Un Poison Violent (Katell Quillevere, Francia, 2010)
Cuento de iniciación sexual en medio de una campiña. Una chica adolescente que atraviesa el divorcio de sus padres y el inminente fallecimiento de su abuelo, empieza a sentir curiosidad por el “otro sexo” cuando un monaguillo se hace amigo de ella poco antes que haga la confirmación.
Dudas sobre la fe, las normas eclesiásticas son puestas en cuestión en este pequeño melodrama de campiña conservadora. Previsible, llena de lugares comunes, situaciones obvias y escenas dramáticas exageradas, lacrimógenas y densas. Visualmente es bastante convencional también y lo único que la salva del tedio total son las interpretaciones de la Linsday Lohan francesa, Clara Augarde y el veterano Michel Galabru.
No hay mucho más que analizar, ya que la directora da todo servido en bandeja y no da pie a demasiadas interpretaciones subersivas. Una película del montón que pasa sin pena ni gloria por el BAFICI.
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