Déjala sonar
Las melodías perfectas, aquellas que con los acordes precisos y los tiempos sutiles hacen vibrar el alma, están dotadas de un equilibro entre sonido y silencio, el cual decora esa perfección.
Esto es lo que pasa con La música, una obra de teatro francesa, estrenada en 1964, escrita por Marguerite Duras y presentada ahora en el Teatro La Comedia.
La obra encuentra en la combinación de la dirección detallista de Graciela Pereyra, en el sensible coach actoral de Lili Pipovich y en el talento y entrega de sus protagonistas: Débora Longobardi y Ulises Puiggrós, la nota perfecta para el disfrute del público.
La historia hace hincapié en el vínculo entre Anne Marie y Michel, una pareja que se reencuentra luego de mucho tiempo para hacer efectivo su divorcio. La reunión sucede en el hall de un viejo hotel parisino, el cual gracias a la acertada ambientación de la sala 3 del Teatro La Comedia, se convierte en el escenario perfecto para dar lugar a esta historia de amor y desamor en la que se encuentran los personajes.
Ambos rehicieron sus vidas, sin embargo pareciera que el pasado se hace presente en cada diálogo que intentan entablar. Todo aquello que no se ha dicho en su momento puja por volverse palabra, a veces en un reclamo, en una culpa, en una mirada punzante y otras tantas en una leve caricia de dos personas que alguna vez se amaron y hoy sólo se reconocen como dos queridos extraños.
Este delicado lazo entre los protagonistas impregna a la trama de una sensación que oscila entre la nostalgia y la pasión contenida. Longobardi compone una mujer que ha sufrido. En su tono de voz, firme pero quebrado, se percibe el dolor del fracaso amoroso pasado, y a la vez la entereza de un carácter que se niega a recordar, pero no puede evitar hacerlo.
Por su parte, Puiggrós, en el papel de un hombre maduro, pero con las inseguridades a flor de piel, se mueve con soltura en el escenario, casi al ritmo de una música imaginaria, logrando conmover y generando en el espectador un recorrido a través de todas las emociones que este encuentro tan íntimo provoca.
La puesta en escena refuerza esta sensación intimista. La sala recrea a la perfección la ambientación de los viejos hoteles parisinos con las sillas de época, el piano de cola, las paredes de madera trabajada, el piso con carpeta de alfombra . Junto con el vestuario de los personajes se logra recrear de manera impecable el tiempo y espacio en que sucede la obra.
Con un clima propicio gracias a un muy buen trabajo de iluminación, donde las sensaciones de los personajes son acompañadas y sostenidas por un juego acertado de luces, esta propuesta es una perlita en la cartelera teatral, la oportunidad de ser testigos de una historia que al verla, transforma y deja el deseo latente de que la música siga sonando.
Teatro: La comedia – Rodriguez Peña 1062
Funciones: Viernes 21hs
Entradas: desde 200 $
María Paula Putrueli | @Mary_putrueli
Dirección: Graciela Pereyra. Coach de actores: Lili Popovich. Asistencia general: Gabriela Arata. Escenografía: Fernanda Díaz. Diseño de iluminación: Gonzalo Calcagno. Vestuario: Paula Molina. Música original: Germán Lozano. Fotografía y video: Mariana Lozano. Traducción: Jaime Arrambide y Mirta Rosemberg. Elenco: Debora Longobardi, Ulises Puiggrós. Prensa: Ulises Puiggrós.