SOBRE PADRES AUSENTES E HIJOS EXITOSOS
No vi la opera prima tan elogiada de Xavier Legrand, Custodia compartida, pero parece que al director francés le interesan los temas familiares, con padres e hijos de por medio, digamos, desde una mirada aferrada a lo disfuncional o problemático como centro narrativo. Igualmente el inicio de Secretos oscuros (¿por qué no se dejó el título original más sutil y menos directo?) me causó un importante temor. Ocurre que en la secuencia de créditos y por algunos minutos la cámara se regodeó en el mundo de alta costura y desfiles de modas remitiendo, desde una puesta en escena diferente, a dos espantos cinematográficos de cineastas de renombre como Celebrity de Woody Allen y Pret-a-porter de Robert Altman. Pero al poco tiempo los temores desaparecieron y la historia empieza a contarse desde el personaje de Ellias Barnes (gran trabajo de Marc-André Grondin), afamado diseñador francés, recurrente hipocondríaco, que cree heredar la dolencia que mató a su padre, al que no ve desde hace años.
Toda la primera parte se circunscribe a narrar una quebrada relación entre un padre ausente y su hijo, donde la película exhibe con lujo de detalles los ceremoniales y rituales de un duelo cercano: la casa fúnebre, las pertenencias del difunto, la preparación del velatorio, el descubrimiento de amistades, la sucesión, el reconocimiento de la casa donde el padre de Ellias vivía solo… aparentemente.
Justamente, en una cruda escena, pautada por un suspenso apabullante, en esa casa paterna descubierta desde la mirada del hijo, la película cambia su tono y se sumerge en una mezcla de film de terror “detrás de las paredes” a lo Roman Polanski y trama policial con alto dosis de suspenso.
De ahí hasta el desenlace Secretos oscuros transmite con elegancia sus pretensiones. La aparición de un amigo del difunto será fundamental provocando una impensada vuelta de tuerca en la vida de Ellias, quien recibe llamados incesantes a su celular por cuestiones laborales, que empieza a sufrir malestares físicos debido a la novedad que descubre en la casa y que aún debe concurrir al velatorio de su progenitor y decir unas palabras.
En este espacio se produce una escena concluyente que deja lugar al otro giro argumental, momentos en que la película declara su intención de no concederle al espectador una historia fácil de digerir. Todo lo contrario: se está ante una film incómodo, a priori establecido desde una base temática que girará a zonas oscuras, sí, secretos nunca revelados, como el que trasluce en los últimos planos, contundentes, sutiles, con un excelso uso del fuera de campo.
(Francia, Canadá, Bélgica, 2023)
Dirección: Xavier Legrand. Guion: Xavier Legrand, Dominick Parenteau-Lebeuf. Elenco: Marc-André Grondin, Yves Jacques, Laetitia Isambert-Denis, Vincent Leclerc. Producción: Sylvain Corbeil, Alexandre Gavras, Anton Iffland Stettner, Eva Kuperman. Duración: 112 minutos.