Los siguientes comentarios tendrán poca sinopsis y partirán de la premisa o metáfora breve que cada obra expande. Quien escribe procede así para acercarse, breve e infielmente, a más seleccionadas de distintas competencias de la sexagésimo quinta edición del Festival Internacional de Cine de Salónica.
Corderos humanos
“No estamos hablando de corderos, sino de humanos”, discuten en Meat Takis y su hijo en un momento. Y en realidad la película vuelve palpable la (des)gracia tras los sacrificios familiares y comunitarios. Tal ‘gracia’ habrá que entenderla acá en sus múltiples sentidos: la ridiculez y la comicidad en las decisiones individuales, cumplir la palabra como parte de lo ético, la complejidad en cada acción tomada, lo imposible de escapar de la culpa… Todo esto está tratado visualmente a partir de la inquietud. La cámara en mano persiste, a veces cansa de la misma manera como agota la búsqueda de Christos por hacer lo correcto. En escenas de conversaciones importantes esa misma cámara precisa la desolación en su elenco. La obra halla la oportunidad de reflejar cada escenario, cinematográfico o narrativo, como una manera de lidiar con las improvisaciones impuestas por la vida.
Guion, dirección, co-producción: Dimitris Nakos. Elenco: Kostas Nikouli, Maria Kallimani.
Los hermanos, columnas frente a frente
En Pierce se reitera la incomprensión entre los co-protagonistas desde el inicio. Plano y contraplano de ambos actores dan cuenta de que, aun cuando insisten en entenderse, siempre estarán uno ante el otro – y uno fuera del otro – luego de aquel crimen de infancia. La realizadora aprovechará la excusa de que estos hermanos hagan esgrima para ofrecerles la oportunidad de conocerse y enfrentar su entorno. En este sentido, la composición visual conmueve con la agudeza de perspectivas y tonos precisos. Jie será capaz de defenderse y tomar decisiones a partir del fraterno reencuentro. La oscuridad en los colores rojos, azules y verdes advertirá el final. Y los pavosos gustos musicales también indican los desaciertos de estos personajes. Al final es imposible sacudirse la paradójica certeza de que los hermanos, aun con sus mayores malicias, forman parte de decisiones o logros más acertados.
Título original: Ci xin qie gu. Guion, dirección, co-montajista: Nelicia Low. Elenco: Y u-Ning Tsao, Hsiu-Fu Liu, Ning Ding.
Llamadas telefónicas, documentos de guerra e intimidad
Comunicarnos consta de intuiciones, retrasos y escuchas donde las palabras bastan lo mínimo para la sensibilidad de los recuerdos. Sabiendo esto, Iva Radivojević crea una historia de las telecomunicaciones significativas entre Lana, de 11 años, y sus cercanos mientras se iban de una ciudad a otra en la Y ugoslavia/Bosnia de los noventa. Los repiques de “teléfonos fijos” no contestados resuenan como formas de recordar el pasado y de sentir incompleto el presente. Así Lana comparte –y eventualmente se aleja de– amistades y familiares mientras la narradora en off –¿será Lana de adulta?– traza la emotividad que la protagonista disimula. Por segundos, parece que tal voz también se conmueve o llora por lo contado u omitido. Y sería lo esperable ya que, como ella dice en un momento, “a todos los niños les enseñan a no llorar, a pesar de la tanta tristeza”. When the Phone Rang es la respuesta clara yentrecortada de la realizadora a lo que toca desaprender fuera de la escuela como lecciones sensibles e incompletas de otra infancia, la creadora.
Guion, dirección, montaje: Iva Radivojević. Elenco: Natalija Illincic, Anton Augustinov, Slavica Bajčeta.
