L.A. Zombie (Alemania-Estados Unidos-Francia , 2010, 62’), de Bruce LaBruce
Con metraje acotado LaBruce se encarga de mostrarnos a un zombie de ciudad muy particular, quien a partir de un acto singular al comienzo del film se encarga de disgustar con comicidad implícita, luego el gag se vuelve repetitivo e inconstante. En definitiva, el film se basa únicamente en “esa” característica principal que posee el protagonista, de revivir víctimas que encuentra por su deambulante camino a partir de un fluido corporal.
La imaginación de LaBruce tiene un límite, es recurrente, no indaga ni elabora sobre el personaje principal, simplemente lo impone bruscamente en escena y busca que el espectador se quede conforme con muy poco. Reemplazar el hilo argumental y narrativo por el gore y sexo cuidadosamente explícito es una mala decisión.