Figura legendaria dentro del cine animación actual (o del cine a secas) y uno de los mejores realizadores vivos, Miyazaki fue nombrado alguna que otra vez como “el Disney japonés”. Sin embargo, no hay nada más alejado del artista y productor americano que Miyazaki. El realizador nipón es menos un artista obsesionado con las innovaciones técnicas y las estructuras tradicionales de los cuentos de hadas que un hombre que busca a partir de técnicas de animación ya probadas historias y líricas y de estructuras muchas veces poco convencionales. Su cine es uno en el cual el límite entre lo extraordinario y lo ordinario casi no se siente, haciendo que la fantasía parezca cotidiana y los accionares cotidianos tengan mucho de fascinante. En este curso se abordará la filmografía casi completa de Miyazaki para adentrarse en un tipo de cine donde tanto su animación para adultos como su animación para el público familiar terminan mostrando una visión del mundo lírica y compleja.

Clase 1: Introducción a las aventuras. Miyazaki y sus comienzos. Del ilustrador al realizador con Lupin III: El castillo de Cagliostro. La aventura en Miyazaki a partir de su opera prima, Laputa: castillo en el cielo y Porco Rosso.

Clase 2: Mitologías. Nausicaa y Princesa Mononoke. La visión de Miyazaki sobre la ecología y la creación de héroes de paz. El sintoísmo y la mezcla con otras religiones en obras maestras que evaden cualquier tipo de discurso New Age o reduccionismos.

Clase 3: De niñas. Mi vecino Totoro y Kiki, dos miradas sobre distintas etapas de la niñez. La figura de lo sobrenatural y el mundo de lo ordinario como aventura. La visión lúdica de la niñez y su capacidad de retransformar (y disfrazar) la realidad. 

Clase 4: De crecimientos. El viaje de Chihiro y la reflexión sobre los cambios y dudas en una preadolescente. La influencia ineludible de los libros de Alicia de Carroll en la construcción de uno de los imaginarios más libres y creativos que dio el cine del SXXI. El viento se levanta y el film que mezcla biografía con invención en la película más abiertamente ambiciosa de Miyazaki.