Zoë Kravitz se estrena como directora un thriller psicológico que sorprende por su enfoque audaz. Desde el inicio, la película se presenta como una propuesta que va más allá de la simpleza estructural, insinuando múltiples capas de interpretación.
Lo esencial a ver es cómo se construye la historia y cómo la realizadora maneja su desarrollo, especialmente en un final que redefine todo lo que se ha desplegado hasta ese momento. Los mensajes subyacentes pueden ser objeto de variadas lecturas, y aunque cada una de ellas sean perfectamente válidas en su consideración individual,
Se trata de un film explícitamente sangriento sobre el poder, pero sobre cómo éste puede cambiar de manos de manera significativa, situando al dominado en el lugar que previamente criticaba, o por el cual era sometido. Parece tomar la idea de la poco recomendable necesidad de mirar al abismo; no solamente puede devolver la mirada, también la oscuridad puede transformar al que observa, y volverlo un monstruo.
La perfecta elección de un elenco que trabaja con notable efectividad es otro de los puntos que la llevan al éxito. Channing Tatum y Naomi Ackie se lucen en los roles principales; ambos logran una conexión palpable, un factor crucial en la historia. Tanto Tatum como Ackie entregan interpretaciones que fluyen de manera orgánica, dando vida a personajes con una intensidad real en el marco de su complejidad, sin excesos dramáticos desafortunados.
La dupla protagónica es perfectamente acompañada por Adria Arjona, Alia Shawkat, Haley Joel Osment, Christian Slater y Geena Davis, el reparto sostiene una dinámica que impulsa el cuento con fuerza y coherencia.
En cuanto a la estética, la obra se destaca por el uso del espacio y la luz para crear una atmósfera que es tanto inquietante como fascinante a la vez. Los detalles al respecto contribuyen a la sensación general de tensión e intriga. El diseño de producción y la fotografía se integran de manera efectiva para crear un entorno envolvente, perturbador, perfecto para la sucesión narrativa que lo define.
La dirección apuesta, así, a un camino que se va desdoblando con cuidado, manteniendo al espectador en un estado de intriga constante. En lugar de sobrecargar la historia con giros innecesarios, la idea que prima es la de una evolución natural de los acontecimientos, lo que permite que el transcurrir de los acontecimientos fluya naturalmente…hasta que llega la ruptura, claro.
El giro que se produce en el tercer acto es uno de los puntos más fuertes. En él, Kravitz demuestra un dominio claro de la tensión narrativa, y desafía las expectativas, además de ocuparse en recontextualizar todo lo visto hasta ese momento. Este cambio no sólo revitaliza la trascendencia del momento, sino que también pone de manifiesto su habilidad para manejar un cambio de tono sin perder el control.
En resumen, Parpadea dos veces marca un debut sólido para Zoë Kravitz. A través de una historia bien construida y respaldada por un elenco en sintonía, la película ofrece una experiencia que no solo capta la atención, sino que invita a una reflexión más profunda sobre los temas que aborda. En lugar de recurrir a fórmulas trilladas, eligió apostar por un enfoque que desafiara las convenciones, mostrando un prometedor potencial en su incursión en la dirección.
(Estados Unidos, México, 2024)
Dirección: Zoë Kravitz. Guion: Zoë Kravitz, E.T. Feigenbaum. Elenco: Channing Tatum, Naomi Ackie, Christian Slater, Simon Rex, Levon Hawke, Geena Davis, Kyle MacLachlan. Producción: Bruce Cohen, Zoë Kravitz, Garret Levitz, Tiffany Persons, Channing Tatum. Duración: 102 minutos.