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CRÍTICAS - CINE

Stella, una vida (Stella. A Life)

El cine alemán produce alrededor de 300 películas por año, de las cuales un mínimo número llega a la cartelera de Argentina. Más aún, la cantidad de estrenos alemanes está en franca caída y lo poco que se presenta corresponde, por ejemplo, a films nominados para el Oscar, como fue el caso de Sin novedad en el frente, que lo ganó en la categoría mejor película internacional. 

En la primera década del presente siglo, algunas pocas compañías de distribución independiente ofrecieron varios títulos alemanes que tenían en común referirse a una época aciaga de Alemania. Nos referimos evidentemente a la década del 30 y mitad del 40 del siglo pasado, que aún hoy marcan a los jóvenes alemanes que ni siquiera vivieron esos momentos tan desgraciados.

A esa categoría pertenece Stella, una vida, del realizador Kilian Riedhof en su tercer largometraje y primero estrenado en Argentina. Comercialmente, el mayor atractivo lo constituye la actriz que personifica a Stella Goldschlag, personaje que realmente existió. A Paula Beer ya se la ha visto en los últimos films de Christian Petzold (Transit, Undine, Cielo rojo), en cierto modo reemplazando a Nina Hoss, la anterior musa del director de Bárbara y Phoenix. Pero además Beer fue la intérprete, antes de Petzold, de Frantz de Francois Ozon, en apenas su segundo largometraje. 

Lo novedoso del film que nos ocupa es que, pese a ser una joven de origen judío y habitante de Berlín, no se trata de una figura que la historia rescate por su valentía, pese a haber sido víctima del aparato represor del régimen nazista.  

En el inicio, a principios de la década del 30, se la ve a Stella como una joven felizmente casada con un músico judío, cantando obras norteamericanas como la célebre “Let’s Misbehave”, junto a un grupo de jazz, casi se diría, vocacional.

La suerte dará un giro dramático, cuando el régimen en 1933 deje a su padre sin trabajo, al obligarlo a abandonar su puesto en la industria cinematográfica. Y cinco años después, cuando los progenitores intenten emigrar sin éxito de Alemania (luego de la noche de cristal) y su sueño de convertirse en cantante de jazz se desmorone. 

Aparece entonces en escena el fantasma de la posible deportación de sus padres y de ella misma al campo de concentración de Auschwitz. Ya estamos en 1943, cuando circulaban rumores de que, en realidad, el campo no era solo de trabajo sino también de exterminio. Allí había sido trasladado su primer marido, por lo que ella inició una relación con Rolf Isaaksosn (el actor Janis Niewöhner), que a la sazón resultó ser su segundo esposo y que, por su aspecto ario, logró burlar por un buen tiempo a la Gestapo.

Con el fin de salvar la vida de sus padres Toni (Katja Riemann) y Gerd (Lukas Mike) Goldschlag, Stella acepta convertirse en delatora de personas de su misma “raza”, intento que en verdad sólo logró que sus padres fueran deportados, no a Polonia, sino a Theresienstad. En verdad la ciudad de Checoslovaquia, fue un lugar de tránsito ya que Toni y Gerd perdieron finalmente su vida en Auschwitz. 

Para salvar su vida, su instinto de supervivencia llevó a Stella a traicionar principios éticos básicos. Su historia real fue la base de un libro de un compañero de clase, Peter Wyden, publicado en los Estados Unidos, poco antes de la muerte de ella en la ciudad de Friburgo. 

La película dedica un poco de tiempo a los años de la vida de Stella al finalizar la Segunda Guerra Mundial, señalando que su muerte se produjo cincuenta años más tarde en 1994. Enfrentó varios juicios e incluso estuvo en prisión del lado soviético de Berlín. Un dato, que en el film no se menciona es que un psiquiatra que la examino en 1957 declaró que padecía de esquizofrenia psicopática. Es curioso que varios autores de libros sobre el nazismo emiten similar diagnóstico para quien fue el líder del Tercer Reich. 

El mérito del director Kilian Riedhof es haber intentado y logrado evitar un juicio moral del personaje. Sin embargo, la que fue conocida como “veneno rubio” (tal el color de su cabello) y, pese a las circunstancias en que debió vivir, no parece tener justificación alguna en lo que a su actitud moral se refiere.   

(Alemania, Austria, Suiza, Reino Unido, 2023)

Dirección: Kilian Riedhof. Guion: Marc Blöbaum, Jan Braren, Kilian Riedhof. Elenco: Paula Beer, Damian Hardung, Joel Basman, Maeve Metelka, Konstantin Gries. Producción: Katrin Goetter, Michael Lehmann, Günther Russ, Ira Wysocki. Duracion: 121 minutos.

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