Hombre muerto, codirigida por Andrés Tambornino y Alejandro Gruz, es una película que se sumerge en las profundidades de la psique humana y la fragilidad de la existencia en un marco árido y a la vez conflictivo.
Ambientada en un espacio en el que quienes lo habitan se encuentran movilizados por la necesidad de la subsistencia, la película nos presenta a un protagonista, Almeida (Osvaldo Laport) atormentado por sus propios demonios, y la lucha por encontrar significado en un entorno que parece estar en constante desintegración.
En el tranquilo escenario de un pequeño pueblo, sumido en la parálisis tras el cierre de la mina que le daba vida, emerge la llegada de una oferta tentadora: una jugosa paga por llevar a cabo un trabajo “especial”. Este peculiar encargo implica eliminar al ingeniero propietario de la mina, interpretado por Diego Velázquez, un paso necesario para materializar una inversión prometedora que podría traer consigo un ansiado progreso para la comunidad.
En este contexto particular, en el que el tiempo parece haberse detenido y la desolación se palpa en cada rincón, Almeida se erige como una fuerza disruptiva, e introduce, al aceptar el encargo, un conflicto que sacude los cimientos de la realidad que comparten un grupo de personas resignadas a su suerte.
La fotografía refleja de manera perfecta esta atmósfera, con paisajes áridos y tonalidades sombrías que capturan la desoladora belleza de un entorno abandonado, con elementos claros del western. La música aporta una capa adicional de tensión adecuada para las situaciones que se suceden, cargada de misterio y peligro.
El casting contribuye con su despliegue interpretativo a la autenticidad del relato, con actuaciones que encarnan de manera convincente los diversos matices de los personajes. Laport transmite con su personaje una mezcla intrigante de carisma y amenaza, manteniendo en vilo al espectador ante sus verdaderas intenciones.
Por su parte, el resto del elenco, entre los que se encuentran entre otros: Daniel Valenzuela (Camilo), Roly Serrano (Padre Francisco), Sebastián Francini (Comisario) registra una performance un elenco notable, reflejan la amargura y la desconfianza propias de aquellos que han sido olvidados por el mundo exterior.
El guion, delineado de manera hábil, despliega un entramado narrativo rico en detalles y subtextos, y se ocupa de explorar temas universales como la corrupción y la violencia, con un dejo práctico de humor en una sociedad al borde del abismo. Algunos giros inesperados y las instancias de suspenso mantienen en vilo al espectador, desafiándolo a cuestionar los límites de la justicia, en un mundo regido por la ambición.
El film no solo ofrece una experiencia cinematográfica remarcable, sino que también invita a una profunda reflexión sobre la naturaleza humana, y los dilemas morales que enfrentamos en tiempos de incertidumbre.
Puedo decir, para cerrar mis comentarios sobre Hombre muerto, que es un recordatorio inquietante de que, en la búsqueda del progreso, a menudo nos vemos obligados a confrontar nuestros propios espantos, sobre todo a la hora de tomar decisiones que ponen a prueba nuestra integridad y humanidad.
(Argentina, 2024)
Guion, dirección: Andrés Tambornino, Alejandro Cruz. Elenco: Osvaldo Laport, Diego Velázquez, Daniel Valenzuela, Roly Serrano, Sebastián Francini. Producción: Daniel Burak. Duración: 107 minutos.
