en El Círculo una
idea desesperante en el pensamiento de que un grupo de mujeres iraníes unidas
meramente por un encuentro casual pueden vivir situaciones de pesadilla
cualquier día. Pero también la película maneja otra idea: y es pensar que en
Irán las mujeres y los hombres viven en mundos totalmente diferentes, con otras
leyes, otra moral y otra forma de relacionarse con el mundo. Justamente una de
las curiosidades de El Círculo es
que en una sociedad donde las mujeres no pueden andar sin compañía de un hombre
se termina formando una suerte de complicidad femenina que opera a escondidas
del universo masculino. Así es como Panahi encuadra casi siempre a las mujeres
por un lado y a los hombres por el otro. Justamente una de las escenas más
desoladoras del film se da cuando una de las mujeres se esconde sola tras un
callejón y mira asustada una calle en donde sólo caminan hombres, todos ellos
representando posibles amenazas en una sociedad marcada por un machismo
exacerbado y estatalmente legitimado.

Si El
Círculo
es una película con una estructura identificable, This is not a Film es un ovni
cinematográfico, una rareza que es prácticamente imposible que vuelva a
repetirse.

La película fue hecha por Panahi de
manera ilegal, desde su arresto domiciliario y valiéndose de elementos como una
cámara digital, material de archivo y hasta la cámara de un celular. Ni bien la
terminó Panahi tuvo que entrar la película “por contrabando” al festival de
Cannes en un pendrive escondido en una torta de cumpleaños.

Hacer algo así implica una subversión
muy fuerte a la ley iraní y Panahi se hace muy consciente de esto en un
largometraje que sabe que hasta filmarse a sí mismo haciendo cosas tan
cotidianas como desayunar o interactuar con una mascota es de por sí una
provocación. Sin embargo Panahi declara todo el tiempo, tal y como el título lo
indica, que no esto que se está viendo no es una película y que él no está
dirigiendo nada. Así es como This is not
a Film
quiere dar la apariencia de ser una grabación casera, donde nada
está calculado y nadie está tratando de crear nada. Pero por supuesto esta
apariencia es una gran farsa ya que a cada rato Panahi está mostrándonos que
hay cosas guionadas, tomas que se repiten por supuestos problemas técnicos, posibles
manipulaciones de sonido (los tiros que salen del balcón), y hasta escenas
supuestamente espontáneas (como la de la vecina que deja el perro o toda la
charla con el portero) que terminan dando toda la impresión de estar armadas.

En algún punto This is not a Film es una comedia, con una variación de un mismo
chiste que sólo puede hacerse en circunstancias como las que está viviendo el
cineasta. Es una película única porque cada corte, cada indicación indirecta
del director, cada toma, se vuelva una burla a un poder dictatorial y tiene el
encanto de una ilegalidad hecha contra una legalidad aberrante.

Y si bien las dos películas parecen muy
diferentes This is not a Film comparte con El Círculo varias ideas. En principio las dos películas giran en torno
a personajes condenados a una cárcel por delitos nunca especificados del todo.
En ambas películas además los personajes principales parecen ver al territorio
iraní como una continuidad de su propia cárcel, como si en verdad un calabozo
no tuviera demasiada diferencia con una calle igualmente hostil. Y además de
todo las dos películas buscan una idea de describir una situación de opresión
mediante prohibiciones aparentemente mínimas o supuestamente particulares que
terminan exponiéndose como un engranaje mucho más aberrante de opresión y
violencia. El comienzo de El Círculo
empieza mostrando cuestiones como una mujer imposibilitada de fumar en público,
y termina en la mostración de mujeres desesperadas porque su propia condición
femenina las somete a situaciones humillantes. En This is not a Film Panahi
nos narra una película que empieza mostrándonos a un hombre enojado por no
poder expresarse y termina su último plano que simboliza una Irán enfurecida y
una situación social crítica.

Cuando uno piensa en esto es imposible
no relacionarlo con la mencionada Ladrones
de Bicicletas
, film que empieza justamente relatándonos un caso particular
de pobreza y desesperación y que termina revelando a este caso individual como
un engranaje más de un sistema empobrecido. Sin embargo hay algo que diferencia
estas dos películas de Panahi del demoledor film de De Sicca: la aparición de
una modesta esperanza.

Esta misma aparece en El Círculo en la escena en la que una
de las mujeres le quiere comprar un ticket a un boletero. El mismo se niega
diciendo que por ley no le está permitido que una mujer viaje sola en un
transporte público. Sin embargo después de una charla insistente el hombre
decide quebrar la ley y darle el boleto a la chica. Que después la mujer no
termina abordando ese transporta es algo que importa poco y nada, ya se vió un
raro momento de comunión entre hombre y mujer y una bienvenida forma de mostrar
que a veces el sentido común y la empatía hacia el otro puede imponerse ante
una ley rígida y absurda.

El equivalente más evidente aún en This is not a Film se da cuando con la
cámara de su celular Panahi filma al camarógrafo de la película, una persona
que hasta ese momento parecía que iba a permanecer anónima. Sin embargo esa
sola aparición y confesión de una complicidad nos revela abiertamente que el
protagonista y realizador del film no está tan solo.

Si hay esperanza ahí es porque así como
Panahi muestra que las opresiones pequeñas son en verdad engranajes de
opresiones mayores, entonces cabe la posibilidad de que los gestos de rebelión
pequeños también puedan ser engranajes de un mismo hartazgo social y una misma
necesidad colectiva de cambio. Por eso creo yo que la dedicatoria final de This is not a Film “a los cineastas
iraníes”, está menos cerca de un homenaje que de un pedido o –mejor aún- un
reclamo. Una forma de tratar de encender una mecha mayor, derivada de una mecha
pequeña que acaso pueda terminar siendo parte de una renovación social genuina.

Quizás en algún momento esto pase y
puede que la raíz no haya venido en forma de grito sino de susurro y
complicidades individuales. Mientras tanto, entre todas estas especulaciones,
esperemos que al menos alguna vez este director pueda volver a filmar, alguien
que puede hacer una obra maestra valiéndose de la cámara de su celular y con su
persona hablándole a una cámara probablemente se lo merezca más que ningún otro.

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