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CRÍTICAS

Los Días Felices

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Los Días Felices

Dirección General: Lamberto Arévalo. Dramaturgia: Samuel Beckett.Traducción del original: Mariano Fiszman. Escenografía: Marcelo Valiente. Vestuario y Maquillaje: Silvia Zavaglia. Música original e Iluminación: Lamberto Arévalo. Producción Ejecutiva: Marcos Moiseeff – Saúl Juaya. Intérpretes: Roxana Berco – Eduardo Florio. Prensa: Silvina Pizarro.

Los días felices nos propone un viaje por el agujero donde habita Winnnie. Esta mujer, a pesar de no poseer más que unos pocos objetos y vivir enterrada, no dejará de pensar en estos, como los “días felices”.  Su monólogo es constante y retrata con mucho atino la faceta femenina.

Este monólogo de Winnie sólo será interrumpido por breves apariciones de su tosco marido, Willie. “Por lo menos tengo con quien hablar” dirá ella.

Winnie, soberbia interpretación de Roxana Berco – una actriz y maestra de actores de gran trayectoria – nos trae un canto a la esperanza. Una visión “feliz” e inocente de la vida. Su gestualidad y corporalidad, su discurso, deberán ser abarcados de mùltiples maneras teniendo en cuenta lo restringido de las posibilidades espaciales del personaje. Esto es un desafío para Berco, que sin duda lo atravesará triunfante.

Beckett, autor irlandés, ha escrito esta obra en los 60’ por sugerencia de su esposa.

Mario Vargas Llosa comenta al respecto de eesta pieza: “la emotividad y la tensión de la obra no derivan de la acción, que es nula, ni siquiera del contenido del monólogo de Winnie, sino más bien de factores puramente formales: la graduación de los silencios, la dosificación de las alusiones cargadas de sentido humorístico, tierno, nostálgico, y en una gran parte de la interpretación misma”

Beckett demarca en sus escritos todos los detalles de la interpretación. Movimientos y segundos de lo que debería durar cada acciòn. Esto, más allá de no haber sido un obstáculo, enriquece la interpretación de Berco, quién se maneja libremente por este universo.

Volviendo a Winnie, los objetos que posee son totalmente inútiles en ese contexto. Hasta su revólver “Brownie” no será de utilidad.

Winnie irá rememorando cosas del pasado, sus ilusiones, sus sentimientos, mencionando citas de textos y repitiendo ciertas frases, manifestando alguna pérdida de memoria a medida que pasa el tiempo. También se esmerará en aprender algo nuevo cada día y en su cuidado personal. No se resigna ante su desesperante situación. De hecho, aparece con un elegante vestido de seda morado, bien maquillada y sombrero.

Por detrás, y con muchas dificultades para verse y escucharse, Willie se asoma con un sombrero de paja en su cabeza, mediado por un pañuelo. También deja ver un corte en su cabeza sin pelo.

Este personaje, al final de la obra, nos sorprenderá por fuera del agujero, dando lugar a pensar que Winnie está alucinando o finalmente pudo escapar.

En suma. Una obra con poco movimiento corporal (desespera un poco verla atrapada cada vez más) pero gran desarrollo actoral, textos simples de un autor clàsico pero con una profunda llamada a la reflexiòn y la esperanza.

Teatro: Patio de Actores – Lerma 568

Funciones: Sábados 21.30 hs – Seis Funciones

Entrada: $80

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