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Cine

Together: Juntos para siempre (Together)

¿Asistimos a un renacimiento del body horror o este siempre se mantuvo vigente? Es frecuente leer en redes durante estos últimos años esta polémica que para muchos fanáticos podría sentirse como una verdadera afrenta: el body horror es, ciertamente, uno de los subgéneros más extendidos y prolíficos del cine de terror. Por ello, no es casual que las últimas grandes producciones de este estilo fueran reconocidas a partir de una catarata de ovaciones por la crítica en festivales y apreciadas por el público general. 

Es un hecho entonces el revuelo que está causando la ópera prima de Michael Shanks, Together: Juntos para siempre (2025). Particularmente, el filme se nutre del body horror para una exploración minuciosa y desmesurada del amor contemporáneo.

Millie (Alison Brie) y Tim (Dave Franco) son una pareja (también fuera de la pantalla) con más de diez años de relación. Millie recibe una oferta de trabajo en un pequeño pueblo algo alejado de la ciudad y considera que es la oportunidad perfecta para formalizar la relación con él mudándose juntos. Tim titubea, porque no parece estar seguro de dar ese paso. Además, establecerse en un pueblo atenta contra su proyecto de triunfar con la música en su banda. Pese a todo, Tim decide, finalmente, mudarse con Millie. El pueblito es muy acogedor y propicio para largas jornadas de caminata. En una de estas, Millie y Tim resbalan por un hueco en el suelo y caen en una especie de caverna plagada de inscripciones extrañas en las paredes. Antes de regresar, Tim tiene sed y bebe agua de un lago interior de la cueva. Una vez que regresan a casa, descubren las consecuencias de ese inocente acto.

A partir de esa acción estructural, la narrativa se centrará en una dramática carrera de los personajes por proteger su subjetividad, casi literalmente. La idea del Amor que Platón expone en El Banquete a partir del ejemplo de Aristófanes y la búsqueda de la media naranja nos sumerge en una profunda e hilarante historia sobre las distintas fases de una relación, su naturaleza, su belleza y sus peligros.

Tim, tras beber el agua (cual pócima de cuento de hadas), no puede distanciarse de Millie. La premisa es literal: el joven no puede alejarse de ella y, cada vez que sus cuerpos se tocan, quedan adheridos. Se configura un campo de atracción que funciona exclusivamente para ellos dos: Millie se aleja, pero cada extremo de su cuerpo se esfuerza por alcanzar el cuerpo de Tim.

Desde esta perspectiva, las fronteras propias de la corporalidad se vuelven un límite que debe ser transgredido. La relación amorosa entre Millie y Tim tiende inexorablemente al borramiento de ellos mismos como sujetos y a ver en el otro una continuación. Resultan atendibles algunas escenas que funcionan como advertencia del final. Por un lado, cuando Tim traga el pelo de Millie mientras duermen. Ese primer gesto debería entenderse como un primer intento de devorar al otro, de asimilarlo al yo de la forma más primitiva: a través de la digestión. Luego, Millie y Tim tienen sexo –recordar que hacía mucho tiempo que no lo hacían– de una forma salvaje y luego no pueden “despegarse”. Esta vez, la apropiación del otro tiene que ver con una posesión sexual, también dentro de las posibilidades convencionales que ofrecen los cuerpos. Sin embargo, esta atracción emana de algo más primigenio, por lo que los límites del cuerpo deben ser transgredidos para literalmente convertirse-en-el-otro. La explicación romántica de la “media naranja” queda desmantelada a partir de la construcción avant la lettre del proyecto platónico y la guerra por la carne.

Otro elemento relevante de la película es la belleza de la coreografía. La simbiosis es desmesurada, pero la forma de presentarla es muy diferente. Durante todo el filme, las escenas más violentas y repulsivas están representadas en un tono muy atinado, ya que no se estilizan al punto de la artificialidad. El ritmo del montaje construye una melodía profana en la que la voluntad de los personajes va sucumbiendo hasta el desenlace fatal.

El punto final de esa simbiosis es la desintegración del individuo en un proceso abyecto, hilarante y salvaje, como nota al pie escrita a fuego de los relatos románticos convencionales.

(Estados Unidos, 2025)

Guion, dirección: Michael Shanks. Elenco: Dave Franco, Alison Brie, Damon Herriman. Producción: David Brooks. Duración:102 minutos.

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