APENAS REFLEJOS (NEORREALISTAS)
Una propuesta como la de Siempre habrá una mañana enlaza a la opera prima de la también actriz Paola Cortellesi con la mejor tradición del cine italiano, aquella que arranca con el neorrealismo de posguerra y que culmina cuarenta años después. La historia, situada en 1946, ofrece el rol de servidumbre y mujer sumisa de Delia, en un paisaje que omite cualquier cariz que no tenga como centro la figura del hombre. Justamente, en uno den sus recorridos callejeros, la protagonista se cruza un par de veces con un soldado norteamericano negro y desde allí la memoria recrea más de un encuentro de similares características (por ejemplo, en Paisá de Rosellini). En tanto, la construcción de un personaje como el de Delia remite, desde las apariencias, al encarnado por Sophia Loren en Un día muy particular de Ettore Scola, aquella fabulosa película de encierro y de historias grises.
Ahora, el gran interrogante será saber si la película tiene vida propia, más allá de sus exquisitos referentes. Y allí Cortelessi pega un par de vueltas de tuerca, de estilística narrativa, de desviaciones de climas y atmósferas que la separan de sus invocaciones sobre el gran pasado del cine italiano. La directora y actriz se anima a insertar un par de toques humorísticos, acaso invocando a esa imbatible entidad cinematográfica, la llamada comedia alla italiana, para aligerar el aire gris y rutinario que circunda a la protagonista.
Justamente, Delia vive con un tiránico esposo, un suegro dictatorial y tres hijos. Su vida se limita a los quehaceres domésticos (acá la película subraya en exceso el rol que ocupa la mujer en ese micromundo) pese a vislumbrarse a algún pretendiente que la desea. Pero en contraste con ese marco social donde la mujer no tiene voz pero tendrá voto, surge la mejor secuencia de la película, ya que la hija mayor de Delia y Vano tiene pretensiones de casarse, razón por la que llegarán a la casa, en plan de reconocimiento, el hijo y los padres que representan a la otra familia. En ese punto, la película crece como lectura social, descripción del contexto, configuración de personajes con sus respectivos contrastes y pequeños y acertados matices que desnudan una época determinada.
Filmada en blanco y negro, esa época y ese paisaje culminarán con las elecciones de 1946 donde la mujer vota por primera vez, tal como se observa desde el rostro feliz de Delia junto a la complicidad de su hija mayor y al rechazo de su derrotado esposo frente a semejante afrenta.
El futuro será mujer parece decirnos su director y actriz.
(Italia, 2023)
Dirección: Paola Cortellesi. Guion: Furio Andreotti, Giulia Calenda, Paola Cortellesi. Elenco: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea, Romana Maggiora Vergano, Emanuela Fanelli. Producción: Lorenzo Gangarossa, Mario Gianani, Vindhya Sagar. Duración: 118 minutos.