Un millón de amigos
La Larga Noche de Francisco Sanctis (2016), el primer largometraje de ficción de los realizadores Andrea Testa y Francisco Márquez, regresa a 1977, en los primeros años del Proceso de Reorganización Nacional, para confrontar el pasado de nuestra Nación desde el comportamiento de la sociedad civil ante los indicios de los secuestros sistemáticos de luchadores sociales.
En el comienzo de la última dictadura militar, un ex militante universitario, frustrado por la demora de su solicitada promoción tras varios años de esfuerzos en una empresa alimenticia, recibe una inesperada llamada de una ex compañera a la que no ve hace años. Tras convencerlo de encontrarse con la excusa de solicitarle su autorización para publicar un poema escrito en la juventud, le comenta subrepticiamente que posee información sobre una pareja a punto de ser secuestrada esa misma noche. La mujer le confía la información a Francisco, quien comienza una odisea vertiginosa por la ciudad de Buenos Aires encontrando indiferencia y miedo ante la posibilidad de involucrarse en el escabroso asunto.
La película de Testa y Márquez es la adaptación de la novela homónima del escritor revolucionario Humberto Costantini, exiliado en México durante la última dictadura. La obra, publicada en 1984 por la editorial Brugera tras el regreso de la institucionalidad democrática, coloca al protagonista ante la disyuntiva de arriesgarse a realizar una acción concreta para salvar a la desconocida pareja y comprometerse nuevamente con sus ideales o hacer oídos sordos a la alarmante noticia y convertirse en cómplice de la dictadura por omisión. Así, entre el drama y el terror que se avecina, la política aparece menos como ideología que como toma de posición ética y prueba de valentía y decencia.
Las actuaciones de todo el elenco reconstruyen el dilema de la época entre la apatía, la desconfianza y el temor de forma brillante, destacándose la gran labor protagónica de Diego Velázquez en el papel de Sanctis. La fotografía, la dirección y la dirección artística realizan una labor estética formidable con cada escena para captar la esencia de la novela y de una Buenos Aires hostil y terrible, plasmando así la angustia y la desesperación de Sanctis ante la situación apremiante que sacude su vida. Los rubros técnicos, como la mezcla de sonido o la reconstrucción histórica, también se destacan, componiendo una película meticulosa que no deja ningún detalle librado al azar.
La Larga Noche de Francisco Sanctis no solo viene a proponer de esta manera otra mirada sobre la última dictadura cívica militar sino que en realidad recupera una gran novela aún no reeditada de un extraordinario escritor para proponer una transformación de nuestra mirada del pasado a fin de resignificar el presente, concientizar sobre la necesidad y el deber ciudadano de enfrentar cualquier dictadura, encontrando así a través de la ficción nuevas formas de mantener viva la consigna Nunca más.
Martín Chiavarino