En algún momento de La gioia, segundo largometraje de ficción de Nicolangelo Gelormini, se escucha “Reality”, una canción que fue un gran éxito en 1980. Pocos recuerdan (hubo que buscar en archivos) en qué momento se popularizó la canción compuesta por Vladimir Cosma e interpretada por el inglés Richard Sanderson.
Develada la incógnita, resultó ser en La boum (Adolescentes de fiesta, en Argentina). Dirigida por el ya fallecido Claude Pinoteau, resalta una singularidad, el debut a los 13 años de una actriz francesa. Se trata de Sophie Marceau, cuyo personaje se llamaba Vic, siendo su sueño que la autorizaran a asistir a una fiesta (boum) familiar.
Poco tiene en común la película de Gelormini, ya que el personaje central (Gioia) tiene más de cincuenta años. Lo interpreta Valeria Golino, especialmente afeada para el ingrato rol de una mujer sin experiencia alguna de pareja, lo que se podría denominar una “solterona”.
Ella es una profesora de francés que vive aún con sus progenitores y su extrema candidez la lleva a ofrecerle asistencia a Alessio, (Saul Nanni), dándole clases particulares en su casa. Ignora que el joven lleva una doble vida, ya que, de noche, instigado por Cósimo (Francesco Colella) un amigo de la familia, se gana dinero de una manera vergonzosa. Su núcleo familiar incluye aún a otros personajes abyectos, como su madre (Jasmine Trinca).
Entre Gioia y Alessio, se establece una relación sincera ya que ambos tienen algo que aportar al otro. El chico le comenta que tiene planes para establecerse en el exterior, en una actividad que estima rentable, no pudiendo hacerlo ya que no posee el dinero necesario. Gioa le confiesa que tiene algunos ahorros para ayudarlo.
A partir de ese momento, el film cambia de tono, ya que Alessio privilegia impulsar la vida hacia su “lado oscuro”. Lo que comenzó con una actitud compresiva hacia su maestra, se va truncando hacia un proceder sombrío y poco humano.
La película se basa en un hecho real ocurrido hace diez años y que tuvo antes del cine una versión teatral, conocida en Italia como “Se non sporca il mio pavimento”. El guion, coescrito por varias manos, incluida la del propio director, ganó el premio Franco Solinas 2021.
La locación se puede adivinar desde la primera escena cuando el grupo familiar de Gioia está viendo y festejando un gol de la Juventus. Se trata de Torino (Turín), donde se encuentra la principal fábrica de la FIAT, que tiene una célebre pista de prueba de autos que una escena, de gran belleza estética, la película muestra. En su centro hay una especie de gran péndulo que nunca se detiene y que para el arquitecto que lo diseñó significa “la vida que nunca se detiene”.
Gelormini ya había dirigido a Valeria Golino en su primer largometraje (Fortuna) y lo que logra en esta oportunidad es reflejar el patetismo del personaje, muy alejado de otros como por ejemplo en Retrato de una mujer en llamas o la reciente y muy fallida Fuori.
La gioia tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia 2025, en la sección paralela Giornate degli Autori.
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(Italia, 2025)
Dirección: Nicolangelo Gelormini. Guion: Benedetta Mori, Giuliano Scarpinato. Elenco: Francesco Colella, Valeria Golino, Saul Nanni. Duración: 108 minutos.








