HEREJÍAS
Para estos días, en los que la cantidad de horas en la casa subirá en promedio y descenderá en promedio la socialización en vivo, propongo un modo de recomendación distinto, uno que lanza invitaciones al diálogo a distancia, uno que propone comparaciones directas y sencillas para estar en acuerdo, en desacuerdo o en posiciones intermedias. Un modo de recomendación basado en el gusto —voy a establecer preferencias sin mucha argumentación— que invita a explorar el catálogo de Qubit con algunas valoraciones que quizás sean consideradas herejías cinéfilas. Pero a no ofenderse, que no todo está momificado en la jerarquía histórica del cine y es bueno repensar el cine del pasado para revivirlo y revivir nuestra relación con él. Este tipo de revisiones y puestas en duda de lo que se considera obvio y establecido fueron muy estimulantes para muchos de nosotros hace décadas, mientras nos formamos como espectadores en las salas de cine y en las charlas sobre películas, y comparábamos gustos, pareceres y herejías.
1. Herejía Hitchcock. Hay más de veinte películas de Alfred Hitchcock en Qubit, y entre ellas está Vértigo, considerada en no menos de cien millones de encuestas a lo largo de tres siglos como la mejor del director. En la mitad de esas encuestas, además, ha sido elegida como la mejor película de toda la historia, desde los primeros acueductos romanos hasta el presente. Alguna vez escribí un artículo largo sobre la obsesión de muchos cinéfilos con Vértigo. Este es un fragmento de ese texto: “Vértigo es una película obsesiva sobre una obsesión. Es una película sobre alguien que no quiere moverse, alguien fijado en una obsesión, pero lamentablemente sin tango. Vértigo es tal vez la película más enferma de Hitchcock, sobre un personaje enfermo. Vértigo –una película que me gusta menos que por lo menos otras diez de Hitchcock– es un relato lleno de obsesiones, culpas, religión, monjas, ojos desencajados de Jimmy Stewart. Una gran película, ciertamente, pero una película terriblemente dañina para la tendencia a la obsesión del cinéfilo. El canon hitchcockiano y, sobre todo, la crítica y la cinefilia serían distintos –más soleados– si la película más mentada de Hitchcock fuera otra, una distinta a la obsesiva y obsesionante Vértigo.” Antes que con Vértigo me quedo por mucho con Los pájaros, Psicosis, La ventana indiscreta, El hombre equivocado, Intriga internacional y varias más. La primera película que vi de Hitchcock la vi en el cine, en impactante Technicolor, fue La ventana indiscreta en copia nueva en 35mm en el cine-teatro Empire (Hipólito Yrigoyen al 1900, a una cuadra del Congreso Nacional), al que entraba gratis porque mi padre tenía comercio enfrente y conocía a la gente del cine. Yo tenía 9 años, aún recuerdo ese día.
2. Herejía terror y Bergman. Me gusta más El pozo y el péndulo de Roger Corman que El exorcista de William Friedkin. Casi que no me gusta El exorcista, y eso que casi todo el resto de la filmografía del director me parece muy bueno. En El exorcista actúa Max von Sydow, el sueco de varias y muy relevantes películas de Ingmar Bergman. Dos de esas películas son de las que menos me gustan de Bergman: El séptimo sello y La fuente de la doncella.
3. Herejía específica. La noche del cazador, la única película dirigida por el actor Charles Laughton, le gusta mucho a muchos amantes del cine. A mí me parece que exageran, pero con mi parecer no cambia nada: la valoración promedio de La noche del cazador es muy alta. En cambio, me gusta más que al promedio de los cinéfilos el cine de John Huston, como por ejemplo La reina africana. Para una de sus películas, Clint Eastwood se basó en el rodaje de La reina africana, pero no hizo otra basada en el rodaje de La noche del cazador, así que debo tener razón yo.
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