(Argentina, 2014)
Dirección y Guión: Ariel Borenstein y Damián Finvarb. Producción Periodística: Ariel Borenstein. Distribuidora: Independiente. Duración: 86 minutos.
La heroicidad de las bases.
En Argentina el deterioro de la distribución de la riqueza se fue profundizando a lo largo de un periplo que comenzó con el tercer gobierno peronista, atravesó la dictadura genocida y los primeros años de democracia, y alcanzó su solidificación durante el menemismo y el kirchnerismo. Los sueldos de la industria automotriz pasaron de superar el 40% de la torta total del rubro en el auge del proceso de sustitución de importaciones (iniciado por Arturo Frondizi durante su presidencia) al mísero 4% de la actualidad (en medio de un contexto caracterizado por una precarización laboral amparada por el estado y un abandono de los trabajadores por parte de sindicatos controlados por una burocracia hueca y muy cobarde).
La nueva película de los directores Ariel Borenstein y Damián Finvarb, ambos responsables de En Obra (2013) y Finvarb de La Crisis Causó dos Nuevas Muertes (2007), funciona en primera instancia como otro excelente análisis de los pormenores históricos que nos llevaron a este estado de cosas, y en una segunda fase como un retrato de un caso concreto de lucha contrahegemónica, el protagonizado por los obreros despedidos de la autopartista Gestamp, quienes tomaron la planta que la multinacional tiene en Escobar con vistas a restituir los puestos de trabajo perdidos y visibilizar las múltiples injusticias de un sector concentrado, que continuamente gira sus ganancias al exterior y nunca reinvierte en el país.
De hecho, la recuperación progresiva a partir de la debacle del 2001 se basó en un entorno internacional favorable y en la “carta blanca” que el gobierno le garantizó a las empresas en materia de explotación laboral. Pero la devaluación del 2014 y una contracción del mercado brasilero, principal destino de los productos de la industria local, puso de manifiesto lo que escondía este “boom”, léase la dependencia de componentes foráneos y las estrategias salvajes de control del tiempo por parte de las terminales y sus satélites (lo que deriva en mayores exigencias vía un incremento de las tareas repetitivas, circunstancia que a su vez desemboca en padecimientos varios como tendinitis, túnel carpiano, hernia de disco, etc.).
Por supuesto que nuevamente frente a la revuelta de las bases ante el ajuste de la compañía, aparece la criminalización de la protesta social y la convalidación subsiguiente de los secuaces en esta cadena de crueldades, en la que quedan presos tanto los obreros echados como los militantes de izquierda, sus únicos puntos de apoyo por fuera de la lógica de la acumulación capitalista y el uso de la fuerza pública. Viaje al Centro de la Producción (2014) es un ejemplo magnífico de los documentales expositivos más sensatos, capaz de homenajear a los héroes en esta carrera de resistencia y denunciar la patética complicidad de las empresas, el SMATA, la justicia, la policía y los gobiernos nacional y provincial…
Por Emiliano Fernández