(Alemania, 2016)
Guión y dirección: Simon Verhoeven. Elenco: Senta Berger, Heiner Lauterbach, Florian David Fitz, Palina Rojinski, Elyas M’Barek, Eric Kabongo, Marinus Hohmann. Producción: Michael Verhoeven, Simon Verhoeven, Max Wiedemann. Duración: 116 minutos.
Un tema que mantiene en vilo al mundo, particularmente a Europa, es la inmigración de personas de África y de Medio Oriente. Huyendo de guerras, de hambruna, de muerte, recalan en las grandes ciudades del viejo mundo en busca de un provenir más esperanzador. El cine no es ajeno a esta cuestión. La francesa Amigos Intocables (Intouchables, 2011) es uno de los ejemplos más exitosos. Por esa misma vía que mezcla comedia, ternura y drama transita Bienvenido a la Casa de los Hartmann (Willkommen bei den Hartmanns, 2016), que viene de ser un éxito en Alemania.
Angelika (Senta Berger), una maestra jubilada, suele donar ropa para los refugiados. Su preocupación por ellos la lleva a tramitar el albergue de Diallo (Eric Kabobgo), un muchacho nigeriano que enseguida se hace querer. De todos modos, esta iniciativa no cae bien por el lado de (Heiner Lautherbach), el marido de Angelika, un médico estructurado y poco tolerante. En cuanto a los hijos del matrimonio, Sofie (Palina Rojinski) enseguida se vuelve amiga, mientras que Philip (Florián David Fitz) vive pendiente de su trabajo como abogado corporativo. Pero, en medio de obstáculos y de gags, cada una de las partes aprenderá a convivir y a entenderse.
En su cuarta película, Simon Verhoeven parte de una familia alemana en buena posición para hablar de numerosos temas. El principal tiene que ver con el refugiado: el choque cultural, la tensión inicial, los traumas de su país de origen, la comprensión, la amistad… Pero también hay más cuestiones planteadas en mayor o menor medida, como el desgaste de un matrimonio, la alienación, las presiones familiares (Sofie no logra terminar ninguna carrera universitaria y eso provoca incomodidad hasta consigo misma), la vejez, la juventud, el amor entre personas de diferentes etnias (Sophie y Tarek, colega de Richard que a su vez coordina un grupo de entrenamiento al que pertenece Dallio). Tantas temáticas, más una serie de subtramas (Dallio es vigilado por fuerzas policiales, ya que lo consideran un potencial terrorista), y las secuencias más dramáticas, hacen pensar que hay varias películas dentro de una sola. Sin embargo, Verhoeven logra darle cumplimiento cierre a cada elemento. Los momentos de humor, más el carisma del elenco, también logran sostener el film.
Bienvenido a la Casa de los Hartmann quiere abarcar demasiado, pero no pierde el norte a la hora de plasmar la situación de los refugiados en Alemania, y lo hace de manera amena, demostrando que el amor y el respeto no conocen fronteras.
© Matías Orta, 2017 | orta@asalallena.com.ar | @matiasorta
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