En la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes se proyectó como un evento especial Bona de Lino Brocka, el realizador filipino. Transcurridos 43 años desde su primera exhibición en esta ocasión se presentó la versión restaurada en 4K de la película que fue olvidada desde su estreno en 1981. El polvo la cubrió largos años y gracias al afán de reencontrar este clásico las productoras Carlotta Films y Kani Releasing adquirieron los derechos de la película producida por Nora Aunor, que también fue la actriz que interpretó Bona.
Bona está dirigida por Lino Brocka y protagonizada por Nora Aunor y Phillip Salvador, con guion de Cenen Ramones y fotografía de Conrado Balthazar. Fue realizada por la productora cinematográfica de Nora Aunor, NV Producciones.
Los negativos originales de Bona habían sido depositados en el laboratorio LTC en París (ahora Cite de mémoire). La restauración 4K se llevó a cabo a partir de los negativos originales de imagen y sonido de 35mm, conservados por LTC Patrimoine y LE Diapason.
Existen determinadas tenencias que con el paso del tiempo se mantienen vigentes como el “fandom” (alude al colectivo formado por los seguidores o fans de algo o alguien: serie, artista, modelos o figuras de gran relevancia). Bona a pesar de haber sido filmada en 1981 explora el fenómeno del “fandom”, a través de una colegiala, Bona (Nora Aunor), de clase media, que abandona la escuela secundaria y su hogar cuando su padre a golpes intenta hacerla entrar en razón, para seguir a Gardo (Phillip Salvador), un actor de poca monta de películas de clase B.
Bona escapa y decide ir a vivir con Gardo. Como todos los principios de un enamoramiento, la felicidad abraza con tentadora fascinación. Sin embargo la realidad siempre es más cruel y al cabo de unas semanas Bona se da cuenta que no es la esposa, sino la criada de Garbo, obligada a soportar un desfile incesante de sus múltiples conquistas. Por otra parte Garbo es borracho, narcisista, terriblemente despiadado y mujeriego que brilla en los barrios bajos y está atrapado en una ilusión de falsa celebridad.
La bondad y una cierta ingenuidad de la protagonista la convierten en víctima. En este rol la actriz permanece prácticamente en silencio durante toda la película y es sometida a humillaciones sin reaccionar ni defenderse en ningún momento. La interpretación de Nora Aunor es excelente por su austeridad expresiva, hasta su exaltada sublevación final.
Su amor ciego, no correspondido, y humillante posee cierta similitud con la protagonista de La historia de Adele H. de 1971, realizada por François Truffaut, por la que Isabelle Adjani fue nominada al Oscar. Y la miserabilidad del universo que la rodea, junto con la promiscuidad del espacio solo es comparable al de La Strada y Las noches Cabiria de Federico Fellini.
La película inicia con una escena multitudinaria en la que participan cientos de personas en trance durante la Fiesta del Nazareno Negro a la salida de la iglesia de Quiapo, Manila. Filmada a modo de documental, y verité, sirven como un exordio al tema de la idolatría irreflexiva. Esta secuencia podría tener una semejanza al cine etnográfico del francés Jean Rouch (Los cazadores de leones). La cámara de Brocka está colocada desde lo alto, desde un punto de observación como si los dioses del Olimpo miraran hacia abajo al mar de rostros que rodean al Santo (se dice que esta estatua de madera negra tiene poderes mágicos). Luego la cámara baja y capta a Bona mirando pasar el desfile. Un corte la traslada en la misma pose, pero su cabello y forma de instalarse en eses escenario es distinta, está en una sesión de fotos adorando a un ídolo diferente, de carne y hueso al pseudo galán: Gardo.
Esta apertura está relacionada con las narrativas de los filipinos entre lo religioso y lo cultural. A medida que la escena avanza se transforma en una secuencia de escenas, en las que se ve a Bona en dos tomas superpuestas, equilibradas en espacios de veneración y adoración.
Brocka es un maestro del melodrama neorrealista con tendencia hacia la experimentación y el cine popular, que a su vez se convierte en una crítica social y política.
La película analiza la subyugación de las mujeres en Filipinas, con un equivalente a nivel universal, generalmente este tipo de maltrato lo realizan personas con tipologías psicopáticas, caracterizados por la falta de empatía y remordimiento, junto con la tendencia de manipulación y engaño. Suelen tener un encanto superficial y una visión grandiosa de sí mismos, pero carecen de la capacidad de conectarse emocionalmente con su entorno social. Este comportamiento lleva a sostener entre víctima y victimario una relación sadomasoquista, que termina siempre en un final trágico.
Lino Brocka elaboró muy bien las secuencias, ya que fueron trabajadas sobre cortes que empalmaban sobre situaciones concatenadas en espacios diferentes, pero que daban al film una unidad febril, despiadada, y descentrada por el espacio marginal al que recurre.
Brocka utiliza enfoques distintos para cada actor, en Bona utiliza tomas nada atractivas, fáciles o emocionales. A su vez utiliza tomas largas para momentos trascendentales en los que ella casi siempre es el foco, el punto de giro, alrededor del cual se desplaza el complejo esquema sentimental de la escena.
En cambio como contraste a la pasividad de Bona, Brocka muestra a Garbo con todos los clichés de los actores narcisistas, como un canalla sin escrúpulos, pero a su vez realiza varias tomas donde se revela su desnudez a contra luz para mostrar mejor sus músculos y su virilidad.
Luego está Nilo (Nanding Josef), que se enamora perdidamente de Bona. Nilo ofrece un contraste enigmático con el exultante narcisismo de Gardo. Es tímido, cohibido, casi un doble de Bona. Para Gardo, Nilo no existe. Para Bona es despreciable, a pesar de que él la ama para ella es menos que nada.
Pero Nilo loga escapar de la trampa del amor porque es un joven con cierta cordura, aunque no es atractivo posee el don de escapar de la obsesión. Es la ingenuidad pura y es el único hálito de equilibrio en este melodrama embarazoso.
La película puede explicarse como una pesquisa de la condición humana mostrando la necesidad de conexión y la lucha contra la soledad. La relación de bona y Gardo puede interpretarse como una metáfora de la relación entre la humanidad y la brutalidad, el amor y la desesperación, la obsesión y la insensibilidad, como así también la búsqueda de significado en un mundo cruel e indiferente.
(Filipinas, 1980)
Dirección: Lino Brocka. Guion: Cenen Ramones. Elenco: Nora Aunor, Phillip Salvador, Marissa Delgado. Producción: Nora Aunor. Duración: 85 minutos.