Dicen por ahí que Hazme el favor es una comedia romántica. Si es así, no se nota, al menos le falta la posibilidad certera del romance, o la valentía para ir a fondo, o la verosimilitud para que nos podamos creer lo que debería pasar o que al menos está en suspenso y se atrasa. Quizás se la pueda encuadrar mejor bajo el rótulo de película sobre la amistad, o sobre el nacimiento de una amistad con algunos escarceos sexuales. O tal vez se pueda conceder que es algo así como una comedia romántica tenue, como el fantástico tenue, sutil, casi que no se nota que fantástico. Una comedia romántica corrida de eje, pero también corrida de tradiciones cinematográficas incluso recientes. Hazme el favor es una película que contiene demasiados intentos, demasiadas pruebas, demasiadas tentativas espásticas para diversas formas de encarar el relato. Y lo demuestra demasiado pronto, apenas comienza, en la presentación del personaje principal, Maddie Barker (Jennifer Lawrence). Después de un plano que promete estar cargado de cierta noción cinematográfica de descripción del espacio con eje en un gancho de grúa, enseguida eso se anula como diciendo, ah, no, en realidad esto no era importante y vamos a explicar mediante una abundancia de diálogos torpes y con montaje crasamente televisivo qué es lo que le pasa a esta chica. Y se lo explica con actores que están cada uno en su lógica de actuación -no todas buenas-, con diálogos que merecían una reelaboración para ir más allá de lo meramente informativo y con el penoso intento variopinto de chistes que empiezan a no acertar. La película, en un caso que debe ser récord mundial, renuncia a cualquier idea de cohesión estilística apenas comienza, pero no por convertirse de entrada en una apuesta anárquica y liberadora sino por apostar en demasiados pasajes a una variedad que parece impericia indolente. Hay diálogos atolondrados y sumamente obvios, hay situaciones de alta inverosimilitud que anulan la gracia posible (por ejemplo lo de los patines al llegar a la casa en los altos: si la situación es tan forzada y carente de lógica no puede funcionar), hay una musicalización hecha por alguna inteligencia artificial a la que entrenaron con los peores exponentes disponibles y hay detalles “traumáticos” ultra explicados y dichos en voz demasiado clara y alta (y reforzados, como la simbología de la cartita). Y hay largos momentos casi sin música -como si se la hubieran olvidado- que respiran mejor, un principio de organización temática acerca de la literalidad y la falta de gracia de las nuevas generaciones que lamentablemente no se profundiza, y algunos diálogos más concentrados y menos explicativos, más parecidos a los que solíamos conocer como chistes de comedia. Pero todo es simplemente desordenado, deshilvanado, ni siquiera felizmente caótico.
Sí, claro, está Jennifer Lawrence, que siempre hay que tener en cuenta como posible dadora de alegrías. Y cumple con creces en algunos momentos, justamente en los que apela a la comedia físicamente sacada y a los gritos bien ejecutados, como por ejemplo en la pelea desnuda en la playa, (una escena que parece de otra película, de una mucho mejor), el gas pimienta, la fiesta de Princeton y el auto con fuego y agua. En el resto del relato Lawrence tiene que lidiar con una acumulación de situaciones y diálogos que la exponen a la blandura, a la supina estupidez -la “seducción” en el refugio de perros- y a primeros planos que no la favorecen porque desde el primer momento hay un leve manto de sospecha acerca de la naturalidad o no de su rostro (¿qué se hizo?, ¿cómo está iluminada?). Y ya sabemos, sin un rostro ante el cual estar fascinado, la comedia romántica cuesta y sobre todo la comedia romántica que es más bien otra cosa se disuelven en el veloz olvido.
(Estados Unidos, 2023)
Dirección: Gene Stupnitsky. Guion: Gene Stupnisky, John Phillips. Elenco: Jennifer Lawrence, Andrew Barth Feldman, Laura Benanti, Matthew Broderick, Natalie Morales, Scott MacArthur, Ebon Moss-Bachrach. Producción: Justine Ciarrocchi, Jennifer Lawrence, Naomi Odenkirk, Mark Provissiero. Duración: 103 minutos.