EL HECHIZO TODAVÍA FUNCIONA
La Un viernes de locos original de 2003 logró capturar algo mucho más profundo que un simple enredo cómico entre madre e hija. Bajo su estructura de comedia familiar, escondía una mirada genuina sobre el duelo, la incomunicación y el impacto emocional que una pérdida podía tener dentro de los distintos roles familiares. La relación entre Anna (Lindsay Lohan) y Tess (Jamie Lee Curtis) era real, incómoda, y por eso mismo: creíble. Luego de la pérdida de su padre, cada discusión y desacuerdo era un grito de ayuda desde la adolescencia, entendiendo las decisiones de su madre como un abandono emocional muy grande. Actualmente, ya no es lo mismo pero, de algún modo, sí lo es.
Veinte años después del icónico cambio de cuerpos entre madre e hija, Otro viernes de locos retoma la historia de Tess y Anna con una nueva generación, nuevos problemas y el mismo hechizo. Con guiños constantes a la película original y apariciones que emocionan a quienes crecimos con la versión de 2003, esta secuela consigue reconectar con su audiencia desde el efecto revival.
Anna ahora está por casarse y enfrenta los nervios de formar su familia, después de haber sido madre soltera todo este tiempo. En cambio, Tess se encuentra lidiando con los desafíos del envejecimiento y su rol como abuela. Harper (Julia Butters), la hija adolescente de Anna, aporta una mirada “actual” pero también conflictiva, repitiendo esa misma desconexión madre-hija y personalidad rebelde e incomprendida de Anna. También aparece Lily (Sophia Hammons), la futura hijastra de Anna, y actual enemiga de Harper, lo que le da lugar al tan necesario hechizo.
En la nueva entrega, la crítica emocional es la misma: la fórmula no cambia. La película funciona clara y únicamente como una carta de amor a los fans que crecieron con la original, pero se apoya tanto en la nostalgia que se olvida de construir algo propio. Justamente, el guión no arriesga demasiado, pero logra sostenerse gracias al carisma y química de sus protagonistas. Hay momentos divertidos y la química entre las protagonistas sigue siendo uno de los puntos más sólidos. Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan son uno de esos dúos que se extrañaba ver en acción.
Los chistes funcionan, pero se sienten fáciles de alcanzar. En lugar de profundizar en la tensión madre-hija con una nueva mirada contemporánea, la película recurre a chistes que se reducen a la comparación de edades. Son recursos conocidos y limita lo que el cine familiar podría empezar a cambiar.
La aparición de Jake es puro fan service para las que lo amamos en su momento, y la reunión de la banda con su canción icónica no solo nos llena de alegría: confirma que esta película no busca reinventarse, sino devolvernos por un rato a ese universo que nos marcó. En tiempos donde muchas secuelas apelan al revival, Otro viernes de locos se apoya en esa misma emoción que nos dejaron las películas de Disney de los 2000: Con la representación del fanatismo, la vergüenza y la presión social en Confesiones de una típica adolescente, o el deseo de expresarse y sentirse entendido en High School Musical; hasta el día de hoy, este tipo de películas, sigue representando la adolescencia mejor que muchas sagas actuales. Por eso mismo, si sos una de esas personas que tiene un lugar especial en su corazón dedicado a la primera película, esta secuela va dirigida a vos. Una hora y 51 minutos de total entretenimiento y actuaciones de todo el elenco original que te transportan plenamente a tu juventud, como si estuvieras viendo Disney Channel una vez más.
Aunque Otro viernes de locos no logre innovar ni darle un giro distinto a la historia, sí consigue algo igual de valioso: recordarnos por qué ese vínculo madre-hija nos emociona tanto, incluso veinte años después. Aún como en 2003: Nada puede romper el vínculo que une a una madre y una hija cuando finalmente logran verse con los ojos de la otra.
(Estados Unidos, 2025)
Dirección: Nisha Ganatra. Guion: Jordan Weiss. Elenco: Jamie Lee Curtis, Lindsay Lohan, Julia Butters, Sophia Hammons, Mark Harmon, Haley Hudson. Producción: Kristin Burr, Jamie Lee Curtis, Andrew Gunn. Duración: 111 minutos.
